Masiosare, domingo 15 de agosto de 1999



Arriesgado retraso en la petroquímica

Cuando sólo se piensa en privatizar

Laura Itzel Castillo y David Shields

A pesar de que el año pasado las importaciones de productos químicos ascendieron a 7 mil millones de dólares y que este año el desequilibrio podría agravarse, el gobierno no ha atendido las propuestas que muestran la viabilidad de atraer inversiones privadas a la industria petroquímica con el marco legal vigente. Ante ese panorama, los autores se preguntan: ¿Acaso nuestros funcionarios, presionados brutalmente por el Banco Mundial y el gobierno de Estados Unidos, no conciben otro esquema que no sea la privatización de Pemex?

El 19 de febrero la Secretaría de Energía informó que Petróleos Mexicanos (Pemex) daría a conocer una nueva propuesta para la petroquímica en un lapso de 90 días. Está a punto de cumplirse ese lapso y ni el secretario Luis Téllez ni el director general de Pemex, Adrián Lajous, han anunciado absolutamente nada.

Mientras esos señores no trabajan (por lo menos en ese aspecto) e incumplen su responsabilidad hacia esa industria, las plantas petroquímicas de Pemex continúan sin inversiones, con rezagos tecnológicos y en estado de ``insolvencia y quiebra técnica'' (palabras del propio Lajous).

Si no se actúa en este sexenio para modernizarlas y brindarles opciones de competitividad en los mercados globales, enfrentan el riesgo de un colapso, debido a su creciente obsolescencia.

Frente al fracaso de la privatización y del esquema 51-49, dimos a conocer, en abril una propuesta amplia y detallada, con sólido sustento técnico y económico, para destrabar inversiones y ampliar y poner al día los complejos de Pemex con base en asociaciones estratégicas entre la paraestatal y la iniciativa privada, apegándose al marco legal vigente y al concepto de asociaciones establecido en la Ley Orgánica de Petróleos Mexicanos.

La propuesta plantea que los particulares financiarían las ampliaciones de las instalaciones de Pemex, sobre todo las grandes plantas de etileno de los complejos Morelos y La Cangrejera. El producto de esas plantas serviría como insumo para nuevas plantas privadas de polietileno, óxido de etileno y otros petroquímicos.

Hemos promovido nuestra propuesta muy activamente, sobre todo en la industria química nacional. Hemos acudido ante las autoridades, incluso en compañía de industriales dispuestos a invertir montos elevados en este tipo de proyectos. Ellos cuentan con planes técnicos muy acabados, acuerdos con tecnólogos de reconocido prestigio mundial y esquemas financieros ya concertados con organismos internacionales.

En un principio, la industria química reaccionó ante el fracaso del esquema 51-49 con llamados a reactivar la privatización. Por su parte, Pemex y la Secretaría de Energía esbozaron un plan de acción, en el que sólo Pemex haría ``inversiones mínimas'', dejando la vía libre para privatizar en el próximo sexenio. Nosotros argumentamos que éstos no eran caminos viables.

¿Inversiones mínimas en una industria descapitalizada? Los industriales de la química en seguida se dieron cuenta de la trivialidad de ese plan de acción y de la necesidad de realizar inversiones elevadas lo antes posible.

Al parecer, sólo la iniciativa privada está dispuesta a proporcionar los montos requeridos, pero para ello necesitan que el gobierno se defina.

Los conceptos básicos de nuestra propuesta han sido apoyados por toda la industria química nacional, en particular por la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ) y la Sección de Petroquímica de Canacintra.

El mes pasado, la ANIQ presentó una propuesta congruente con la nuestra ante las autoridades, la cual ofrece inversiones inmediatas por casi mil 300 millones de dólares.

Finalmente, las autoridades de Pemex y Energía se han visto obligadas a estudiar estas propuestas de alianzas estratégicas con toda seriedad. Hasta donde sabemos, la Secretaría de Energía lleva varias semanas analizando esta opción con Hacienda, Secofi y Pemex.

Al parecer, es un esquema que no les gusta a las autoridades, porque no implica privatización ni ingresos rápidos para las arcas públicas. Al contrario, implica trabajo y concertación, creación de negocios y contratos a largo plazo entre Pemex y la IP (algo que Pemex había desatendido totalmente), además de la búsqueda de fórmulas para que las alianzas estratégicas puedan encajar en la normatividad y los techos financieros del presupuesto federal.

No nos garantizan el éxito de la propuesta de asociaciones Pemex-IP. Pero, ¿acaso hay otra propuesta? ¿En México no pueden funcionar alianzas como las que son el sostén de la industria petroquímica en Venezuela y otros países?

¿Acaso ni la inversión pública ni el esquema 51-49 ni otras opciones pueden funcionar? En otros países, como Estados Unidos, Venezuela y Tailandia, se construyen grandes plantas privadas de polietileno para atacar el mercado mundial. En México, donde sobra etano para producir etileno, ¿por qué no se puede construir este tipo de plantas?

¿O acaso nuestros funcionarios, presionados brutalmente por el Banco Mundial y el gobierno de Estados Unidos, no conciben otro esquema que no sea la privatización de Pemex? ¿Será que la idea de las asociaciones Pemex-IP es incompatible con el pensamiento de las mentes privatizadas de los funcionarios de Energía, Hacienda y Pemex, aun cuando representa una opción muy atractiva de inversión e industrialización para el país?

La situación es aún más grave si se considera el elevado déficit en la balanza comercial química, que ha crecido hasta niveles críticos, precisamente porque los funcionarios del gobierno no han promovido la inversión en petroquímica para producir insumos básicos.

El año pasado, las importaciones de productos químicos ascendieron a 7 mil millones de dólares, monto similar a los ingresos por la exportación de petróleo crudo. Este año se prevé que esta situación se agrave aún más. ¿Los funcionarios no se dan cuenta del grave impacto en la economía que implica el abandono de la petroquímica de Pemex?

Sería irresponsable no hacer nada en este sexenio para modernizar la petroquímica, cuando existen planes plenamente viables para hacerlo. Aún se está a tiempo para actuar. Por eso, exhortamos a los funcionarios de Energía y Pemex a poner en marcha cuanto antes nuestra propuesta de alianzas estratégicas para destrabar inversiones.