Ť Las principales corporaciones privadas del país, por el control del mercado
El futbol, negocio redondo; mueve 500 mdd por transmisiones de tv
Ť Bebeto ganará 350 mil dólares mensuales; los seleccionados, entre 100 y 130 mil
Miguel Angel Ramírez y Roberto González Amador/I Ť Con cada silbatazo que marca el inicio de una temporada del campeonato mexicano de futbol comienza una competencia entre varias de las principales corporaciones privadas del país, que disputan un mercado de consumo que mueve casi 500 millones de dólares al año.
La disputa supera los límites de una cancha o un estadio de futbol, el deporte más popular del país.
Sueldos multimillonarios, jugosos contratos de publicidad, patrocinios de empresas privadas a los equipos de futbol, derechos de transmisión, pagos por publicidad estática en los estadios y, recientemente, el empleo de las emisiones por televisión para promover candidatos a la Presidencia de la República, esconden un negocio redondo para un puñado de promotores y empresarios, en el que el nombre del juego no es la promoción del deporte sino la obtención de la mayor tasa de ganancia en el menor tiempo posible.
Pero aun con tratarse del deporte más popular del país y de que las dos compañías de televisión han hecho del futbol una inagotable fuente de ingresos, el monto de los recursos que cada año se mueven por la comercialización de este deporte está protegido por una muralla más indescifrable que los criterios de un árbitro para marcar un penal.
Los clubes de la primera división profesional y la propia Federación Mexicana de Futbol, la asociación que establece las reglas y rige el desarrollo de este deporte en el país, rehusaron dar información sobre los ingresos que obtiene cada uno de los equipos por la comercialización de su imagen.
Pero expertos de dos agencias de publicidad ųuna extranjera y otra nacionalų estiman que cada año ųperiodo en el que son disputados dos torneos de la primera división profesionalų el mercado de publicidad durante la transmisión por televisión de los juegos genera una facturación de 500 millones de dólares, que convierten a la actividad en uno de los principales canales de promoción de marcas comerciales en el país.
"En este cálculo no se consideran torneos extraordinarios, como las copas América o Confederaciones (disputadas recientemente). Se puede decir que los 500 millones de dólares en facturación por publicidad incluye solamente los dos campeonatos de la primera división que se disputan cada año", dice uno de ellos, quien pide el anonimato, debido a que su agencia maneja las cuentas de dos empresas que se anuncian durante las transmisiones de futbol.
Los datos aportados por los dos especialistas en el mercado publicitario en México indican que 65 por ciento de los ingresos por este rubro son captados por Televisa, mientras que otro 35 por ciento lo obtiene Tv Azteca, las dos empresas que comparten el duopolio de la televisión abierta en el país.
El dinero del futbol, sin embargo, extiende sus beneficios más allá de los ingresos que las televisoras pueden obtener por comercializar los espacios de difusión de los encuentros.
Sin duda, uno de los renglones en los que las cifras son acompañadas de varios ceros es en el relativo a los sueldos percibidos por los jugadores y entrenadores de los principales equipos de la liga.
El brasileño Roberto Gama de Oliveira Bebeto, que hasta el año pasado jugó con el Botafogo, fue adquirido recientemente por el club Toros Neza, con sede en el populoso municipio de Ciudad Nezahualcóyotl, en el estado de México, cuyo estadio no registra una taquilla mayor a 10 mil aficionados por encuentro en que juega como local.
Bebeto devengará un salario mensual de 350 mil dólares, una remuneración 35 veces superior a los nueve mil 750 dólares mensuales que percibe el Presidente de la República. El sueldo anual de este jugador, de 4.2 millones de dólares, es apenas inferior en 1.6 millones a los cinco millones 834 mil dólares que el Estado destina en un año para cubrir las remuneraciones de los 637 mil 337 trabajadores del sector salud.
No es un caso único, aunque sí el más notable de los conocidos.
Una veintena de jugadores de equipos de futbol de la primera división, principalmente los convocados a formar parte de la selección nacional, obtiene de sus respectivos clubes salarios individuales de entre 100 mil y 130 mil dólares al mes, libres de impuestos, que no incluyen las primas devengadas por desempeño ni los ingresos adicionales por participar en el Tri. Un ejemplo: por haber obtenido el título en la final de la Copa Confederaciones ųdisputada en la primer semana de agostoų cada seleccionado recibió un premio de 50 mil dólares y un reloj de oro.
Los futbolistas no son los únicos beneficiarios de millonarias percepciones. Los cheques con varios ceros también llegan a algunos de los directores técnicos de las escuadras de primera división.
Como ejemplos, el entrenador Ricardo LaVolpe, del Atlas, obtiene un salario de 100 mil dólares al mes, y Angel Cappa, del Atlante, club de Televisa, 50 mil dólares, también mensual.
Por dirigir los últimos cuatro juegos del Puebla en la temporada pasada, el español José Mari Bakero percibió un sueldo de 500 mil dólares. El equipo descendió, no obstante, a la primera división A, un circuito que antes era conocido como la segunda división, aunque para la temporada que se inicia este sábado se mantendrá en el primer circuito, debido a la compra de una franquicia.
ƑHasta dónde llega el negocio de los dueños del futbol mexicano?
Es una pregunta que pocos empresarios del deporte gustan responder. El de los dineros es un tema que se maneja en privado, con discreción.
Hay algunos indicios. Los clubes de futbol, desde los que compiten en la primera y hasta la tercera división profesional, encontraron en la promoción de marcas impresas en los uniformes de sus jugadores una forma de obtener recursos.
El monto de los patrocinios por este mecanismo varía según la empresa y el equipo. Hace unos días, Banamex, el principal banco del país, concretó un acuerdo con Pumas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Como parte del convenio, la escuadra universitaria recibirá tres millones de dólares por portar en la camiseta, durante dos años, el logotipo de la institución de crédito.
Antes, Pumas recibió hace dos años un pago de Televisa por 50 millones de pesos, a cambio de los derechos de transmisión de sus encuentros como locales en el estadio de Ciudad Universitaria.
El club Atlas, subcampeón en el torneo pasado, recibió de Televisa 16 millones de pesos por los derechos de transmisión de sus juegos como local, tras un contrato con dos años de duración. Este mismo equipo obtuvo 23 millones de pesos del Grupo Modelo por portar en su camiseta el logotipo de la cerveza Corona. Y, por usar uniformes de la marca Atlética durante dos años, obtuvo de esa empresa de ropa deportiva 100 mil dólares.
El negocio a la vera del futbol tiene posibilidades infinitas. Informes confirmados por este diario señalan que las empresas que colocan sus logotipos en los anuncios estáticos que rodean las canchas pagan cada una cinco millones de dólares por temporada. La firma que comercializa estos espacios en la mayoría de estadios es una filial de Televisa.
Demasiado negocio para un deporte que, salvo modestos repuntes, brinda pocas satisfacciones a millones de aficionados que pasivamente siguen cada fin de semana las incidencias de la liga.
Las normas dictadas por la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) establecen que una persona o entidad de negocios no puede ser propietaria de más de un equipo al mismo tiempo.
Presidentes de los clubes de futbol de la primera división.
Club de Futbol América SA de CV, Raúl Quintana. Propiedad de Televisa.
Club de Futbol Atlante SA de CV, José Antonio García. Propiedad de Televisa
Impulsora del Deportivo Necaxa, SA de CV, Enrique Borja García. Propiedad de Televisa.
Club Atlético Morelia SA de CV, Alvaro Dávila Alanis. Propiedad de Televisión Azteca.
Toros Atlético SA de CV (Celaya), Enrique Fernández Prado, fabricante y distribuidor de productos lácteos.
Futbol Club Atlas AC, Alberto de la Torre
Club Deportivo Social y Cultural Cruz Azul AC, Guillermo Alvarez Cuevas. Propiedad de la cooperativa Cementos Cruz Azul.
Promotora Deportiva Guadalajara, Salvador Martínez Garza, tiene los derechos de las Chivas por 10 años. Es propietario de Mexicana de Lubricantes (Mexlub), empresa que distribuye los aditivos de Petróleos Mexicanos.
Promotora Deportiva Esmeralda (León), Roberto Zermeño, representante de empresarios que poseen discotecas en Acapulco.
Club Deportivo México SA de CV (Toros Neza), Juan Antonio Hernández Venegas, propietario de la empresa de autofinanciamiento Autofin.
Club de Futbol Monterrey AC, Gilberto de Jesús Lozano. El equipo pertenece a la Cervecería Moctezuma y a Cementos Mexicanos, que encabezan, respectivamente, Eugenio Garza Lagüera (también propietario de Bancomer) y Lorenzo Zambrano, accionista de Banamex.
Sinergia Deportiva SA de CV (Tigres, NL), Fernando Urdiales Guerra. Equipo propiedad de Cementos Mexicanos, empresa de Lorenzo Zambrano, también accionista de Banamex.
Promotora del Club Pachuca SA de CV, José de Jesús Martínez Patiño, distribuidor de neumáticos.
Fundación para el Fomento Deportivo de Puebla AC, Francisco Bernat Cid, concesionario de Pepsi Cola en el estado.
Club Santos Laguna SA de CV, Francisco Javier Dávila Rodríguez. Del Grupo Modelo, principal productor de cerveza en el país.
Deportivo Toluca Futbol Club SA de CV, Rafael Lebrija Guiot. Pertenece al Grupo Modelo.
Club UA de Guadalajara AC (Tecos), Juan José Leaño Alvarez del Castillo. Pertenece a la Universidad Autónoma de Guadalajara.
Club Universidad Nacional AC (Pumas), Javier Jiménez Espriú (vicepresidente ejecutivo). Administrado por un patronato de ex universitarios, entre los que se cuenta Gilberto Borja Navarrete, accionista de Ingenieros Civiles Asociados, la principal constructora del país y accionista de Banamex.