Miguel Concha
Consulta infantil

Organizaciones ciudadanas, organismos públicos y las autoridades del Distrito Federal, entre las que sobresalen, respectivamente, el Colectivo Mexicano de Apoyo a la Niñez, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, la CDHDF y la Dirección General de Equidad y Desarrollo Social, concluyeron en días pasados la sistematización de la información emanada de la consulta infantil realizada el 16 de mayo, en el marco de la Consulta Ciudadana por la reforma política integral de esta ciudad capital. En su presentación a la prensa el pasado martes, Robert Cohen, oficial de los Derechos de los Niños de la UNICEF en México, se felicitó de haber apoyado y participado en esta importante iniciativa, pues todavía se da entre nosotros la práctica secular de relegar a la infancia a un segundo plano, o de decir que no está capacitada para ser escuchada, o que no tiene opiniones de peso. Por ello las 16 organizaciones civiles y gubernamentales que la realizaron explican al comienzo de la misma, que además de difundir entre la población infantil y adulta los derechos de las niñas y los niños, consagrados en la Convención de los Derechos de la Niñez, adoptada por la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y ratificada por el gobierno mexicano el 21 de septiembre de 1990, la consulta "Niñas, Niños y Adolescentes tenemos Derechos... Ganemos Espacios" se estableció como principio "promover la cultura de participación desde los primeros años de vida, motivando así la inclusión infantil capitalina como habitantes activos, con poder de decisión y con el derecho a expresarse y ser escuchados, conjunto de principios básicos para impulsar procesos que deriven en el crecimiento sano y seguro de nuestras niñas y niños". Como resultado se proponen seguir trabajando para crear ciudadanía en este sector fundamental de nuestra población, e implementar programas que refuercen la atención de las demandas que los menores señalaron como las más importantes.

Ese día se instalaron mil 187 mesas de consulta en puntos estratégicos de las 16 delegaciones, y se capacitaron a más de 2 mil responsables. Las cédulas de consulta estuvieron integradas por 13 preguntas, tales como: soy niña o niño, su edad, tipo de vivienda, asistencia a la escuela, o qué derechos se respetan, dónde no se respetan sus derechos, y que pedirían para que se respetaran sus derechos.

Además de elaborar 6 mil 75 dibujos, contestaron las cédulas 28 mil 132 niñas y 28 mil 341 niños, lo que representa 2 por ciento de los niños de la ciudad. A partir de sus respuestas se obtuvo que 98.94 por ciento vive en una casa o departamento; 0.49 por ciento en un albergue y 0.43 se encuentra en situación de calle.

De los 54 mil 935 infantes que registraron acudir a la escuela, mil 408 declararon no contar con educación formal (2.65 por ciento); 3 mil 430 desconocen el tipo de escuela al que acuden; 9 mil 767 lo hacen a escuelas particulares y 41 mil 738 a oficiales. La mayoría de niñas, niños y adolescentes opinan que los tres derechos infantiles más respetados son: vivir en un lugar tranquilo con personas que los quieran y los cuiden, decir lo que piensan y sienten para que los demás los escuchen y tener una escuela para poder aprender más. Como ya se ha informado, los lugares en los que mencionaron que se respetan menos sus derechos, son, en orden de mayor a menor frecuencia, la calle (más las niñas que los niños), la escuela (más los niños que las niñas) y donde viven.

Como sucede en la mayor parte de los países en los que se ha llevado a cabo este tipo de ejemplares consultas, las cinco demandas más frecuentes que expresan son las relativas a los conceptos de respeto y amor, demandas personales y ciudadanas, las relativas al maltrato y específicas sobre los derechos humanos y la participación infantil, así como la de seguridad. Y las propuestas de acciones que señalaron en orden de importancia para buscar el respeto de sus derechos, fueron aprender más sobre ellos; aprender a cuidarse; tener casa, escuela y calles seguras; decir a las autoridades lo que piensan y sienten; aprender a cuidar el aire, la tierra y el agua, y reunirse en espacios para jugar y aprender.