n Compay Segundo retrasó la hora del show bizz con su verbo ardiente
Un acorde de mi guitarra vale más que un cañonazo, lo digo con moral de hombre
Pablo Espinosa n Sobre la mesa hay ron, tabaco, azúcar, café y palabras. Muchas palabras. Palabras dichas. Hay dicha. Compay Segundo está contento, viene de caminar por las calles que vivió hace 61 años. Está sentado a la mesa con el reportero, pero Compay Segundo prefiere conversar. Resulta entonces algo mejor, mucho mejor que una entrevista.
A Compay Segundo no le para el contento de charlar. Afuera llueve a torrentes. El tronar de los relámpagos y el picoteo -como pajarillos saltarines- de las gotas de lluvia contra la ventana contrapuntean con el verbo ardiente del músico cubano.
ƑSe entiende eso?, repite una y otra vez Francisco Repilado. Transcurrirá hora y media hasta que su hijo Salvador venga y detenga el torrente de su verbo: ''Ven acá Compay Segundo, es suficiente" y se lo lleva, pero Compay no deja de sonreír: ''Mi hijo dice que yo convelso mucho".
Gozosamente, Compay ha retrasado el horario que el show bizz le trazó para su retorno a México. Comió, sonrió y caminó las calles de la capital. En su hotel lo espera el guión trazado: una serie de entrevistas. Pero ya no, dice sin decir Francisco Repilado. Parece darse cuenta que, desde que para fortuna del planeta se puso de moda el revival de la música clásica cubana, a estas alturas ya los principales periódicos y revistas del mundo contienen prácticamente la misma entrevista y todos la publican como si fuera la primera. Cosas del marketing. Francisco Repilado no sabe nada de eso, chico. ''Yo soy músico, soy una persona, me gusta convelsal".
Oratoria de palmera y playa
Su conversación es mayéutica y es fina picardía. Sócrates nacido en una playa Siboney.
''ƑDónde está el muchacho del traguito?" Y el mesero trae otra copita y Compay prende el habano y el reportero le ayuda a desenvolver los terroncitos de azúcar para el café cortado. Sólo falta quorum, dice sin decirlo Francisco Repilado y llama a otros reporteros y a todo aquel que quiera acercarse al fogón y afuera llueve y ahora sí, todo está listo, piensa sin pensarlo Compay Segundo e inicia tremenda cátedra socrática, oratoria de palmera y playa, Demóstenes en el acantilado.
ƑEs claro eso?, óyeme bien, caballero; Ƒestamo claros? fíjate tú, Ƒoíjte?, Ƒse entiende eso? Coooooño, que me lo sé todo, caballero, tengo 92 años y todo lo he vivido y todo lo he leído, dice su mayéutica Compay Segundo de la misma manera como lo han hecho desde tiempo inmemorial los hombres sabios, nuestros mayores, alrededor de una fogata.
Afuera llueve.
''Dice la gente que tengo filosofía pa' la vida. Son 92 años, caballero, bien vividos y dándose cuenta de las cosas. No vivan a lo loco -habla como si estuviera siempre ante un auditorio de pupilos- que eso no trae na'. Un acorde de mi guitarra vale más que un cañonazo y eso lo digo con moral de hombre y de persona consciente. Porque, caballero, Ƒhasta cuándo los hombres van a seguir tirando cañonazos? Oye, chico, un cañonazo para matar un hombre, para matar mujeres, Ƒusté e mariquita o qué?, Ƒqué es lo que le falta a usté? si a la mujer lo que hay que darle es cariño y muchas cosas, Ƒcómo va a usté estar tirando cañonazos para matar mujeres, eso no va conmigo, caballero, yo digo que eso es ser mariquita, Ƒtoy claro lo quetoy hablando? Yo no hablo a lo loco, no hablo bobería. Yo les voy a decir lo siguiente: acostúmbrense cuando se acuesten a pensar un poquitico qué hicieron en el día, porque hay veces que uno tiene que dar disculpas.
''El hombre debe acostumbrarse que cuando tú tiras (agredes a alguien) tú mismo prepara y tírate tú, eso mismo que tú tiraste te lo tiras y tú vas a ver cómo le encuentras solución a todo, Ƒse entiende bien eso? Cuando tú haces una cosa y te preguntas, Ƒme gustaría que me hicieran eso a mí?, ahí encuentras la solución de la vida."
-ƑDe quién aprendió más, Compay, de las mujeres o de los libros?
-Yo sé de Francia, del sargento Napoleón que llegó hasta emperador y sé que existe la Torre Eiffel y que llevaba tantas toneladas de acero y que al lao está el río Sena y que voy a Alemania y digo: está el río Rhin y les digo a mis muchachos: miren, el Rhin. Es ancho, ancho el río Rhin. Y también estuve en Suiza, ahí donde está el dinero de los ricos, y en Ginebra, y en Italia quise ir a Milán y dije quiero entrar al teatro donde cantó El Rico Carucho (ríe Compay en un juego de palabras, de los muchos que le encantan, por Enrico Caruso) y me llevaron y lo vi todo: teatro de seis pisos, alfombrado todo en rojo y rojo el butaquerío y la pintura de color de oro y yo dije, yo quiero ver este teatro porque yo soy un músico clásico.
''ƑCuál fue la primera música? -socratea Compay y él mismo se responde: -La ecle-si-ás-tica, deletrea, Ƒcuál fue la otra? la ó-pe-ra, fíjense cómo yo me sé todo eso, caballero; después la opereta, después la zarzuela y así fueron cogiendo categorías. Ahora, dijeron los científicos de la música, hay un problema: Ƒqué idioma vamos a escoger para la ópera? y acordaron que fuera el italiano, porque Ƒhas oído hablar a una italiana?, eso es hablar, parece una ópera; Ƒhas oído hablar a un alemán?, Ƒsirve eso para la ópera?, no sirve, chico; Ƒhas oído hablar a un americano?, Ƒeso sirve para la ópera?, no sirve, chico". Y cada vez que pregunta, Compay imita a la italiana, al alemán, al americano, ameniza, hace mímica, cantila el sonero su cubanísima filosofía. ''Se acoldó, entonce, que fuera el italiano el idioma de la ópera porque es un idioma lindo. Yo lo he oído hablar y parece que están cantando. ƑEstamo claro?
Fidel ''es el pueblo''
''Somos mujeres y somos hombres -desglosa el humanista- y todos debemos medital para qué hemos venido al mundo, cuál es nuestro deleite, qué es lo que debemos en la vida aplovechal, lo que debemos sel, porque hay un refrán que dice, oye eto, en la abundancia se ahorra y en la miseria se derrocha."
Alguien busca cambiar el hilo de las ideas de Francisco Repilado, que dé, por fin, una entrevista, que responda a cualquier provocación, que se ponga a tono con el mundo de la moda de criticar a Cuba y a Fidel. Pero él es un hombre sabio. Adora conversar, encantador y claridoso. Dicta entonces una cátedra, campiranísima, de historia. Martí, Maceo, los dictadores Machado y Batista, los gringos, la revolución y su bienestar a toda prueba.
''ƑUstedes creen que Fidel está ahí nomás porque es Fidel? No, chico, es el pueblo, Ƒy lo podremos echar abajo como lo hicimos con Batista, con Machado? No, chico, porque Ƒqué está haciendo Fidel?, está con el pueblo, Fidel es el pueblo y el pueblo lo quiere. Coño, qué cantidad de gente, ese hombre tiene la razón del pueblo y tú lo ves, no es algo inventado. Pero yo no soy político, soy músico pero me avergüenzan ciertas cosas, por ejemplo veo en la televisión que hay guerras y de pronto sale un hombre, un viejo abrazando a su nieto y el hombre llora y el niño llora y eso, caballero, eso es muy duro, Ƒpor qué, chico?, porque hay un no sé quién que tiró cañones para hasta allá. ƑPor qué, chico?, Ƒhasta cuándo va a estar el hombre con este salvajismo? Un abuelo con el nieto y el nieto llorando por el cañonazo. Coño.
''Ese soy yo, caballero. Esos son mis sentimientos. Yo soy un hombre. Soy un músico. ƑSe entiende bien eso?"