Ť Las mujeres se pintan solas, muestra de la pintora


Tina Modotti fue bella y capaz de tener sus pasiones: Paniagua

Ť ''De la vida, me interesa lo que fluye oculto'', afirma

Mónica Mateos Ť Al reducido grupo de mujeres que pintan mujeres pertenece la artista mexicana Carolia Paniagua, quien ha descubierto mediante su quehacer plástico la esencia de su ser femenino.

paniagua-carolia-1-jpg En su reciente exposición Las mujeres se pintan solas, las miradas de sus personajes se confunden con los ojos suaves de la creadora, acaso porque sin proponérselo del todo el amor y la nostalgia se quedan en sus trabajos, como ella asegura.

La obra de Carolia aparece en portadas e ilustraciones como la del libro Como agua para chocolate, de Laura Esquivel (1989). La pintora ha realizado 27 exposiciones individuales, la anterior a ésta fue en marzo de 1998, en el foro cultural de la delegación Magdalena Contreras. De entre los 19 cuadros que se presentan en la Casa de la Cultura Jesús Romero Flores, destaca una serie de collages dedicados a la fotógrafa italiana Tina Modotti, una de las mujeres favoritas de Paniagua: ''Es extraordinaria por todo, porque es bella y fue capaz de tener pasiones tanto profesionales, políticas y amorosas. Fue una mujer completa".

ųƑPor qué elegiste a la mujer como hilo conductor de tu obra?

ųComo elemento estético la mujer es más rica en posibilidades de movimiento, de color. Desde el punto de vista personal me interesa la parte femenina de la vida, que también puede ser la luna o la tierra, pues como instancia psicológica lo femenino es lo que más se reprime, se niega y se relega, como las emociones, la ternura, la capacidad de llorar, la nostalgia o la melancolía. Me interesa lo que fluye oculto.

ųƑSon autorretratos? Casi todas las mujeres que pintas tienen tus ojos.

ųƑTe parece? Creo que son mis hijas. No son autorretratos hechos conscientemente, nunca lo he hecho. No uso modelo, entonces de pronto me miro en el espejo para ver cómo dibujar una mano, por ejemplo. Además, no me cuido de esconderme en mi pintura, pero tampoco trato de aparecer. Simplemente dejo que fluya y trato de entender a la mujer que pinto a través de mí.

ųƑCómo es el diálogo que estableces con los materiales, el pastel y el acrílico, que utilizas en tus cuadros?

ųCuando empecé a pintar de manera profesional, hace 19 años, lo hacía con todo, con óleo, tempera; practiqué muchas técnicas. Pero no me gustó el óleo porque es muy lento y no me permitía avanzar. El acrílico sí me gustó pero es muy duro, seco, no tiene mucha expresión, por eso elegí el pastel para conseguir esa expresividad, para suavizarlo. El pastel hace en mi obra lo que le da la reverenda gana y me hace sentir mis caminos.

''Con mi maestro Gilberto Aceves Navarro, mis compañeros de clase y yo trabajamos mucho el pastel, el carbón, sobre todo la libertad de expresión y movimiento. Incluso él nos hacía mover nuestro cuerpo, cuando dibujábamos y decía: 'šMuévanse, cabrones, muévanse!, Ƒcómo van a pintar así de secos, como palos?'. Entonces, cuando pinto hay veces que casi bailo".

Optar por el placer

ųEn tu obra hay muchas referencias de los años cuarenta, Ƒqué ocurre ahí?

ųTiene mucho que ver el cine, al que he ido desde que tenía dos meses de edad. Entonces, desde bebé veía las películas de los años cuarenta y se me quedó en el inconsciente, muy profundamente. De esa manera creo que me metieron los años cuarenta porque realmente no los viví.

ųSiempre se queda una parte de los artistas en cada obra. En tu caso, Ƒqué vas dejando en cada uno de tus cuadros?

ųEl amor y la nostalgia, incluso a veces a nivel terapéutico. También ellos se han quedado en mí porque de pronto ellos me han enseñado muchas cosas. Los cuadros son una parte del artista donde uno se balconea fuerte. Los míos me han enseñado lo que significa ser mujer, sobre todo la dignidad con que hay que serlo. Somos unas reinas, es algo muy bello ser mujer.

ųY las pesadillas, Ƒdónde quedan?

ųNo me gusta pintarlas, sino presentar lo bello de la vida. Estoy consciente del momento que vivimos pero no me gusta reflejar el sufrimiento en lo que pinto. En un principio lo hice, pero ya no. Estoy en favor del placer, pienso que nos mueve más que el sufrimiento. Todos tenemos problemas y tragedias pero debemos saber llevarlas placenteramente. Las pesadillas me enseñan mucho sobre mí, lo aprendo, pero prefiero soñar cosas que me enseñen sin sufrir. Para mí, la letra no entra con sangre.

(Las mujeres se pintan solas se exhibe en Casa de la Cultura Jesús Romero Flores, en Culiacán 103, colonia Hipódromo, hasta el 27 de agosto. En octubre, algunas obras de la muestra se integrarán a dos exposiciones, una individual y otra colectiva, en San Francisco, California. En diciembre, Paniagua presentará una serie pictórica acerca de los sueños en el Centro Cultural San Angel.)