Ť La mujer que cayó del cielo es una obra acerca de la imposibilidad de ser diferente
Rita, rarámuri avasallada por la incomprensión a su lengua y cosmogonía en EU: Rascón Banda
Carlos Paul Ť Una indígena tarahumara aparece caminando por las calles de Kansas City, no habla inglés, además su idioma y sus actitudes resultan desconocidos y alarmantes para esa sociedad, por lo que la detienen y deciden recluirla en un hospital siquiátrico en el que, durante doce años, sufre una destrucción progresiva en nombre de la asistencia social.
Para conocer la intolerancia de un país, el miedo al otro y un cierto tipo de ignorancia ''es necesario visitar sus manicomios".
La historia de Rita es auténtica y su dramática situación impulsó a Víctor Hugo Racón Banda ųque este 1999 cumple 20 años de dramaturgoų para escribir La mujer que cayó del cielo y ofrecer su visión de la lucha por evitar la pérdida de identidad.
De sus más de 40 obras, en su mayoría, dice, ''la indignación y el dolor" son los motivos que lo han obligado a escribir.
En La mujer..., el abogado Rascón Banda se involucra en la historia en el instante que recibe una llamada de Kansas City, de Miguel Angel Guiner diciéndole que acaba de encontrar a una mujer tarahumara en esa ciudad, arrestada por la policía en una esquina, cuando buscaba qué comer en un bote de basura y, que ''por error", permaneció doce años en un hospital siquiátrico.
Guiner le empieza a enviar cartas y recortes de periódicos, sin embargo lo que más le sirvió ųpara el argumento de la obraų fue una copia de la demanda (aún pendiente de resolución) que un grupo de abogados interpuso contra el Hospital Lernerd y autoridades locales y federales por haberla minado física y mentalmente con fármacos, pues todos ''esos años creyeron que estaba loca, cuando no era así; simplemente hablaba una lengua diferente".
Búsqueda en Porochi
Mientras Rascón Banda escribía la obra, Rita fue rescatada del manicomio y traída a Chihuahua e internada en un asilo, que con escasos recursos, brinda atención a los ancianos. Cuenta el escritor que al comunicarse al asilo, le respondieron que ella había escapado. Y que ''tiempo después apareció en Pensilvania, lo cual es muy desconcertante. ƑCómo logra llegar allí?, Ƒcómo una mujer afectada así, con problemas físicos, se desplaza hasta esa ciudad sin un peso y sin pasaporte?".
Al estar en Pensilvania, de nuevo es encontrada por accidente. En un noticiario informan que una mujer extraña realiza ''rituales mágicos" en un free way. De manera casual, un gerente bancario, que veía el programa en el que Rita menciona las palabras ''rincón de amor", recuerda que en el banco existe una cuenta con ese nombre. El funcionario habla por teléfono al asilo y pregunta si no se les ha escapado una anciana. Responden que sí y, luego de algunos trámites realizados por autoridades mexicanas, logran regresarla.
Tal situación coincide con que Bruno Bert, por esos días, le pidió a Rascón Banda otra obra sobre la extranjería.
A partir de estos hechos ''decidimos hacer una obra en español, tarahumara e inglés para exponer el problema de la identidad, la lengua y la imposibilidad de pertenecer a una sociedad cuando se es diferente".
Como parte del trabajo del montaje y con el deseo de aprender más sobre la cosmogonía rarámuri y la esperanza de conocer a Rita, la actriz Luisa Huertas ųprotagonista de la obraų, los actores Silvestre Ugalde, Luis Rodríguez, Roberto Soto y Rascón Banda viajaron a la sierra tarahumara.
Bruno Bert ''no quiso ir porque, dijo, 'la puesta en escena no es folclórica ni antropológica, es un montaje cuyo tema es la extranjería'".
Cuando el grupo llegó a la ciudad de Chihuahua buscó a Rita, pero en el asilo les dijeron que como con frecuencia se escapaba caminando por la vía del tren, siempre hacia el norte, habían decidido regresarla a su tierra natal, Porochi, donde hace 22 años vivió otra tragedia: mató a su marido porque le quería quitar sus cabras para venderlas. Homicidio por el que Rita tuvo que pasar un tiempo en la cárcel.
La verdad de un origen
Para arribar a Porochi, narra Víctor Hugo, ''tuvimos que llegar a un pueblo cercano desde donde, por radio, llamamos a otras comunidades para saber quién conocía a Rita. Después de insistir, apareció una persona que dijo conocerla, y nos informó que la mujer vivía en otra comunidad con un medio hermano.
''Contratamos a unos judiciales para que nos llevaran. Antes, nos habíamos enlazado por radio a los pueblos para que alguien avisara a ese medio hermano que íbamos para allá. Y efectivamente, alguien le avisó, y en un recodo del sendero, de repente, encontramos a un auténtico tarahumara que con señas nos explicaba quién era.
''Entre ademanes y palabras le preguntamos por Rita Carrillo o Rita Quintero y él contestaba que no, que era Rita Mancina. Para nuestra sorpresa, descubrimos que tenía cinco nombres. Nos internamos por la sierra. La encontramos a las 10 de la mañana durmiendo en una roca, sobre un cuero de cabra. Hablamos con ella, le dimos las cosas que llevábamos, así como cigarros y Coca Cola, vicios que ųnos dijeronų adquirió dentro del manicomio de Kansas.
''Luisa Huertas y yo seguimos charlando con Rita, utilizando las pocas palabras que entiende en español, y ella a veces nos contestaba con un lenguaje metafórico. Preguntamos a otras mujeres qué nos decía y nos contestaban que eran antiguas oraciones y rezos tarahumaras."
En la actualidad ųcomo no puede estar con su familia, porque ''le tienen miedo"ų regresó al asilo y tiene ''una pensión mensual de los ingresos que se reciben de la obra, más lo de un libro que se publicará".
ųƑPor qué La mujer que cayó del cielo?
ųPorque en los interrogatorios Rita explicaba: yo llegué de arriba. Al principio los doctores pensaban que venía de Canadá. Le preguntaban, en una especie de confusión lingüística, si había llegado de arriba, del cielo, y ella contestaba que sí, entonces dedujeron que estaba loca, si dice (ella) que vino del cielo. Sin embargo, en la cosmogonía rarámuri, los tarahumaras sí llegaron del cielo. Así, ella respondía con la verdad sobre su origen".
La incomprensión y el lenguaje, el racismo y la identidad son conceptos que Rascón Banda intenta conjugar. Además de hacer sentir al espectador la angustia, tanto de Rita como de los gringos, al escuchar un lenguaje exótico, ''pues en el expediente se asienta que le dieron muchísimas terapias de integración social con otros pacientes, hablando en inglés. Le aplicaron un test psicológico de 750 preguntas, en inglés. Y al no contestar nada, porque no sabe leer ni escribir, menos hablar inglés, se le consideró retrasada mental. La tesis en la obra es que sin lengua no hay identidad, no hay país, no hay pasaporte, no hay forma de comunicación y por consiguiente no existes".
Se trata, dice el dramaturgo, de ''una obra emotiva en la que era imposible sacar algo sin que se desbalanceara. Sin embargo, Bruno Bert sólo tomó lo que consideró necesario para su versión que es más racional, fría y austera, pero no por esto deja de proyectar lo terrible de la historia".
Se citan fragmentos sobre la cosmogonía y literatura rarámuri, tomados de Los tarahumaras, de Carlos Montemayor, y de Crónicas de la sierra tarahumara, de Luis Rodríguez. También se tradujeron algunas partes del inglés y del tarahumara.
Para este montaje sólo se utilizó ''75 por ciento de los textos originales, falta lo referente a la cosmogonía tarahumara".
Por otro lado, los hechos reales ''rebasaron" al dramaturgo. Ahora, se conoce una historia más compleja que no ha concluido, pues el argumento sólo llega hasta el rescate de Rita del psiquiátrico.
En cuanto a la demanda, ''va muy bien, sobre todo contra los 30 médicos". En Estados Unidos ''una ley prohíbe administrar fármacos al paciente sin permiso de éste o de un familiar. Y en este caso, debieron buscar un tutor que autorizara el suministro, que la convirtió en farmacodependiente con efectos secundarios, como tics, mal de Parkinson y nubes en los ojos", puntualiza Rascón Banda. La otra falta grave, agrega, ''tanto del hospital como de la policía es que siempre que hay un extranjero indocumentado debe ser deportado o avisar a su consulado o embajada. No siguieron el procedimiento, aunque ellos dicen que sí".
La historia real de La mujer que cayó del cielo confirma que a final de milenio aún queda mucho por reflexionar sobre las comunidades indígenas de nuestro país.