n Plantea que el médico de EU los examine en México
La SRE entregó pasaporte sólo a uno de los niños de Acteal
Angeles Mariscal y Juan Balboa, corresponsales, San Cristóbal de las Casas, Chis., 5 de agosto n Sólo uno de los tres niños tzotziles sobrevivientes de la matanza de Acteal -que buscan viajar a Washington para someterse a una evaluación completa en el Centro Médico de la Universidad de Georgetown- obtuvo su pasaporte, una vez que se reunieron los requisitos exigidos por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
En tanto, la cancillería emitió un comunicado en la ciudad de México en el que, ''mientras se aclara la situación legal'' de los niños, expresa que ''el gobierno de México se encuentra en la mejor disposición para invitar a nuestro país al especialista que ha manifestado su interés para examinar a los menores, a fin de que personalmente pueda revisar la condición de los infantes y dialogar con los médicos mexicanos que han estado pendientes de su tratamiento y recuperación''.
En el caso de la niña Zenaida Pérez Luna, de seis años de edad y quien perdió la vista por una herida de bala en la parte trasera de la cabeza, un juez familiar de San Cristóbal inició el proceso para otorgarle la patria potestad a sus abuelos maternos, por lo que el trámite ha quedado pendiente hasta que el juez envíe el documento a la cancillería y los tutores viajen de Acteal a Tuxtla Gutiérrez para firmarlo.
Gerónimo Vázquez Ruiz, de cinco años, y Efraín Gómez Pérez, estuvieron por la mañana junto con sus acompañantes en las oficinas del juez familiar para recibir un papel en el que Agustín Vázquez, indígena tzotzil e integrante de la Sociedad Civil Las Abejas, es nombrado tutor provisional de los niños para que éstos puedan obtener su pasaporte, como ya ocurrió en el caso de Efraín.
La intervención de la abogada Martha Flores Figueroa, quien ha llevado el caso de varios de los sobrevivientes de Acteal, logró destrabar los trámites burocráticos y la negativa de la Secretaría de Relaciones Exteriores de dar los papeles a los niños sobrevivientes, quienes serían evaluados por el neurocirujano Michel Medlok, del Centro Médico de la Universidad de Georgetown.
En su comunicado, la cancillería asienta que ''en el caso de la tramitación de pasaportes para menores de edad, el derecho mexicano exige estrictos requisitos legales que protegen escrupulosamente a los infantes. Por ello, la secretaría pone especial atención a fin de que sea plenamente respetado ese derecho y se asegure la mayor protección de los menores''. Informó que ''consciente de que los niños habían recibido en México atención médica, solicitó los expedientes clínicos a fin de poder conocer su situación médica''. De ellos se desprende -dijo- ''que la menor Zenaida Pérez Luna recibió tratamiento médico por parte del doctor Ricardo Washington (sic), reconocido oftalmólogo, quien realizó un tratamiento minucioso y constante mediante el cual Zenaida ha recobrado casi la totalidad de su capacidad visual''.
Sobre el niño Gerónimo Vázquez Ruiz, la cancillería señala que ''ingresó al hospital 20 de Noviembre del ISSSTE, en donde recibió tratamiento médico y se le practicaron diversos estudios para poder llevar a cabo una cirugía reconstructiva de cuatro dedos de su mano y articulación del brazo derecho. Pasados seis meses, se le practicó una segunda intervención para lograr una mayor movilidad de su mano. Su tratamiento continúa''. Y en el caso caso del menor Efraín Gómez Pérez, ''el primero en ser dado de alta'', la revisión que la SRE hizo de su expediente médico indica: ''Se le trató para la reconstrucción de algunas partes de su cuerpo afectadas por esquirlas de bala. Se hicieron los arreglos para que su recuperación se continuara en Tuxtla Gutiérrez''.
Mientras, en la capital chiapaneca, los tzotziles Agustín Vázquez Ruiz, Vicente Luna Ruiz, Victorio Gómez Pérez y el sacerdote jesuita Pedro Humberto Arriaga Alarcón, entregaron un escrito a la delegada de la SRE, en el que protestan por la ''discriminación y trabas'' antepuestas por la cancillería para entregar pasaportes a los niños. En el escrito asientan su ''más enérgica protesta porque los trámites que se nos solicitan son discriminatorios y obstaculizantes, que nos hacen menos mexicanos sólo por ser indígenas marginando, violando gravemente nuestras garantías individuales y derechos humanos''. Le recuerdan a la cancillería que los paramilitares agresores del 22 de diciembre de 1997, destruyeron los documentos con que contaban. (Juan Antonio Zúñiga M.)