DESEMPLEO, SIMULACION Y DESINTEGRACION
El secretario de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, Javier Paz Zarza, señaló ayer que sólo 14 millones de los 35 millones que conforman la población económicamente activa (PEA) tienen trabajo estable. Se refirió al alarmante incremento de la pobreza y de la miseria -que afectan, res-pectivamente, a 53 y a 20 millones de mexicanos- y pronosticó que, de continuar vigente la actual política económica, más de 70 por ciento de la PEA se ubicará, dentro de una década, en la economía informal.
Los datos del legislador panista tienen dos lecturas: por una parte, ponen en evidencia la simulación y la alquimia estadística que convierte el drama del desempleo masivo en guarismos políticamente correctos (una tasa de menos del 3 por ciento de desempleo abierto en áreas urbanas y 5.5 por ciento de ocupación parcial y desocupación a junio de este año, según datos del INEGI) y en la propaganda oficial inverosímil y ofensiva; por la otra, el señalamiento del Legislativo pone de relieve el carácter desarticulador y desintegrador del modelo económico vigente.
En efecto, el recetario que aplica el gobierno desde 1982 hasta la fecha, en la medida en que provoca la contracción del mercado laboral, no sólo tiende a desgarrar el tejido social, sino que socava los fundamentos fiscales del Estado, toda vez que reduce el universo de los causantes y, en consecuencia, tiende a incrementar las cargas impositivas, en la medida en que éstas se distribuyen entre un número menor de individuos.