La Jornada viernes 6 de agosto de 1999

Astillero Ť Julio Hernández López

El coordinador de la elección priísta de candidato presidencial, Fernando Gutiérrez Barrios, tuvo muy claro, desde el momento en que conoció su nueva asignación, que en esta delicada tarea se estaba jugando el prestigio acumulado a lo largo de una carrera política en la que ha sido clasificado como el hombre de la mano de hierro envuelta en guante de seda, como el policía político más sensible e inteligente de la historia del sistema mexicano, e inclusive como una leyenda política viviente.

Don Fernando, como se le llama con respeto en el medio político oficialista, pareciese estarse encaminando a la dificilísima hora de las decisiones fuertes, acaso históricas, en materia de la contienda tricolor interna. Simple y sencillamente, las chivas se le están saltando las trancas. Y él, el hombre leyenda, el político más y mejor informado, el poseedor de la historia de décadas dedicadas al oficio de gobernar, tiene que decidir si de verdad se asume como un árbitro imparcial, autónomo, fuerte, respetado, o queda como mera figura decorativa, como referencia discursiva, nombramiento sin poder real.

Las historias de Panchito y Betito

Porque sucede que dos de los escolapios dejados bajo su custodia, Beto y Pancho, no sólo se están portando mal de manera reiterada, sino que amenazan con pasar a las manos, no esperando a que haya recreo sino, desde ya, trepados en los mesabancos y con el maestro enfrente.

Resulta que Pancho acusa a Beto de hacerle bulla de manera inaceptable, mediante un estribillo en el que habla de darle de madrazos al sinaloense Pancho, cuyo nombre presuntamente habría sido escrito mero arriba de la lista escolar por un dedo superior, por un dedazo. Frente a esa ofensa, Pancho ha recordado que Beto es un niño malcriado, mimado y gastalón, que dice falsamente haber hecho en su casa una tarea que a todas luces es mentirosa, que se pavonea por todos lados gracias al dinero que sacó tanto de los bolsillos de sus parientes pobres como de los domingos que le dan ciertos parientes ricos cuyas fortunas son poco claras y que, en resumen, es mentiroso, demagogo y despilfarrador del dinero ajeno.

¿Qué hacer si los niños no hacen caso?

Frente a esos pleitos, don Fernando ha advertido que no permitirá más pataleos ni jugarretas, y que de ser necesario podría expulsar a ambos chicos de la escuela, quedándose nada más con Manuelito y con Humbertito, quienes ciertamente no están sacando buenas calificaciones pero, en fin, podrían ser premiados por su docilidad y pasividad actuales.

Lo malo para don Fernando es que los niños peleoneros no le han hecho caso. Panchito ha vuelto a las andadas y ha dicho que Betito se gastó en promociones personales una buena cantidad del dinero de su casa tabasqueña. Es cierta la acusación, pero también es cierto que el maestro de la escuelita había advertido que no quería más pleitos.

En fin, habrá que estar en espera o del reglazo sobre la mano, o las manos, de los chicos desobedientes, o de la desidia de un pedagogo que, a sus años, con tanta experiencia a cuestas, podría acabar siendo considerado como un mero maestro pasalón.

Rosario, Andrés Manuel, Mayans...

Todo está listo para que Rosario Robles sea nombrada jefa interina del gobierno de la capital del país, en el entendido de que el titular, Cuauhtémoc Cárdenas, habría de solicitar licencia para participar en el proceso de consulta con el que los partidos de oposición pretenden nombrar candidato único a la Presidencia de la República o, en otro escenario, para ser candidato en solitario del Partido de la Revolución Democrática.

Robles tiene todo a su favor: la voluntad del mandatario saliente; la simpatía del muy probable candidato perredista a la elección constitucional de gobernador del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador; y el respaldo de la mayoría de los diputados locales, que coordina Martí Batres.

El asunto, sin embargo, como suele suceder en el ámbito del sol azteca, puede tener todavía jaloneos de última hora. Sin embargo, la propuesta de Robles forma parte de un conjunto de decisiones en las que está implicada la decisión de Cárdenas de posicionarse con fuerza como real aspirante presidencial y a la pretensión, también en curso, de que López Obrador cuente con un ambiente propicio para el lanzamiento y desarrollo de su postulación al gobierno capitalino.

Del lado de la mayoría perredista de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal todo está preparado para que sea aprobada la decisión del relevo de Cárdenas y la aprobación de Robles. El número de diputados locales que coordina Batres es suficiente para dar paso a Rosario, pero aun así es posible que haya otros sufragios no perredistas a su favor.

Respecto a la postulación de López Obrador puede anotarse que es un proceso muy avanzado. Son varios los dirigentes de fracciones, grupos y corrientes perredistas que han manifestado su deseo de que el tabasqueño busque el gobierno de la capital del país.

Según las diversas encuestas realizadas por la cúpula del sol azteca, Andrés Manuel es, con mucho, el perredista con mejores perspectivas para luchar por el gobierno del Distrito Federal.

Alianza opositora en Tabasco

Respecto a Tabasco, todo apunta a que los grupos priístas adversos al madracismo y al zedillismo estarían por recorrer el último tramo de su lucha al interior del PRI. Luego de hacer días atrás un llamamiento a la directiva de su partido para que en aquellas tierras tropicales el priísmo sea incluyente, plural y abierto, y no lo contrario, como ahora sucede, algunos de los personajes inconformes podrían pasar a un esquema de frente opositor amplio (al estilo de Pablo Salazar Mendiguchía en Chiapas) que con el PRD como eje habría de participar en las elecciones estatales del 2000. El hombre más enfilado para ser candidato de esa alianza opositora tabasqueña es el senador todavía oficialmente priísta, Humberto Mayans.

En ese escenario, en cuanto López Obrador deje resuelto el asunto tabasqueño (absteniéndose de ser el candidato natural, y abriendo el paso a una alianza opositora con visos de triunfo), estará en condiciones de asumir la candidatura perredista en el DF.

Las perspectivas de Andrés Manuel tienen, por lo demás, un punto de referencia todavía impreciso. Si los partidos opuestos al PRI deciden hacer una alianza en busca de la Presidencia de la República también la harán para los otros cargos en disputa en el 2000. En el PRD hay quienes creen que la consulta opositora dará el triunfo a Vicente Fox y no a Cuauhtémoc Cárdenas.

En esa perspectiva, y desde un par de semanas atrás, un grupo de senadores y diputados federales panistas impulsan la idea de que si Fox fuese el candidato presidencial debería abrirse el camino al PRD para que buscara en alianza el gobierno capitalino, mostrando con ello continuidad en el trabajo de Cuauhtémoc y manteniendo un espacio importante de poder para el sol azteca.

Una iniciativa impulsada entre otros por el senador Francisco Xavier Salazar Sáenz exploraba la semana pasada un escenario como el aquí planteado. En ese esquema, el acuerdo podría ser negociado en función de un candidato aceptable para ambas partes, como Demetrio Sodi de la Tijera, o uno establecido de manera incondicional por el PRD, como sería López Obrador.

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