n "Tarde o temprano requeriremos respaldo de la sociedad y el gobierno"
Reitera Barnés negativas a las demandas de los paristas
Karina Avilés n Después de hacer una reiteración de sus no: "No podemos aceptar un congreso universitario resolutivo", "no podemos regresar a un reglamento de inscripciones que concede privilegios a los estudiantes que no cumplen con su responsabilidad de estudiar" y "no podemos volver a aceptar la relación con las prepas populares", el rector Francisco Barnés de Castro afirmó que si el proceso de negociación con los huelguistas se agota, "tarde o temprano la universidad requerirá el respaldo de la sociedad y de su gobierno para restituirla al marco legal que le corresponde".
Barnés de Castro consideró además que "el exceso de prudencia" de la policía capitalina "está poniendo en riesgo los derechos de otros o cancelando los de miles de universitarios, así como la seguridad de las personas".
Durante un recorrido por la Clínica Periférica de la Facultad de Odontología -donde hay poca participación de paristas-, una alumna le propuso que solicite la intervención del Ejército Mexicano para que los huelguistas regresen las instalaciones.
Barnés de Castro respondió: "Los universitarios guardamos mala memoria de las intervenciones del Ejército en la universidad". Y agregó que si "no encontramos una solución, eventualmente habrá que pensar en recurrir a las autoridades para que se restablezca la legalidad universitaria".
A consideración, propuesta de los eméritos
Por otra parte, el rector señaló que la propuesta de 8 profesores eméritos "es algo que habrá que considerar en su oportunidad y ver los efectos que esto tiene", como parte de una discusión amplia en el marco de un acuerdo global.
En ese sentido, dijo que el planteamiento de los académicos -que establece la suspensión de pagos por diversos servicios previstos en el Reglamento General de Pagos (RGP)- "tiene una gran pluralidad ideológica".
El rector Barnés confió en que los alumnos que de buena fe participan en el movimiento, al cual "se metieron porque pensaban que de esta manera defendían un principio para ellos importante", todavía "tengan la capacidad de modificar la forma en que los verdaderos líderes tratan de imponer sus decisiones".
Hizo votos porque en los próximos días "se dé un cambio de actitud generada por las diferentes iniciativas de solución al conflicto que se han dado recientemente por diferentes grupos de universitarios". Dijo también que espera que "haya una reconsideración de las posiciones intransigentes para que en fecha próxima podamos regresar a las instalaciones para iniciar a tiempo el semestre", que comienza el 16 de agosto.
El diálogo, instrumento a seguir
Barnés de Castro expresó que el diálogo será el mecanismo que se privilegiará para dar una salida al conflicto.
Señaló que la huelga ha tenido "un costo terrible que están pagando la UNAM, los estudiantes, los académicos y la sociedad por la intransigencia de unos cuantos que se asumen como defensores de la universidad pública que están contribuyendo a destruir".
Afirmó que la UNAM enfrenta la amenaza de que cada que toma una "iniciativa de transformación", año tras año, "estos mismos grupos que hoy tienen paralizada la institución intentan realizar un movimiento de rechazados". La estrategia de ellos, según dijo, "es prologar el conflicto lo más que puedan" para sumar a los estudiantes que no lograron entrar a la universidad.
Los que pertenecen al CGH, sostuvo, "imponen sus puntos de vista por la fuerza, bajo amenaza y haciendo uso de la violencia en contra de sus propios compañeros".
La era cavernícola
Al señalar que el marco legislativo de la universidad "es lo suficientemente flexible" y "vale la pena conservarlo", Barnés de Castro dijo que la UNAM está abierta para recibir iniciativas en torno a su transformación.
Por cierto, comentó, "ha surgido alguna propuesta desastrosa" que implicaría "volver a la época cavernícola de la universidad, donde los universitarios dirimen sus controversias internamente, y cuando no lo pueden hacer transforman sus órganos de gobierno una y otra vez, como lo hicieron en aquella época en donde no había autoridad que durase más de un año". Señaló que la ley orgánica que rige a la institución "le ha dado una enorme estabilidad", misma que buscan romper "los grupos" que tantas veces mencionó.
Al preguntársele si sería el momento oportuno para que él encabece el proceso de "negociación" con los paristas, respondió: "La Comisión de Encuentro tiene perfectamente la capacidad para poder conducir el diálogo".
Y ratificó el "arrepentimiento" que confesó a un medio electrónico la semana pasada: " Si hubiera tenido la información de ahora, evidentemente no habría tomado la iniciativa (del RGP)".
šYa vienen los paristas!
Barnés realizó un recorrido por la Clínica Periférica de Odontología en Xochimilco. Ahí, respondió a las preguntas de un grupo que permanecía en un salón de clases.
Un alumno le señaló que el paro ha afectado seriamente las consultas que ofrecen a los pacientes.
-ƑDe dónde son (los pacientes)? -preguntó Barnés.
-Del pueblo- respondió a coro el grupo.
-ƑQué alternativas tienen ellos si no vienen con nosotros? -insistió el rector.
-Ninguna -contestó un estudiante.
Al planteamiento de una toma "pacífica" de las instalaciones, Barnés respondió: "De ninguna manera considero prudente un enfrentamiento entre los estudiantes".
El recorrido lo realizó en calma hasta que llegó el pitazo de que: "Ya vienen los paristas". Minutos después, Barnés subió a un auto Malibú color gris.