n Pacheco es Alfonso Reyes más la historia contemporánea, dijo Monsiváis


Nunca imaginé llegar a los 60 años; me falta mucho por aprender: JEP

n La amistad es la parte más maravillosa de la literatura, señala n Homenaje en la UANL

Mario Núñez, especial para La Jornada, Monterrey, NL, 4 de agosto n Está acorralado. Una cámara de televisión, una reportera que le aplica marca personal, algunos mirones, otros curiosos. Es José Emilio Pacheco.

-ƑAhora sí se está dejando entrevistar?

-Pero, Ƒqué otra cosa puedo hacer aquí?

''Padezco un asedio terrible todos los días por teléfono, me habla gente preguntándome de cosas que yo no sé... Ƒqué piensa de la coalición?, Ƒqué piensa del aborto?, Ƒcómo ve el sida?... Ƒqué puedo saber yo de eso?... No me gustan las entrevistas, porque uno se vuelve actor y sólo busca quedar bien. No hay conversación."

Otro de los argumentos para negarse a interrogatorios es no estar conforme con su forma de expresarse verbalmente, situación que cambia cuando la cosa es escrita.

''Por qué no entrevistan a gente que no escribe; yo soy muy torpe para hablar, mejor entrevisten a un pintor, a alguien más... porque luego me van a pedir 'defina usted la poesía' y yo, Ƒcómo respondo a eso? Mejor les digo a quienes me preguntan: yo encantado de darte consejos a cambio de que tú también me des consejos, porque tú eres más joven y ves las cosas desde otra perspectiva. La entrevista es un diálogo entre un superior y un inferior y eso, pues no."

-ƑHay quien diga que después de Octavio Paz y Jaime Sabines el poeta vivo de México es José Emilio Pacheco?

-Creo que Sabines era un gran poeta. Ya lo dije en un texto donde vienen las cosas que sé decir por escrito y que nunca encuentro el lenguaje oral para decirlo, pero en su momento yo escribí de los dos, de Paz, desde luego, que es un gran poeta, pero Sabines también. Son poetas muy distintos y hay una cosa que no hemos podido resolver, decimos, ''la literatura debe ser para todos y hay que llevar el arte al pueblo", pero si alguien es leído como fue leído Sabines, vale la pena. Yo quisiera haber tenido, nunca los voy a tener, los lectores que tenía Sabines, pero no porque no los tenga yo y los haya tenido Sabines, no voy a negarlo como poeta. Yo estoy muy lejos de compararme con Paz y con Sabines.

 

Leer y escribir, labor inconclusa

 

-ƑA qué saben los homenajes?

-Se agradecen muchísimo, cómo iba a pensar uno en tanta generosidad, además no es obligación de nadie venir, esto es muy espontáneo y muy agradecible... Yo no sabía si echar a correr.

-ƑQué se siente cumplir 60 años?

-Todo lo que me decían es cierto. Me decían aprovecha, porque después no vas a tener esa energía y pensé que todo el tiempo iba a seguir igual... pero la memoria, los ojos, šcuántas veces tuve que cambiarme de anteojos!, es terrible, además estoy rodeado de muertes de amigos o de gente que está muy enferma. Eso de los años se vuelve muy dramático, hay un problema muy serio de disminución de posibilidades.

-ƑQué hace con mayor facilidad... la poesía o la novela?

-No se me da ninguna, porque todavía estoy aprendiendo. Bueno, a mí me falta tanto y Ƒtendré tiempo para hacerlo? Mira todo lo que me falta no sólo por escribir, sino por leer. Me voy a morir sin haber leído todo lo que debí haber leído.

-ƑLa literatura trae amigos o enemigos?

-Puede traer muchas enemistades, pero más amistades, esa es la parte maravillosa, aunque siempre va a haber alguien que se moleste. Yo puedo decir cualquier cosa y siempre va a haber alguien que crea que es contra esa persona o que me diga ''Ƒpor qué hablaste de José Alvarado y no mencionaste un texto que publiqué en Matehuala en 1970?".

-ƑQué hizo el pasado 30 de julio?

-Comí con mi familia. Sólo en Monterrey, la UANL me celebra. En Puebla me dieron un reconocimiento pero ni sabían de mi cumpleaños... sólo en un texto de Monsiváis salió algo, pero nada más... Bueno, vámonos.

Mario Núñez, especial para La Jornada, Monterrey, NL, 4 de agosto n En la tierra de Alfonso Reyes fue imposible evitar las comparaciones entre el autor del Sol de Monterrey y José Emilio Pacheco, para quien la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) abrió de par en par las puertas de su biblioteca Raúl Rangel Frías con motivo de haber cumplido -el pasado 30 de julio- seis décadas de una vida compuesta por diversos ingredientes de los que Carlos Monsiváis señala, entre otros, ''lectura voraz, obsesión por las informaciones bibliográficas, impaciencia ante la enseñanza lenta y lineal, respeto por sus mayores, revisión de los panoramas culturales de México y el mundo, exploración detallista de librerías y bibliotecas, y un gusto sensual de los libros como objeto".

En este ''mínimo homenaje a un autor máximo de las letras mexicanas", de acuerdo con Humberto Salazar, secretario de Extensión y Cultura de la UANL, fue Vicente Quirarte el primero en relacionar la obra del ''regiomontano universal'' con la del autor de Las batallas en el desierto.

''Hablar en Monterrey sobre José Emilio Pacheco conduce de manera casi inevitable a recordar a Alfonso Reyes. Talento, poligrafía, preocupación universal, son cualidades que los hermanan, pero es justo establecer sus diferencias", mencionó el poeta Quirarte y recordó aquella ocasión en la que Pacheco se negó a que Editorial Era y la Universidad Nacional Autónoma de México publicaran sus ''inventarios".

 

Conversar para romper el hielo

 

Monsiváis fue más contundente al momento de comparar, de hallar similitudes: ''Pacheco es Alfonso Reyes más la historia contemporánea, más la conciencia histórica, más Enrique Sureña, más la poesía anglosajona, más la sabiduría hemerográfica, más, sobre todo, José Emilio Pacheco".

Con esa timidez y renuencia al trato con los periodistas, cuando todos hablaron sobre él y su obra, incluso el crítico Christopher Domínguez -quien se limitó a enviar una carta que leyó Salazar-, el homenajeado dijo considerar ''anticlimático" ponerse a leer, lo mismo que hablar por hablar, por lo que sugirió a los universitarios ''conversar para romper el hielo".

Intervino Carlos Monsiváis: ''Bueno, pues si quieres romper el hielo, nosotros nos vamos" y, pese a sus protestas, José Emilio Pacheco se quedó solo ante la concurrencia.

''Yo tengo la mayor admiración por Reyes -respondió José Emilio- y no trato de compararme con él. Reyes es un escritor excelente, pero lo que atenta contra él son los 25 tomos de sus supuestas obras completas... Con las actuales condiciones de vivienda, Ƒdónde diablos mete uno 25 tomos de Alfonso Reyes en su casa?"

 

Las iniciales más famosas

 

''Tampoco puedo darme baños de modestia, porque si fuera una gente modesta no aceptaría estar aquí", dijo Pacheco a los regiomontanos después de recibir un alud de elogios.

''Estoy muy agradecido", dijo minutos después de enterarse que Quirarte lo llamó ''nuestro Sherlock Holmes", ''nuestro Tarantino" y ''uno de nuestros escritores más originales", lo mismo que ''para agradecerle su fecunda existencia".

Luego de confesar que ''jamás pensó llegar a tener 60 años", Pacheco provocó carcajadas al anunciar que ésta es su ''última visita del milenio a Monterrey"; cuestionó el término ''militar romano" que llama ''provincia" a los estados de la República y recuerda 1964, cuando Alfonso Rangel Guerra, Hugo Padilla y Arturo Cantú lo invitaron a dictar las primeras conferencias de su vida.

''A Monterrey le debo el poder hablar en público, yo pensé que jamás podría dar una conferencia y la primera vez que lo hice fue aquí. Por medio de la revista Estaciones tuvimos contacto con escritores de otros estados. Hugo Padilla me dijo aquella vez: 'nunca leas, mejor habla, siempre con notas porque luego divagas, pero habla'".

Más preguntas y las palabras regresan a Monsiváis, por quien Pacheco asegura ''seguir acostumbrado a la crítica".

El autor de la columna ''Por mi madre bohemios" resumió 42 años de amistad y destacó que ''si hay un experto en literatura comparada es él", declarándolo el ''anti Juan de Dios Peza" por su pesimismo sobre la niñez y la adolescencia, recordándole que su firma, JEP, son ''las iniciales más famosas del periodismo mexicano", describiendo su periodismo cultural como ''ágil e informado, muy bien escrito y siempre inesperado.

''Cada vez que lo leo, cada vez que publica me convenzo, José Emilio es, por lo pronto, insuperable", agrega.

ƑQué más decir? -se preguntó el autor de Amor prohibido.

''A 42 años de conocerlo sigo teniendo acrecentado el mismo juicio sobre José Emilio Pacheco, es un gran escritor, un amigo generoso, un espíritu cívico, un maniático de la información y un devoto de la literatura.

''Moderno, tradicional, y si tal cosa existe, posmoderno, por lo menos en lo tocante a su gusto por los fragmentos, José Emilio es todo lo que siempre quiso ser, un practicante de la literatura de tiempo completo."