n Se estrena Erótica de fin de circo, en el CNA


Cortés: violencia o erotismo, únicas formas de confrontar al público

n Propone un viaje onírico que va del amor a la necrofilia

Carlos Paul n Celebremos los latidos eróticos de fin de siglo y de milenio, y contrarrestemos la fuerza de las ideas apocalípticas, con el amor platónico y el carnalmente apasionado; con el derecho de elegir a tu pareja sexual, y por qué no, con la práctica de la necrofilia o de la zoofilia mediante un viaje onírico al estilo de Lewis Carroll en Alicia en el país de las maravillas.

Nada más natural que el deseo sexual que, como en un teatro, es ceremonia activa, representación y rito.

Sólo existen dos formas de confrontar al espectador, por medio de la violencia o el erotismo, opina Israel Cortés (Distrito Federal, 1973), fundador hace dos años de la Compañía Circo Raus, que se propone explorar e integrar en el escenario los conceptos del arte circense, del teatro, la danza y el jazz, para denominarlo circo de cámara.

Erótica de fin de circo es el segundo proyecto del grupo, que será estrenado hoy. El funámbulo, su ópera prima, fue premiada por la crítica especializada como Mejor Director de teatro de búsqueda.

 

Fin de siglo, sólo un atardecer

 

La mayoría de la comunidad performancera, señala Cortés, ''ha optado por la violencia, pero ya es tan cotidiana que no nos confronta plenamente.

''En cambio, el erotismo es una vía infinita de exploración. Con esta obra, no sólo quiero erotizar al espectador, sino confrontarlo con el erotismo'', puntualiza Cortés, de quien gran parte de su formación profesional, apunta en su curriculum, se debe a su trabajo en compañías extranjeras como Carbono 14, de Canadá; Odin Teatret, de Dinamarca; Philippe Genty, de Francia, y Atanor Danza, de Colombia. Además de haber participado en los talleres de los maestros Héctor Mendoza, Luis de Tavira y Vicente Leñero.

Con Erótica... ''intentamos reproducir un sueño, que el espectador no tenga la impresión de que la obra empezó y acabó, sino que sea como ocurre con los sueños, que nacen y mueren.

''Es un viaje onírico en el que apenas hay diálogos, un amplio abanico erótico en movimiento que pasa por el amor platónico, el homosexualismo, la necrofilia, la zoofilia, hasta llegar al amor más apasionado, para terminar en la melancolía."

La anécdota gira en torno de un joven insomne que por fin logra conciliar el sueño, en el que se enamora de una trapecista, cuya búsqueda lo lleva a sufrir una serie de espejismos.

Esta puesta en escena, a diferencia de la primera, es ''más visual". La danza, el trabajo acrobático y gestual es la prioridad, pues ''el entrenamiento de los actores ha sido más riguroso". Además, al igual que en El funámbulo, habrá música en vivo compuesta por el contrabajista Agustín Bernal e interpretada por una pequeña banda de jazz, cuyos integrantes son Iraida Noriega (voz de Duermevela), el mismo Bernal, Tony Cárdenas (batería) y Emiliano Marentes (guitarra).

Para Israel Cortés es importante que los cuerpos se vuelvan imágenes que logren estimular la imaginación del público. En ese sentido, la propuesta coreográfica de Jerildy Bosch, ''es bailar sobre todo lo que no sea piso horizontal", además de utilizar la acrobacia circense no como un fin en sí mismo, sino como un medio escénico.

''Queremos ser más rigurosos en la metáfora del circo".

Y aunque el creador se asume como parte de una generación que ha ''estado formada para creer que el año 2000 es la decadencia de la humanidad", es una persona ''muy optimista" y considera que este fin de siglo no es distinto a otros.

Su optimismo, dice, radica en las frases que abren y cierran el espectáculo:

''Erase una vez el fin del circo. Erase una vez, que no era el fin del circo, sino tan sólo el atardecer''.

Somos la generación de la crisis, abu nda, pues ''desde que nacemos nos dicen: el teatro está en crisis, la economía está en crisis, el país está en crisis". Sin embargo, considera que ''confundimos el final con el atardecer''.

Lo que vivimos ''a fin de siglo y de milenio, a pesar de los pesares, es sólo un atardecer y no el fin de nada".

Compañía Circo Raus está integrada por Jerildy Bosch (intérprete de Circa y Puchinela), Rodolfo Jacuinde (El Viejo Frediani), Domenico Espinosa (Sancha Frediani), Diana Edén (Hechicera, Puchinela), Ramón Solano (El Mago Turpin), Silvia Carusillo (Absurdina, Puchinela), y Renata Wimer (Risclaro, Puchinela). La escenografía es de Jorge Balloina, la iluminación es de Víctor Zapatero, maquillaje de Jorge Siller y vestuario de la misma Bosch.

(Erótica de fin de circo se estrena hoy, a las 20:30 horas, en el Teatro de las Artes, del Centro Nacional de las Artes, en Churubusco y Tlalpan, colonia Country Club.)