Ť Niega supuesta venta de 40 mil hectáreas de selva
Promueve Albores una campaña de linchamiento, afirma Salazar
Elena Gallegos Ť En Chiapas, el gobernador Roberto Albores Guillén escala un conflicto de graves dimensiones. Al publicitar con desplegados periodísticos y programas radiales y televisivos una versión completamente falsa de lo que ocurrió hace cinco años en San Isidro La Gringa (comunidad ubicada en la zona de los Chimalapas) busca exasperar los sentimientos de los chiapanecos, alentar la confrontación y provocar un clima de linchamiento contra Pablo Salazar Mendiguchía, quien liderea la iniciativa de construir una alianza opositora por la gubernatura que se disputará en el 2000.
Así, Albores Guillén se empeña en hacer creer que tanto Salazar como el ex gobernador interino Javier López Moreno son autores de un moderno santannazo por haber ''vendido'' --difunden sus voceros-- más de 40 mil hectáreas de la rica reserva de la selva zoque, lo que en realidad nunca ocurrió.
Luego de denunciar estos hechos, el senador Salazar Mendiguchía responsabiliza a Albores Guillén de su seguridad personal y le expresa al secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco --quien no ha respondido una solicitud de audiencia y fue uno de los protagonistas de aquel episodio-- que en aquella entidad se está llegando a una situación límite.
''Le quiero informar al secretario Carrasco, quien como gobernador de Oaxaca conoció muy de cerca esta situación, de toda esta oscura historia para que después la Federación no se sienta engañada ni se diga ignorante de lo que pasa, porque en Chiapas este tipo de confrontaciones artificiales suelen terminar con muertos''.
La historia no tiene nada de la turbiedad de la versión que Albores y sus voceros promueven y quieren atribuirle. Para documentarla, Salazar Mendiguchía exhibe documentos, publicaciones de aquel año (1994) y declaraciones de quienes estuvieron involucrados en el asunto. La acusación que el gobernador hace a López Moreno y a Salazar Mendiguchía, quien de marzo a mayo fue secretario de Gobierno, intenta convencer de una supuesta venta de 40 mil 945 hectáreas, la que habría cercenando el territorio chiapaneco a favor de Oaxaca.
No fue así. Los límites nunca se afectaron. A petición expresa de la Federación, el gobierno chiapaneco medió en la negociación efectuada entre la Secretaría de la Reforma Agraria y el Comité Nacional para la Defensa de los Chimalapas para lograr la indemnización de los nacionaleros que se habían asentado en esas 40 mil hectáreas de San Isidro La Gringa.
El objetivo: conseguir que la zona se usara para un programa piloto de reserva ecológica. Ese había sido uno de los sueños de Luis Donaldo Colosio, quien como secretario de Desarrollo Social mostró especial interés en que aquello prosperara. Para conseguirlo, el 3 de marzo de 1994 se signó una minuta de trabajo en la que se da cuenta de los esfuerzos que ya se realizaban y que suscriben, entre muchos otros funcionarios de los gobiernos federal y estatal, López Moreno y Salazar Mendiguchía.
Sin embargo, no es hasta el 8 de septiembre de ese mismo año cuando se consigue firmar el convenio final que convierte a esa zona en reserva ecológica. Para ese entonces, Pablo Salazar Mendiguchía no desempeñaba función alguna en el gobierno estatal, puesto que ya había sido electo senador.
De hecho, las partes firmantes son el Poder Ejecutivo Federal, a través del secretario de Desarrollo Social, Carlos Rojas, y el Comité Nacional para la Defensa de los Chimalapas. Atestiguan el acuerdo los gobernadores de Oaxaca, Diódoro Carrasco, y de Chiapas, Javier López Moreno. Se trata, pues, de una indemnización. Salazar Mendiguchía lo repite con insistencia: ''Ahí no hubo cesión, venta ni afectación''.
Casi cinco años después y ''buscando cobrarse facturas políticas'', Albores Guillén lanza en los medios de comunicación de Chiapas una campaña en la que exhibe al senador y al ex gobernador como modernos ''Santa Annas'' por haber supuestamente ''vendido'' parte del territorio estatal. De hecho, ayer mismo y acarreados por funcionarios locales, 500 campesinos rodearon el Congreso en Tuxtla Gutiérrez y exigieron castigo a los ''traidores''. Pidieron, por lo pronto, que se les inicien juicios político y penal.
Lamentablemente, en la ''amañada'' versión que difunde el gobierno de Albores no aparece aquel acuerdo del 8 de septiembre. Tampoco se precisa quiénes lo signaron y mucho menos se aclara que el gobierno estatal medió en un acto de indemnización realizado en busca de proteger una de las regiones más codiciadas del país, ya que, entre muchas otras cosas, representa 40 por ciento del potencial hidrológico de México y su biodiversidad es más rica que la de Estados Unidos y Canadá juntos.
Y aunque Albores Guillén se llenó la boca el lunes pasado, en el acto que para finiquitar los problemas en dicha zona encabezó otro chiapaneco, Eduardo Robledo Rincón, al señalar que el problema de los Chimalapas no era ni político ni de límites, sino agrario y ecológico, ''en mi estado se empeña en dar una versión perversa, con todas las implicaciones que eso tiene'', reitera el senador que recientemente abandonó el PRI.
--ƑPor qué habla de cobro de facturas?
--Yo he estado denunciando las corruptelas de Albores. Es el gobierno más corrupto que ha tenido mi entidad. Hace poco hablé de la empresa Abasto Global, que apareció apenas 30 días después de que Albores relevó a Julio César Ruiz Ferro y que con un capital social de sólo 50 mil pesos recibió la concesión para repartir los desayunos escolares en todo el estado por un monto superior a 80 millones de pesos. Coincidentemente, las siglas de esa empresita (AG) coinciden con las iniciales de los apellidos del gobernador.
''Después me referí a las dádivas que se repartieron a los legisladores priístas locales. Se me pidieron pruebas, pero no hubo necesidad de darlas, puesto que un diario local documentó cómo dichos diputados se habían hecho de autos lujosísimos de la noche a la mañana.
''Además, Albores Guillén se sintió profundamente irritado por un acto que encabecé en una comunidad indígena que era tradicionalmente priísta. Ahí me recibieron las autoridades y me dieron el bastón de mando. Lo que Albores no soporta es que están fructificando los intentos de construir, para el relevo estatal, una alianza que ofrezca a los chiapanecos un gobierno de nuevo aliento y esperanza; por eso busca desde ya descalificarme y sabotear la alianza.''
--En el contexto que vive su entidad, Ƒcuál es el riesgo de que la gente crea este tipo de acusaciones?
--Al crear una confrontación artificial manipulando todo lo que en realidad pasó, el gobernador Albores, cuyas prendas no han sido ni la prudencia ni la inteligencia, pretende exacerbar sentimientos regionalistas y convocar a todos los chiapanecos a defender la soberanía y la integridad del territorio, a sabiendas de que está mintiendo y de que nunca hubo tal venta. Pero le dice a la sociedad que hay culpables y que esos culpables somos López Moreno y yo.
Salazar Mendiguchía reitera: ''Lo hago, por lo tanto, responsable de mi seguridad y la de mi familia. Yo viajo constantemente por las comunidades de mi estado. A lo mejor alguien busca interpretar sus sentimientos y cree complacerlo haciéndome algo. Desde ahora le digo que no me va a detener, que vamos en serio, que queremos ofrecer esperanza a los chiapanecos y que sus puntadas producto del alcohol no me asustan''.
Sigue el senador: ''Con la llegada de Alfonso Utrilla a la Secretaría de Gobierno, un muchacho que siempre la hizo de oreja de Gobernación, ni siquiera de funcionario sólo de oreja --repite--, y de Manuel de la Torre, con un largo historial de talamontes y a quien seguramente recordarán porque fue quien llevó a la señora (Lolita) De la Vega en un helicóptero a La Realidad, a la Coordinación de Comunicación Social, se ha agudizado el clima de encono y persecusión en mi estado.
"No es posible --se apena-- que, siempre mareado por los humos del licor, Albores conduzca a una entidad que padece una difícil situación. Por eso quiero reunirme con Diódoro Carrasco; él seguramente recuerda el episodio que ahora se falsea, para enseñarle todo esto y para pedirle que amarren a sus perros, porque lo sostengo: los que tienen el mecate de esos perros son ellos, los funcionarios de la Federación.''
Finalmente, lamenta también que para atizar esa campaña de odio se haya usado a Emilio O. Rabasa, el padre del actual comisionado para el diálogo --''por cierto inexistente''-- y a quien buscan meter en la lucha sucesoria. ''Yo no tengo la culpa de la incapacidad de su hijo para manejar el proceso''.
Para apoyar sus dichos, Salazar Mendiguchía muestra las declaraciones que recientemente hizo el viejo Rabasa sobre el asunto de San Isidro La Gringa, ''situación que le es completamente ajena, puesto que hace más de 50 años que no radica en la entidad ni conoce su problemática''.
Esta es la historia de cómo un nuevo conflicto se construye en Chiapas.