El obrador de Francisco Lezcano
Juan Rulfo
Alberto Gironella ha roto desde hace tiempo con las reglas tradicionales de la manifestación plástica, pero no con un estado de alma único.
Tal estado, que entra en los dominios de la literatura y, más todavía de la poesía, en la cual a cada sentimiento le corresponde un adjetivo, Gironella lo utiliza cuando quiere, ya sea para volver a crear un lenguaje plástico, subordinándolo a sus diferentes expresiones de ánimo. Los objetos, empleados para sugerir emoción, están en concordancia con la actitud personal de Gironella, quien siempre desdeña la representación convencional de los sentimientos humanos. Así, será difícil encontrar en sus imágenes expresiones de tristeza, de alegría y, en ningún caso, la descripción de una sonrisa.