La Jornada miércoles 4 de agosto de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

En Guanajuato, lo que más importa hoy en materia política es saber quién será el interino de Vicente Fox y, con ese dato a la vista, avizorar cuál puede ser el verdadero destino de las alianzas partidistas.

De un lado está el interés foxista, que buscaría dejar como sucesor al actual secretario general de Gobierno, Ramón Martín Huerta, quien ha ofrecido, de entrada, que en caso de ser designado interino, para entregar el poder el 26 de septiembre del año venidero, mantendrá el mismo equipo de trabajo que funciona actualmente, y que mantendrá sin cambio las políticas aplicadas hasta ahora por el virtual candidato panista a la Presidencia de la República.

El priísmo siempre concertacesionado

Del otro lado está la oposición priísta, bocabajeada con frecuencia por las concertacesiones y las derrotas que han diezmado a la clase política tricolor y que le han impreso a los militantes de este partido un cuadro permanente de desánimo y una clara convicción de que sus esfuerzos locales son casi siempre obstruidos, pervertidos o aniquilados por las decisiones centralistas, ya de Los Pinos, ya de Bucareli, ya de Insurgentes Norte.

En este flanco, el del priísmo, la apuesta va por el lado del diputado local José Aben Amar González Herrera, quien entre otros cargos ha sido presidente municipal de Irapuato y secretario general de Gobierno en el periodo de Rafael Corrales Ayala, el último gobernador priísta de sexenio completo (Ramón Aguirre, como es sabido, obtuvo oficialmente su constancia de mayoría de votos, pero no tomó posesión a causa de una concertacesión salinista que abrió el paso a Carlos Medina Plascencia).

La poca presencia perredista

Para tener completo el panorama partidista guanajuatense debe incluirse al PRD, a sabiendas de que poca es su verdadera fuerza frente al bipartidismo reinante en esta entidad del Bajío. Por lo pronto, para efectos de postulaciones a gobernador, ayer fue propuesto como candidato el ex presidente municipal priísta de Irapuato, y dirigente del Consejo Coordinador Empresarial en esa población, Sebastián Martínez Castro. Como siempre, las filas perredistas ofrecen material para el enfrentamiento interno, pues el dirigente estatal ha hecho de inmediato declaraciones confusas, que no consolidan la candidatura de Martínez Castro.

La aritmética de las alianzas

El proceso de sucesión guanajuatense ofrece características que permiten avizorarlo como un experimento interesante en materia de alianzas partidistas en busca del poder.

La conformación de las bancadas legislativas que habrán de elegir al gobernador interino de Guanajuato es la siguiente: 16 diputados del PAN, 12 del PRI (uno de ellos, Ricardo Padilla, se ha declarado independiente de la dirección legislativa de su partido, pero se asume como priísta, de tal manera que es de suponerse que a la hora de la votación se mantenga en la línea tricolor), cinco del PRD, uno del Partido Demócrata Mexicano-Partido Acción Social (PDM-PAS), otro del Partido Verde Ecologista Mexicano y uno más del Partido del Trabajo.

Para tener mayoría simple, los panistas necesitarían 19 votos de 36 posibles. Si se allegaran el sufragio del diputado del PDM-PAS (habida cuenta de la cercanía ideológica de este partido, una especie de hermano pobre de la derecha panista), más el del Ecologista (que se mantiene distante del PRD pero atentísimo a las instrucciones que en Bucareli pudiese recibir su dirección nacional), entonces los panistas tendrían apenas la mitad de los votos posibles: 18.

El grupo de los 20 opositores

Pero las cosas no son tan fáciles para que los panistas consigan siquiera la mitad de los votos, ya no se diga la mayoría simple que les permita imponer a Martín Huerta como heredero de Fox: el Ecologista ha manifestado recientemente que no votará jamás por un panista, sobre todo después de los incidentes que ha tenido en la entidad, en los que el gobierno blanquiazul arremetió contra los intereses de militantes del PVEM metidos en asuntos de vehículos irregulares (aunque, como se ha dicho líneas arriba, la belicosidad local podría convertirse en apoyo al panismo si así es decidido en la ciudad de México, más específicamente en el rumbo del Reloj Chino). El Partido del Trabajo, por su parte, parecería obligado a refrendar en lo local su disposición a la alianza electoral que ha hecho con el PRD, aunque también se mantiene coqueteando con el PAN, por aquello de que Fox fuese el verdadero candidato unitario y no Cárdenas.

En ese entorno, los 16 diputados panistas tienen frente a sí un bloque de 20 opositores naturales. Conseguir tres más para tener mayoría simple parece difícil a primera vista pero, justamente en esa circunstancia está el interés máximo del caso guanajuatense, pues podría darse el caso de que la voluntad ciudadana (representada por los diputados locales) sea suplantada una vez más (ya no por concertacesiones como la que Carlos Salinas de Gortari realizó años atrás para dar paso a Medina Plascencia como reparación del fraude electoral cometido contra Vicente Fox), ahora por las direcciones nacionales de los partidos políticos, que podrían sujetar la sucesión guanajuatense a la temperatura de las negociaciones rumbo a la alianza electoral opositora nacional.

Un desplazamiento (temporal) del foxismo

En el fondo, las posibilidades priístas de no ver más a un panista gobernando Guanajuato (cuando menos de aquí al 26 de septiembre del 2000) parecen muy altas: bastaría con que sus doce diputados votaran en conjunto (incluyendo al semi-independiente) por una propuesta unitaria que congregara el sufragio de los cinco perredistas (hasta aquí la suma daría 17 votos), más el PT presuntamente encarrilado con el perredismo (llevarían 18 votos) y, una de dos, o el voto ecologista concertacesionado a favor del PRI, o el voto contrariado de los herederos del sinarquismo (el PDM-PAS).

El jaloneo político, dicho sea de paso, fue acelerado por el propio Fox, quien advirtió este lunes que su solicitud de licencia al cargo de gobernador será presentada muy posiblemente este viernes, aunque hay quienes creen que, conforme a su estilo de lo imprevisto intencional, el hombre de las botas picudas podría extender el suspenso hasta el lunes venidero.

Conviene tener presente el impacto político que tendría el hecho de arrebatar el gobierno guanajuatense al PAN. No sólo las maniobras propagandísticas sino también la revisión de cuentas y asuntos públicos diversos. El disfrute que tendrían los antipanistas podría ser breve, pues en las elecciones del 2000 volvería a elegirse al gobernador sexenal siguiente, en una especie de referendum en el que el regionalismo podría ser aprovechado por Fox o el hartazgo por el priísmo.

ƑDiscreto encuentro sabatino?

Por lo pronto, los perredistas siguen sintiéndose poco atendidos en Guanajuato. La visita de Cuauhtémoc Cárdenas por la entidad, programada para el próximo sábado 7, fue pospuesta porque ese día será la toma de posesión de Amalia García como presidenta nacional del sol azteca. Sin embargo, se asegura que se realizará sólo un acto de la agenda prevista, en Salvatierra, con un mitin en la plaza principal, a cielo abierto y, presuntamente, una entrevista a puerta cerrada entre Cárdenas y Fox para ponerse de acuerdo sobre el tema de la alianza opositora. Guanajuato, y Tabasco son hoy los puntos importantes de la política nacional. ƑY Sinaloa? Bien, gracias.

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