Ť Ejemplo de ellas son la Buenos Aires, Daniel Garza y El Queso


Armadas otras zonas, y no precisamente para su defensa

Jorge Fuentes Ť En el Distrito Federal existen numerosas colonias "armadas", donde no precisamente sus moradores realizan tareas de vigilancia. Son lugares donde la delincuencia ha ganado terreno a la autoridad e incluso son territorios prohibidos hasta para la policía.

Ejemplo de ello son las colonias Buenos Aires, en la delegación Cuauhtémoc; Daniel Garza, en Miguel Hidalgo, y El Queso, en Alvaro Obregón, donde la delincuencia impone las reglas. "Aquí nadie se mete con nadie, no hay asaltos ni agresiones".

A pesar de ser consideradas las colonias más peligrosas de la capital del país, en ellas se registran los menores índices delictivos.

En la Daniel Garza, en el último trimestre, sólo se denunciaron 19 delitos; en El Queso apenas se da parte de un ilícito a la semana, mientras que en la Buenos Aires la delincuencia disminuyó hasta cuatro por ciento.

En las coordinaciones de Seguridad Pública de dichas delegaciones la información es la misma: "A pesar de ser las colonias más peligrosas, la delincuencia no actúa ahí. Sus áreas de trabajo son en las colonias aledañas: aplican el efecto cucaracha".

En ellas se reconoce la existencia de numerosas bandas dedicadas al tráfico de drogas, venta de autopartes robadas y asalto a transeúntes. Sus integrantes portan armas, lo que impone un "estatus" a la colonia.

"Porque aquí nadie se atrevería a venir a robar no se aplica el ladrón que roba a ladrón", ironizó El Marcos, conocido en el barrio de la Buenos Aires por su "capacidad" de desmantelar autos en cuestión de segundos.

María González, quien tiene una tienda en la calle de Renacimiento, dice no tener temor. "Aquí los muchachos nos protegen. Lamentablemente la fama de la colonia ahuyenta hasta a los ladrones, saben que aquí no se tienen que meter porque así les va".

Para los habitantes de El Queso, el principal problema es el enfrentamiento entre las bandas por tener más dominio de la zona. La gente no denuncia robos, "porque la verdad ni hay; es decir, a nosotros no nos hacen nada. Mejor cuídese usted ahorita que se vaya".

Aunque no existen "códigos" establecidos, los delincuentes que se asientan en las colonias conocen de antemano que no se pueden agredir entre ellos. "Aunque parezca de risa, pero como dice el comercial de la tele, entre nosotros podemos despedazarnos, pero jamás nos haremos daño".

De tal suerte que "todos" saben que la gente está armada. Pero lo más importante para los vecinos de Daniel Garza, El Queso y la Buenos Aires es que con ellos nadie se va a meter. "Nunca nos van a asaltar en nuestras calles ni se meterán a robar en las casas. Como sea aquí estamos seguros, lo malo es cuando salimos".