Federico García Lorca solía decir que el teatro es el barómetro que marca la grandeza o el descenso de un país.
Con seguridad, el poeta y dramaturgo granadino se sentiría profundamente satisfecho con el homenaje mexicano que un grupo de apasionados admiradores le rinde en Bodas inéditas, el espectáculo teatral resultante de la fusión de dos obras lorquianas: la tragedia de Bodas de sangre, con el surrealismo del vanguardista texto El público, cuya adaptación corrió a cargo de Aurora Cano para ser llevada a escena bajo la dirección de la actriz Dora Cordero.
Audaz amalgama que resulta inquietante: si en la primera parte de estas bodas están presentes la luna y la navaja, como testigos trágicos de la pasión de García Lorca por la tierra y los trabajos del campo ų''...mi infancia es pueblo. Pastores, campos, cielo, soledad. Sencillez en suma..."ų, la segunda recrea su fascinación por el dramaturgo inglés William Shakespeare mediante de otro personaje trágico: Julieta. El resultado es, en palabras de Dora Cordero, ''un teatro lorquiano psicológico".
Con una inversión de apenas 15 mil pesos ųel monto de una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artesų Cordero hizo maravillas: pagó la producción de una escenografía austera, muy a tono con una propuesta teatral concebida para que sean las actrices y los actores los que brillen. Y es aquí donde está el mayor acierto de Cordero: la conjunción de una serie de talentos diversos que se conjugan en un espectáculo bello y complejo a pesar de su aparente sencillez.
Al reparto integrado por María Rubio (la madre), Guillermo Larrea (el novio), Ema Dib (la Luna que se trasmuta en vecina, caballo el propio García Lorca), Aurora Cano (la novia/Julieta), Milton Cortez (Leonardo), Tersina Bueno (la mujer), Fernando Becerril (el padre) y Gabriela Murray (criada), se suman las aportaciones de Pilar Medina en la coreografía, de Iñaki en la creación de la música original, de Macarena Folache en el diseño de vestuario y de Xóchitl González en la escenografía e iluminación.
El resultado es un espectáculo que deslumbra a partir de la poesía de Federico García Lorca, encarnada con una audaz sencillez en una obra que tuvo más eco en Bolivia ųpaís en el que ocurrió su estrenoų que en un México que, a veces, pierde el rumbo en fastuosas producciones que acaparan los apoyos y los escenarios teatrales con retóricas gastadas y poco convincentes.
Con Bodas inéditas, la actriz Dora Cordero se gradúa, con honores, como directora de escena. Por eso la develación de la placa conmemorativa de la breve temporada ųapenas 15 funciones que concluirán el próximo domingo15 de agostoų en la Gruta del Centro Cultural Helénico, correrá a cargo de Héctor Mendoza y José Angel Llamas, su maestro y alumno, respectivamente.
Todavía quedan dos domingos para disfrutar de un espectáculo que se recomienda sin reservas.