México, país de medias mentiras y medias verdades: Daniel Sada
q Presentó en Puebla su último libro q

q Lesly Mellado May q

Irregularidades electorales, corrupción gubernamental y diferencias generacionales, son algunos temas que Daniel Sada incluye en su más reciente novela Porque parece mentira la verdad nunca se sabe.
"Llegaron los cadáveres a las tres de la tarde", es la frase con la que inicia el relato que se da en torno a un robo de urnas en un pequeño pueblo del desierto, lo que provoca protestas multitudinarias que son reprimidas brutalmente por el Ejército. A esto se suma el bloqueo de caminos, el reparto de los muertos, y las torpezas de un siniestro alcalde.
Esta novela ha generado buenos comentarios entre la crítica por el uso lenguaje, ya que incluye muchas cadencias y ritmos. El autor señala al respecto que esto se dio porque está impregnado de las formas tradicionales del corrido y del romance español, de hecho, la novela es un homenaje a los corridos, casi todos escritos en octasílabos, "pero aunque en el libro escribo de esta forma no lo dispongo en verso".
Durante la presentación que se hizo en Puebla el pasado viernes, el escritor, nacido en Mexicali (1953), señaló que la aparición de la novela justo en tiempos electorales es circunstancial. Inició el libro -el primero que habla de política- hace cinco años, aunque desde hacia varios había decidido escribir sobre ese tema.
"Yo sí me frustré mucho cuando la primera vez que fui a votar en mi vida se robaron las urnas. Es un hecho que me desagradó y desconcertó, por lo que me propuse narrar esa experiencia. De ninguna manera traté de que coincidiera con los procesos electorales que se están viviendo ahora", explica durante una breve entrevista.
Con la aparición de Porque parece mentira..., editada por Tusquets, Daniel Sada hace votos porque los votos se respeten, "me gustaría que México jamás tuviera un fraude electoral, los mexicanos ya no nos lo merecemos".
Cuestionado sobre si esto le parece una de las mentiras del país, responde que le gustaría que no lo fuera, que las leyes estuvieran por encima del gobierno, "evidentemente debe haber cambios, pero tampoco creo que se den por el hecho de que gane un partido u otro, simplemente necesitamos dirigentes y ciudadanos más prácticos".
-Entonces, ¿cuál le parece la mentira más grande del país?
-No hay grandes verdades, ni grandes mentiras, lo que se maneja en México son medias verdades y medias mentiras. Ese es el problema básico.
Y es hablando de las mentiras de México que Daniel Sada trata sobre la corrupción, que juzga como "una de las constantes en la vida política mexicana, que además es considerada un signo de astucia o cualidad".
"Conocí a un exgobernador de Coahuila llamado Nazario Ortiz Garza, y me decía que lo importante de la corrupción es que no se note, que todos tienen que robar porque si no otros se aprovechan. Además, entre sus recomendaciones para que esto no se note mucho está que hay que robar el 10 por ciento. Después de oir eso, de inmediato pensé en que tenía que escribirlo".
En opinión del también autor de Una de dos, la corrupción ha disminuido, "pero todavía es inmanente a la vida política mexicana". Las causas, dice, es que hay menos dinero y cada vez los grupos de poder se reducen, por lo que vislumbra que en México habrá una oligarquía.
La idea de Sada no fue escribir un libro estrictamente político: "Lo que pesa más es el conocimiento de la naturaleza humana, no lo publiqué con el afán de afianzarme en una corriente política, a mí me interesa la política que se vive en una familia, la que se lleva en las relaciones humanas, cómo se afecta a la gente por las decisiones de una cúpula. No pretendo señalar culpables o víctimas, sino dimensionar todo que concierne a la sociedad; parto y acabo en el hombre".
Otro asunto descrito son las controversias ideológicas entre padres e hijos. En la novela Salomón y Papías, dos jóvenes con "pasiones políticas" hacen a un lado las censuras de su padre y se marchan definitivamente de su casa.
"El conflicto se da porque muchos padres vivieron durante varios años un país con estabilidad política, por lo que no están acostumbrados a involucrarse en la defensa de sus derechos ciudadanos. Ahora la estabilidad está peligrando, por lo que es difícil que los padres coincidan con una persona que ya está viviendo en una obvia inestabilidad política".
Además de hacer un homenaje al corrido, Daniel Sada procuró incluir en esta novela el lenguaje fronterizo (Tex Mex y spanglish): "usé una geografía inventada, concibo el norte como un solo estado de la República Mexicana, por lo que incorporo jergas de todos los estilos de hablar que existen en esa región, los combinó para salpimentarlo -por llamarlo de alguna manera-, tratar de dar otra dimensión a la literatura actual".
Las formas en que escribí Porque parece mentira... obedecen a que siempre he sido medido, es un vicio. Utilizo muchas cadencias y ritmos, empecé con alejandrinos, fui cambiando el ritmo de la novela con la situación más que con el silabeo. Hay partes de octosilábicas, mucho decasílabo. Como me gustan los corridos -casi todos escritos en octasílabos, que es el sonido natural de la lengua-, pues la escribí así, dice el escritor que en 1992 recibió el Premio Xavier Villaurrutia.
La frase que da titulo a la novela fue escuchada por Sada en la central de autobuses de Culiacán, Sinaloa. Frase que expresa justo el México que retrata.
-¿Porque parece mentira la verdad nunca se sabe es parte de la identidad mexicana?
-Yo creo que sí. Hay un descrédito de la verdad porque no sabemos cuál es. Sabemos que hay aproximaciones a la verdad, pero aún cuando nos dijeran cuál es la verdad y la demostraran, todavía tendríamos duda. El elemento sospecha me parece decisivo en esto, el escepticismo. Sí podemos creer en las verdades, pero quién sabe finalmente si sean las verdades reales o a medias.
La Jornada de Oriente, Lunes 2 de Agosto de 1999

REGRESAR