Masiosare, domingo 1 de agosto de 1999

Rutilio Escandón ocupó un excelente lugar -el 16- en la primera planilla de consejeros perredistas encabezada por Amalia García. En la segunda vuelta, debido a los jaloneos para formar la planilla unitaria, quedó fuera.

La semana pasada contendió por la presidencia estatal del PRD en Chiapas, luego de haber hecho una campaña con muchos recursos y de recorrer la entidad ofreciendo equipos de cómputo a los comités municipales. Con el apoyo de los hermanos Carlos y Plácido Morales -diputado federal perredista y ex dirigente estatal del PRI, respectivamente-, Escandón contó con una inusual cobertura de los medios locales favorables al gobernador Roberto Albores.

En la elección menudearon irregularidades como las cometidas en los comicios perredistas del 14 de marzo. El resultado está en suspenso y los ánimos encendidos. El último recuento da un escaso margen a Rutilio Escandón sobre Gilberto de los Santos, un profesor que cuando fue alcalde de Pijijiapan se hizo célebre por llegar a su oficina en bicicleta y barrer él mismo las calles cuando las hallaba sucias.

En la dirección nacional del PRD hay voces que identifican a Rutilio Escandón como el candidato del gobernador Albores. Los hermanos Morales estarían, en esa línea, empeñados en ganar la estructura del PRD chiapaneco para, entre otras cosas, obstaculizar la alianza opositora que muy probablemente tendría como candidato al senador Pablo Salazar Mendiguchía.

En ese esquema jugarían papeles claves personajes como Aquiles Espinosa García, subsecretario de Relaciones Políticas del gobierno estatal y operador de Plácido Morales cuando encabezaba el PRI local. Y también otro hermano de los Morales que en el gobierno de Albores se encarga de asuntos religiosos.

La noche del jueves las huestes de los Morales amenazaban con tomar las oficinas donde se encontraba la paquetería electoral. En esos documentos están las evidencias de las irregularidades cometidas en la elección.

Por ejemplo, en Ocotepec, Gilberto de los Santos había obtenido 400 votos, cuando llegó el secretario particular de Carlos Morales y cambió la votación para favorecer no a Rutilio, sino a una tercera planilla, cuyos integrantes han declarado públicamente que ellos no tienen simpatizantes en esa localidad.

O en Sabanilla, donde no sólo se agotaron las 600 boletas enviadas, sino que aparecieron 640 votos para Escandón.

O el extraño caso de Tila, donde pese a que la plaza estuvo custodiada por miembros de la antiperredista Paz y Justicia hubo buena afluencia de votantes.

Los resultados de unas cuantas casillas pueden inclinar la balanza para uno u otro lado. En el PRDchiapaneco se juega no sólo una dirección estatal, sino el futuro de la alianza opositora.

En otro de sus frentes de batalla, el gobernador Roberto Albores abrió el miércoles oficinas administrativas en una comunidad de Los Chimalapas, para demostrar a la vecina entidad de Oaxaca que ese es territorio chiapaneco. La disputa limítrofe sigue su curso, pero ya Albores impuso el tono. Rodeados de 100 policías, el mandatario y sus funcionarios dijeron que de ese modo llegaba la paz y la tranquilidad a la región.

En todo caso, Albores tuvo un precursor sin igual: otro gobernador bronco que mandó policías a la zona en disputa y se paseaba por ahí para marcar su territorio. Sí, era el ex gobernador de Quintana Roo Mario Villanueva Madrid, dispuesto a defender la integridad de su estado frente a Campeche con la misma eficacia con la que luego escapó de la justicia.

Roberto Campa Cifrián tiene todo para ganar: el discurso opositor, la magia de la cargada y la estructura del partido. Su contendiente, por si fuera poco, ya comenzó a mostrarse blandengue con el Gobierno del Distrito Federal y con Cuauhtémoc Cárdenas. Además, Jesús Silva Herzog padece otro problema: los priístas del DF sienten que no hay línea, a pesar de que se le considere candidato oficial.

De modo que la suerte está echada.

Si algo fallara, el ex procurador del consumidor cuenta ya con el apoyo de la asociación de guajoloteros y, más todavía, podría recurrir a su vieja amiga Francisca Zetina (mejor conocida como Paquita la del cráneo), con quien hacía mancuerna hace unos años en el rumbo de Iztapalapa.

El dedo que señaló a Silva Herzog nada tendría que hacer frente a la vara de membrillo de La Paca.