VENTANAS Ť Eduardo Galeano
El libro
Reina Reyes quería que Felisberto Hernández pudiera dedicarse a escribir sus cuentos prodigiosos y a tocar el piano. La literatura le daba pocos lectores y plata ninguna, y la música no era, que digamos, un gran negocio: Felisberto viajaba por el interior uruguayo y el litoral argentino, ofreciendo conciertos, y terminaba siempre escapándose del hotel por la ventana.
Reina se ganaba bien la vida. Mientras vivió con ella, Felisberto no escuchó nunca hablar de dinero.
El primer día de cada mes, Reina le regalaba un libro, de alguno de los narradores o poetas que a él le gustaban. Dentro del libro estaba la libertad que lo salvaba del infierno de las oficinas, o de cualquier otro tormento laboral de esos que roban las horas y gastan la vida. Cada pocas páginas, bien planchadito, había un billete.