Música contemporánea cubana: Cortés; hoy y mañana, en el Salón 21


NG La Banda: la timba, fuerza del metal que va al corazón del bailador

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Ernesto Márquez n Conocida al principio como Nueva Generación, nombre que con el tiempo se simplificó al de NG y luego NG La Banda, esta agrupación se formó a finales de la década de los ochenta con prestigiosos atrilistas graduados en el Instituto Superior de Arte de Cuba, quienes, al igual que su líder, José Luis Cortés, iniciaron labor en orquestas cimeras como Irakere, Van Van, Ritmo Oriental, Pachito Alonso, Adalberto Alvarez, Opus 13 y Orquesta Cubana de Música Moderna, en las que adquirieron una amplia experiencia en el trabajo orquestal desarrollando ideas propias.

Músicos virtuosos y estrellas en sus respectivos instrumentos, iniciaron su labor de creación como un colectivo que apuntaba hacia nuevas modalidades dentro del quehacer musical bailable de Cuba. Sus ideas de avanzada las empezaron a poner en práctica en espacios como el Café Cantante Bertold Brecht, Círculo Social Julio Antonio Mella y el bar de la Marina Hemingway, muy visitados por turistas y gente de la intelectualidad cubana.

Aquel año de su inicio, 1988, fue muy incierto para NG. Se sabía que era una agrupación de virtuosos, pero más allá del círculo de fans nadie estaba enterado de lo que pasaba con ellos. Y ese no era el plan. Habían grabado un disco, el ahora inconseguible Santa Clara fusión. ƑY?

"Es verdad que en un principio experimentamos con todo, siempre con la intención de hacer una música bailable que le llegara al pueblo, pero lo que hacíamos no era ni carne ni pescado", recuerda José Luis Cortés, en entrevista. "Sí, aquello no tenía vida, no tenía la verdadera esencia popular y no lográbamos imponer ese tipo de música de ningún modo. Eso lo comprobamos en el primer carnaval en el que participamos en 1988, en el popular Cajón de Malecón y D, donde poco faltó para que nos abuchearan los bailadores, que son implacables si no les das el sabor que ellos exigen. Rápidamente cambiamos de palo pa' rumba y entonces decidimos hacer la música que sentíamos".

La Tropical, el más riguroso salón de baile de la isla, "en donde orquesta que no gusta es bajada a palos", según José Luis Cortés, fue la prueba de fuego, siendo aceptados de inmediato por esa frescura e inventiva que gusta mucho al bailador.

"Dimos en el clavo y tocamos la simpatía del público. En ese espacio del baile cubano sí saben lo que quieren y te lo imponen. No hay en toda Cuba un público más exigente. En lo musical bailable es el que te orienta. Antes de sacar un número hay que ir ahí a probarse; incluso antes de salir de gira hay que pasar por La Tropical".

En este nuevo concepto musical destacaba mucho la sección de vientos en la que se encontraban los saxofonistas Germán Velazco, Carlos Averhoff, el trompetista Juanito Munguía y el propio Cortés en la flauta, todos ellos egresado de la escuela Irakere.

La forma tan brillante que imprimían en su ejecución, con tonalidades altas y figuras vertiginosas les hicieron ganar de inmediato el calificativo de "los metales del terror". Registros que, hábilmente utilizados por los orquestadores --Velazco y Cortés--, aunados a las combinaciones armónicas del pianista Hernán López-Nussa y Miguel Núñez en los teclados, le dieron carácter e identidad a un estilo que, desde luego, se fincaba en las formas esenciales de la música cubana sustentadas por las percusiones a cargo de Eduardo Lavoy (bongó), José Nogueras (tumbadoras), Calixto Oviedo (timbales), Giraldo Piloto (batería) y el bajo de Feliciano Arango.

 

El concepto de un estilo

"Lo fundamental de nuestro estilo son los arreglos --asegura José Luis Cortés--. El concepto con que se trabajan las orquestaciones se aplica por igual a las voces que a los metales. Ahora, el motor de nuestra música se encuentra en la base rítmica. Ese fue el objetivo esencial en nuestras orquestaciones. Con Los Irakere los bailadores se paraban por la dificultad rítmica; nosotros hemos logrado que el bailador siga bailando con los metales. En nuestras orquestaciones hay un tiempo marcado que le llega al corazón del bailador, ahí está el truco, el misterio, la esencia. Los instrumentos hacen maravillas. Hay temas enredados en NG y me sorprende que a pesar de todo guste al oyente común, al gran público". En pleno ascenso a la fama, algunos de los miembros fundadores decidieron marcharse para realizar proyectos personales. No obstante las sensibles bajas, NG continuó con elementos nuevos sacados de esa enorme cantera musical que significa Cuba.

 

Suena la timba

Con un nuevo ensamble, José Luis Cortés plantea un desarrollo orquestal más agresivo con el que abre camino hacia el boom musical de los noventa: la timba.

"La timba es la música contemporánea cubana, algo que flotaba en el ambiente que se escuchaba aquí y allá sin definirse del todo, pero que hoy es una realidad --afirma el flautista, quien ha sido considerado el impulsor principal de este movimiento--. Ahora se habla de esta forma de hacer musical como una respuesta a la salsa comercial y puede que haya razón, pero no fue creada bajo esa motivación. La timba se fue definiendo a partir de un proceso de experimentación y fusión musical y en ello hay que reconocer el trabajo que hicieron Los Irakere, Adalberto Alvarez, Van Van y Opus 13, entre otros (...), desarrollo que fue heredado por NG, quien organizó y sintetizó esas experiencias".

Ciertamente, José Luis Cortés partió de lo hecho por estas agrupaciones --de las que fue parte integrante en diferentes épocas-- para crear un nuevo concepto. De Irakere utilizó la fuerza renovadora del jazz latino y el trabajo con los metales; de los Van Van la forma de llegarle a la masa bailadora; del Opus 13 la utilización del pop-rock a favor de la música bailable; del Caribe las formas del calipso, soca y reggae, y de la música negra estadunidense, el jazz y el hip hop. Así empezó a sonar la timba, una onda asumida por casi la totalidad de los grupos salseros cubanos.

"Con la timba hay mucha gente que no está de acuerdo y que piensa que es una moda pasajera --prosigue Cortés--. ƑPero qué moda puede aguantar tanto? Además que esta timba se está regenerando día a día. Ahí tienen a Isaac Delgado, Manolín, Rojitas, Paulito FG, Los Van Van, Adalberto y el Mismo Chucho Valdés con Los Irakere... ƑQué es lo que están haciendo? šMúsica popular contemporánea cubana! No están haciendo rock, pop, jazz o reggae. No. Esto que se escucha ahora es otra onda, es la síntesis de muchas músicas bajo el tratamiento cubano".

Cortés hace una breve pausa para sopesar el comportamiento de este fenómeno en el mercado extranjero. "Nosotros nos regimos por un mercado porque las cosas son así, pero no hemos creado un producto comercial como lo fue la salsa. Como tú sabes, la salsa la originaron dos empresarios neoyorquinos cuyo objetivo era vender, y para ello establecieron patrones a seguir. En esa situación no se puede crear, ni se puede desarrollar otras músicas. El vivir en un país como Cuba, en un sistema como el cubano, nos ha beneficiado a los músicos y a la música; a nosotros porque nos permite crear, y a la música porque se revitaliza. Claro, tenemos que pagar el que nuestra obra no se conozca al nivel que le corresponde".

"ƑPor qué se llama timba? Si me preguntas eso yo te respondería con otra pregunta. ƑPor qué se llama son al son, cha cha chá al cha cha chá, mambo al mambo? Nosotros siempre hemos dicho timba para calificar el sabor de la percusión cubana: 'Eso tiene timba'. 'Qué buena está la timba'. 'Vamos a la timba'. Incluso tenemos un barrio que se llama La Timba, de donde ha salido una buena cantidad de rumberos. La timba como expresión no es nueva. Lo que sí es nuevo es lo que venimos tocando. En ese sentido, la timba está durísima". Una de las cosas que se le critica a la timba, y muy en especial a NG La Banda, son los textos de sus canciones, plenos de rudezas, chabacanerías y términos callejeros.

Concluye Cortés dejándonos como coda algo que ya sabemos desde hace rato: que en materia de música bailable NG La Banda es la que manda, y será un desafío para todos aquellos bailadores que acudan a sus dos citas mexicanas en el Salón 21 (Andrómaco 17, esquina Molière), los días 30 y 31 de julio.