Representante del nuevo ritmo: la timba
Issac Delgado: soy la voz de la nueva sonoridad cubana
Ernesto Márquez n A primera vista, el hombre da la apariencia de ser el centro delantero de algún equipo de futbol profesional o primera base de una escuadra beisbolera: alto, espigado, fornido y de maneras refinadas, Issac -así, con dos "s" y una "a"- Delgado es, sin embargo, el más fiel representante de la nueva generación de cantantes cubanos que, con apenas nueve años de carrera profesional y seis grabaciones, ha provocado otra revolución en la isla, sólo que ésta es musical.
Poseedor de una de la voces más sensuales del Caribe y de un carisma a prueba de lluvias y de tempestades, el "chévere de la salsa", como se le conoce en el medio de la música caliente, proviene de una familia de artistas, músicos y trovadores, por lo que "era lógico" que terminara siendo lo que es.
Por su forma de cantar, sus ideas orquestales -que conjuga armonías y ritmos del Caribe, pop y jazz- y los temas que elige, lo han ubicado en la corriente de la "salsa intelectual". Sin embargo, él no desea que lo sitúen en ninguna "onda", ni siquiera en la llamada timba, ya que lo que hace es simplemente "música cubana", así, sin adjetivos ni compartimentos.
El Chico de Buena Vista ("Tremenda pista") tiene muy clara su función y sus raíces. "El son es la matriz y la salsa es la resultante, el medio comercial de internacionalizarla", señala.
"La palabra salsa es un complemento del Caribe, la expresión de un estado de ánimo; es como la timba, vocablos que tributan al entusiasmo de la música, pero que no son géneros musicales, ya que todo esto parte de un tronco común: el son cubano.
"El son es el tronco de donde brotamos; de ahí parte la música más impor tante que se escribe e interpreta en el país, con el sello particular de cada artista. En mi caso está presente eso, el son, la rumba y sus variantes y, por supuesto, el bolero, el filin... todo ello lo acomodo en la sonoridad del mundo actual, al oído el gran público".
Sin embargo, a él se le reconoce como cabeza de un movimiento musical que, junto al ejército de NG La Banda, abrió brecha a una nueva musicalidad en Cuba y logró la aceptación popular y masiva en la isla.
"Bueno, yo he sido iniciador de muchas cosas: fui el primer cantante de la generación post Benny Moré, en tener una orquesta propia, el primero en incluir una batería al set de percusiones cubanas, el primero en grabar fuera de Cuba, el primero en firmar para un sello trasnacional y el primer cubano en actuar en el Central Park".
Lo anterior lo señala sin pizca de presunción; hasta muestra cierto enfado al referirlo. Issac no es como otros cubanos, y se nos presenta como un tipo de confiar. "Quiero abrir mi diapasón artistico y quedarme en el corazón de la gente", nos dice con ésa, su voz sedosa de mulato fino y bien educado.
Luego, hamacándose en sus palabras, nos confiesa que, a pesar de haber tenido una infinidad de influencias, ha logrado desarrollar un estilo propio. "He buscado patrones dentro de la música latina y cubana, pero siempre he tratado de ser yo. Creo que soy un resultado de todo eso y de los tiempos musicales que me ha tocado vivir (la trova, el pop, la música latina, el jazz), aunque siempre trato de ejercer sin perder la cubanía".
Este hijo de Aggayú, devoto de Ochún, ha contado con el aché necesario para lograr lo que ha querido: ser un cantante insigne, poseer discos exitosos (bendecidos por colaboradores de la talla de Gonzalito Rubalcaba, Giraldo Piloto, Isidro Infante, Iván Melón, Adalberto Alvarez, Cheo Feliciano, Ana Belén...) y tener un público fervoroso en por lo menos tres continentes.
"Bueno, la sabiduría popular dice que al que le tocó, le tocó, por eso siempre yo ando con iré".
Pero no sólo suerte, también trabajo y conocimiento de los resortes del mercado para estar encima de la bola ("bien pegao, pegaito") han sido los factores. "Claro, yo siempre he dicho que hay que tener olfato para el gol y mantenerse cerca de la portería, por si las moscas y cae una pelota... Es decir, estar atento a lo que sucede y conservar el contacto con la gente para saber encauzar un trabajo"
Ahí lo tienen: es el Chévere de la Salsa. Una de las grandes voces de la música cubana de hoy, quien junto con la poderosísima NG La Banda, se presenta este sábado en el Salón 21, de Andrómaco 17, Polanco.