Ť El escritor estadunidense ofreció una lectura de sus obras en la Casa Lamm


La felicidad no es de una minoría: Corn

Yanireth Israde Ť Fluye su voz y la sorpresa aflora en los oyentes. Qué terso se escucha el idioma inglés en boca del poeta Alfred Corn, quien viajó desde Nueva York para ofrecer un recital en la Casa Lamm y de paso extender los brazos al paisaje de San Miguel de Allende, Guanajuato, donde permanecerá un mes de vacaciones.

Es la primera vez que el escritor, ensayista y crítico estadunidense, de visita en el país invitado por el PEN Club México, presenta aquí su obra. En Estados Unidos figura como uno de los poetas contemporáneos más relevantes, según la prensa local, pero a él la fama no le importa, la considera algo "accidental". La humildad parece una de sus características más notables, como se hizo patente en su lectura de poesía del viernes, pues el acto se convirtió en una cálida ceremonia. Corn sacaba de sus libros Present y Selected Poems versos no exentos de humor que provocaban sonrisas, discretas ovaciones y reflexiones sobre la condición humana.

De vez en vez levantaba sus iluminados ojos verdes y miraba a los espectadores. Para muchos, la poesía de Corn ųquien obtuvo el Premio de Literatura de la Academia Americana de Artes y Letras y de la Academy of American Poets, además de la beca Guggenheimų fue todo un descubrimiento.

En 1997 publicó su último libro de poesía, Present. Ese mismo año apareció su novela Part of His Story, y un estudio sobre la prosodia, The Poem's Heartbeat. Entre sus libros anteriores destacan The Metamorphoses of Metaphor, una colección de ensayos críticos y su traducción de Ranas (Penn Press Greek Drama), de Aristófanes. En octubre de este año publicará Selected Poems (1972-1992).

Cristiano practicante, profesor en la Universidad de Columbia, Nueva York, y de orientación gay, Corn hace votos por un mundo tolerante en el que quepan todos, independiente de su condición social o sexual

"Soy cristiano, lo que quiere decir que soy de la tradición judeocristiana. Estudio las dos religiones con respeto y gratitud. Sin embargo, no procuro conseguir la conversión de ninguno. La fe funciona sólo para los que ella atrae e ilumina. Fingir es inútil e hipócrita... Defiendo el derecho del otro de diferenciarse de mí''.

Lo que no defiende ni acepta ni tolera es la discriminación de las personas por su clase social o sexualidad, "eso me parece detestable". Agrega: "No tomaría parte en ninguna comunidad que no diera buena acogida a todos: la mujer completamente igual del hombre, incluso para el ejercicio del sacerdocio''. La felicidad, apuntó en entrevista con La Jornada, no pertenece a una minoría. Es de todos.

Si la sociedad es injusta, considera, "la poesía manifestará un distinto pesar. Su felicidad será defectuosa".

Estas preocupaciones se reflejan en su trabajo poético y en sus elegías sobre las pérdidas, el dolor y la tristeza. El tiempo y los viajes son también temas recurrentes en él, aunque en realidad, precisa, son tópicos que inquietan a la mayoría de los poetas, tanto más cuanto que la poesía misma es un otro tiempo y un viaje en otra parte. ''La verdad es que en el reino de metáfora se habla otro idioma, y ųmiseriaų nosotros, poetas, hablamos ese idioma con gran dificultad. Escribir es muy difícil para nosotros; los que no son autores escriben con más facilidad".

Otros de sus temas son el amor, la justicia social y las bellas artes. Ahora, durante su estancia aquí, descubrirá también a México y su poesía. Pero atención, Corn no viene en calidad de turista, es prácticamente imposible, porque suele apropiarse de los lugares que visita. Los recorre con el corazón, confiesa y comparte su deseo de que aprenda el español en este viaje

Afirma que Sor Juana Inés de la Cruz, Octavio Paz, Ramón López Velarde, Xavier Villaurrutia y Manuel Ulacia figuran entre sus preferidos de nuestro país. No obstante sus gustos poéticos abarcan una pléyade de nombres, clásicos y contemporáneos: Shakespeare, Cervantes, Wordsworth, Baudelaire, Whitman, Emily Dickinson, Rimbaud, Rilke, Wallace Stevens, Hart Crane, Kafka. "Es mucho mejor dejar formarse por muchos poetas (y otros artistas). De este manera, no te asemejas a ninguno. En cambio, te asemejas a ti mismo y si la semejanza no es perfecta, no importa, eso está en la naturaleza del arte. Su imperfección nos impulsa adelante en la esperanza de llegar a la perfección, la cual puede bien ser, quién sabe, la muerte. No tengo prisa por llegar temprano. La Odisea importa tanto como Itaca".