n El PRD, listo para negociar la alianza: Pablo Gómez
Cárdenas propone realizar una consulta que a nadie deje fuera
Laura Gómez y Georgina Saldierna n El líder nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Pablo Gómez Alvarez, afirmó ayer que ese instituto político está listo para iniciar en cualquier momento las negociaciones formales tendentes a la integración de la alianza opositora, al coincidir con Acción Nacional en la necesidad de efectuar una consulta ciudadana para definir al candidato a la Presidencia de la posible coalición.
Por su parte, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, puntualizó que la mejor consulta que se puede realizar "es aquella que no deja lugar a dudas ni deja a nadie fuera". Tal sondeo, agregó, debe entenderse como una elección en la que todos votan.
Luego de conocer el acuerdo del blanquiazul para participar en la alianza y someter a consulta la definición de la candidatura presidencial, manifestó su beneplácito por esa decisión, ya que con ella se avanza en la construcción de la coalición.
Sin embargo, pidió que el PAN precise qué entiende por consulta, pues para el PRD ésta equivale a una elección primaria abierta a todos los mexicanos y mexicanas.
Consideró absurdo e incorrecto que la definición del abanderado presidencial quede en manos de una firma comercial, un acuerdo de cúpulas o un volado entre los aspirantes. Un sondeo ciudadano es bueno, opinó, pero "no me parece correcto que dejemos al margen a unos ciudadanos y privilegiemos la opinión de otros en una situación tan trascendental, como es la elección de presidente de la República, pues quien resulte candidato de la coalición sin duda alguna ganará el 2 de julio del 2000".
Sobre quién podría organizar las elecciones primarias de la alianza, planteó que no sean los partidos, sino un conjunto de ciudadanos honorables y confiables, propuestos por los propios institutos políticos.
Luego de expresar su desconocimiento sobre la posibilidad de aplicar una "tercera vía, medio encuesta, medio elección", dijo que la cristalización de la coalición debe definirse ya, en plazos que puedan contarse en días, no en semanas, con el propósito de que cada organización empiece a dar los pasos que considere necesarios.
Al precisar que no tiene miedo de perder ante Vicente Fox, pese a que las encuestas realizadas no le favorecen (a Cárdenas), estimó que a mediados de septiembre podría dejar el gobierno capitalino, pero todo dependerá de la publicación de la convocatoria del PRD para elegir su candidato a la Presidencia.
En ese contexto, manifestó su confianza en ganarle la elección a su compañero de partido Porfirio Muñoz Ledo, quien a su parecer sólo tendría una votación de 2 por ciento.
Cárdenas consideró asimismo que su mejor carta de presentación para ganar la candidatura de coalición es la congruencia entre lo que dice y hace, su decidida entrega a "las causas en las que creemos, un trabajo de equipo, una apertura a la pluralidad, las obras realizadas, la honradez en el manejo de recursos" y que ninguno de los funcionarios de alta responsabilidad en su administración "ha sido acusado de corrupción".
Una vez decidida la candidatura y ganada la Presidencia de la República, los cargos de mayor responsabilidad se repartirían entre los distintos partidos y personas que no militen en ninguno de ellos y que manifiesten un claro y franco apoyo a la democracia, agregó.
Acerca de las diferencias existentes entre el PAN y el PRD sobre temas trascendentales, como la privatización de Pemex y de la industria eléctrica, insistió en que dichos tópicos se lleven a referendo una vez que la alianza triunfe en los comicios del 2000.
Pablo Gómez manifestó por su lado que la consulta popular debe ser transparente y contar con los mecanismos organizativos y políticos que impidan la intervención de elementos hostiles a los propósitos de la alianza. Los contendientes deberán también contar con reglas que garanticen la equidad en el proceso de consulta, puntualizó.
Añadió que la coalición opositora debe construirse sobre la base de un programa, de un pacto político y de candidaturas comunes, mismas que habrán de definirse mediante acuerdos de los partidos y, en su caso, de consultas populares.
En un comunicado de prensa, el dirigente perredista señaló que el nuevo Poder Ejecutivo que funcionará a partir del primero de diciembre del 2000 y que surgirá de la coalición, deberá ser un gobierno incluyente y plural, en el que su titular tenga la libertad para hacer las designaciones de los integrantes del nuevo gabinete, de conformidad con lo señalado en la Constitución.
Para garantizar la estabilidad política del país y la gobernabilidad, el Congreso de la Unión tendría que asumir una alta responsabilidad en la definición de las políticas públicas, mediante el ejercicio pleno de sus facultades constitucionales, de tal manera que hubiera un verdadero equilibrio de poderes en el marco de los principios republicanos fundamentales, aseveró.
Manifestó luego la disposición del PRD para la integración de un órgano conformado por personajes de la vida pública del país y dirigentes de los partidos políticos interesados en la alianza, cuyas tareas serían las de poner en práctica las resoluciones comunes y, en esa medida, garantizar la aplicación de las mismas para el desarrollo de los trabajos pendientes a la creación de la coalición.