Romper mitos en España

José Garza, especial para La Jornada, Madrid Ť Ramón Vargas rompe mitos en España. Al actuar en el Teatro Real como sustituto de Alfredo Kraus, en Werther, el tenor mexicano demostró que existe otra personificación ųla suyaų del suicida enamorado, que hasta entonces se creía casi exclusiva del intérprete español.

Como un jarro de agua fría cayó en los círculos melómanos la noticia de que una delicada enfermedad ųcáncer de bazoų impediría a Kraus presentarse por primera vez dentro de la programación del Real. Ello impidió, además, cumplir lo previsto de que durante julio alternaran en este escenario dos de los más importantes tenores españoles de la segunda mitad del siglo: Plácido Domingo, que durante la primera quincena del mes protagonizó Samson et Dalila; y Kraus, con Werther.

Al conocerse que Vargas sustituiría a Kraus, las especulaciones comenzaron a circular. La revista Opera Actual en su número 34, julio-agosto, consideró en un editorial que el tenor mexicano resulta un desconocido en las lides operísticas españolas, ''pero este detalle pasará rápidamente al olvido y todo gracias al derroche de talento que significa cada una de sus interpretaciones".

Esta misma publicación, editada en Barcelona, explicaba a los lectores españoles que Vargas es un tenor lírico de amplio registro, con facilidad para la coloratura y los agudos. ''Pero lo más interesante de su arte es, sin duda, el admirable color de su voz, una característica que subraya con una expresividad a toda prueba".

Referencia obligada para cualquier cantante que encarne al atormentado y refinado Werther, Kraus ha sido evocado durante las representaciones del montaje, no sólo por su ausencia sino porque su estilo depurado, galante y de increíble perfeccionismo técnico es, según los conocedores, el ideal para la interpretación del papel. El rol, pues, exige un tenor lírico que domine a la perfección los estilos conocidos como ''belcantista" y de ''bravura", a la vez de un actor exquisito, capaz de expresar la naturaleza angustiada de un joven suicida con una irreprimible sensualidad y con momentos de un arrebatado deseo de vivir y conquistar a la mujer amada. Y Vargas ha demostrado que lo puede conseguir, a pesar de la sombra de Kraus.

Desenvolverse con seguridad

Coproducida por Théâtre du Capitole de Toulouse ųcon Roberto Alagna como protagonistaų y Los Angeles Music Center Opera ųdonde Vargas interpretó a un Werther que mereció una aclamación de público y críticaų, Werther recrea la vida apacible en un pueblo cercano al Frankfurt de finales del siglo XVIII donde acontece el suicidio de un poeta ante un amor correspondido sólo en el último suspiro.

Considerada con Manon una de las mejores obras musicales de Jules Massenet, a partir de un libreto estrenado en Viena en 1892 ųbasado en Las desventuras del joven Werther, publicada por Goethe a finales del siglo anteriorų, este drama lírico en francés, en cuatro actos, tiene en su montaje madrileño a Julius Rudel al frente de la Sinfónica de Madrid y a Nicolas Jöel como director de escena de un reparto en el que interviene la mezzosoprano rumana Carmen Oprisanu, la soprano María José Moreno y el barítono Enrique Baquerizo.

''Esto es una noticia importante: al fin, un reparto bien elegido", escribió Juan Angel Vela en la sección de cultura de El País, quien consideró que Vargas superó la difícil misión de remplazar a Kraus.

''El tenor mexicano aguantó la presión e hizo un Werther lleno de atractivo, diferente al de Kraus, desde luego, pero con un alto grado de romanticismo contenido y efusividad lírica", escribió Vela del Campo. "Vargas se desenvolvió con un lirismo muy medido y con una seguridad y entrega encomiables".

''Más dramático, más neurótico y más psicótico. Así es el Werther que interpreta Ramón Vargas, el tenor mexicano que llega al Teatro Real por accidente'', escribió Natalia Lago en el diario El Mundo.

"Excelente el tenor mexicano en su composición del papel protagonista que canta con acentos de conspicuo belcantista, pero con capacidad para estirarse hacia tonos dramáticos que llegan con fuerza al espectador", escribió García del Busto en el ABC.

Por primera vez en el Teatro Real, aunque con el antecedente de una actuación en Lucia di Lammermoor en el Teatro de la Zarzuela, en 1994, Vargas ha triunfado. ''A Kraus le gustará saber que, pese a que no hemos tenido al Werther de nuestro tiempo, tuvimos un espléndido Werther", dice García del Busto. ''Werther es el más rotundo éxito de público de toda la temporada del Real".

Werther no se presentaba en ese teatro desde febrero de 1912. Ahora es el montaje con el que concluye la temporada operística 98-99. La sexta y última función se efectuó el pasado jueves.