Miguel Concha
35 aniversario de Cencos

Hoy se celebran los 35 años de fructífera vida del Centro Nacional de Comunicación Social, A.C., organismo independiente, laico y plural de inspiración cristiana, puntero en muchos campos de la emergencia actual de la sociedad civil mexicana, que a pesar de las enormes dificultades económicas viene realizando desde hace treinta años, con enorme entusiasmo, capacidad y sacrificios, una labor única por su valentía, claridad y funcionalidad en el campo de las comunicaciones sociales. Lo que desgraciadamente le ha valido también en varias ocasiones ser objeto de la represión, durante las épocas más negras de la historia política del país. De Cencos puede afirmarse que en su larga, variada y ejemplar trayectoria, experimentada ya por varias generaciones de jóvenes de ambos sexos, deseosos de influir con sus conocimientos y trabajos en los cambios democráticos que requiere México, las dificultades materiales han sido rebasadas con creces por la fuerza espiritual de todos sus integrantes, y en particular del Ing. José Alvarez Icaza, su fundador y presidente, y de su anterior vicepresidente, el maestro en sociología Emilio Alvarez Icaza Longoria, hoy consejero del Instituto Electoral del Distrito Federal, cuyas historias personales y familiares son inseparables de la de Cencos.

Autorizado en efecto en 1964 como organismo oficial de comunicación social del Episcopado Mexicano, al calor de la Renovación impulsada por el Concilio Ecuménico Vaticano II, que entre otras cosas trata por primera vez de manera sistemática en la Iglesia católica el tema de la importancia y trascendencia de los medios de comunicación social, desde enero de 1969 sigue sin estridencias con sus múltiples actividades su propio camino autónomo y maduro, fiel a sus convicciones evangélicas y abierto a las realidades nacionales, hasta convertirse hoy en día en un organismo promotor del compromiso responsable de los laicos en la vida pública del país.

En el capítulo ``La Iglesia en México desde la creación del Celam hasta Puebla'', del libro Hacia una historia mínima de la Iglesia en México, compilado por la Dra. María Alicia Puente de Lutteroth, el Mtro. Jesús García González resume con ponderación y objetividad el origen de la evolución de Cencos: ``En el ambiente de apertura del Concilio -dice- el tema de la comunicación social, la necesidad de la información y comunicación de la Iglesia a la opinión pública empezó a cobrar importancia''. ``El Centro Nacional de Comunicación Social -añade- creado por los obispos mexicanos durante el Concilio, fue entrando en un proceso evolutivo: primero, de información y comunicación hacia auditorios, después de intercomunicación de la Iglesia con la opinión pública, con lo cual la Iglesia ya no sólo informaba a la opinión pública, sino que era `requerida' para conocer la contrapartida del mundo y de la opinión pública, y por último la crítica de las mutuas imágenes develadas: las de la opinión pública y del mundo ante la Iglesia, y las de ésta ante aquéllas''. ``Al evolucionar en este sentido -concluye-, Cencos, al principio vocero oficial de la Iglesia en México, entró en conflicto con ella, hubo ruptura y Cencos perdió su oficialidad y sufrió después la incomunicación''.

No hemos de olvidar, en efecto, que junto con otros organismos eclesiales como la Confederación de Organizaciones Nacionales y el Secretariado Social Mexicano, Cencos desde su perspectiva laica en la Iglesia tomó partido por el movimiento estudiantil de 1968 y los presos políticos, lo que entonces le granjeó tensiones y conflictos con la jerarquía católica, dadas las peculiares relaciones Iglesia-Estado en México, sobre todo en aquellas épocas. A esto se debe, sin embargo, que Cencos se haya también convertido en el primer centro mexicano promotor y difusor de los derechos humanos, cuya documentación, exhaustiva y pormenorizada abarcó luego otros países hermanos de Centro y Sudamérica. Mal haríamos en no reconocer también por ello que Cencos ha sido una fuente confiable de comunicación alternativa y libre.