La Jornada viernes 30 de julio de 1999

OBSTACULOS DE LA ALIANZA OPOSITORA

SOL Conforme se aproximan las elecciones previstas para julio del año entrante, se reduce el tiempo para la conformación de una alianza entre las principales fuerzas opositoras, cuya misión sería consumar la transición del país a la democracia, una tarea que, como ha quedado demostrado en el curso de este sexenio, no va a ser encabezada por un gobierno priísta.

Panistas y perredistas -actores centrales de la hipotética coalición- han realizado importantes avances para hacer realidad la idea de enfrentar, juntos, al PRI y al aparato gubernamental en los comicios del año venidero, hasta el punto en que hoy parece posible la formulación de una plataforma política común y de un programa de gobierno en los que se plasmen acuerdos básicos y se deje en manos de la ciudadanía, mediante plebiscitos, la superación de los desacuerdos.

Asimismo, parece factible que los partidos opositores acuerden, antes de la elección, la conformación de un equipo de gobierno en el que se integren personas de las fuerzas participantes, así como figuras destacadas de la vida nacional.

Es evidente, por otra parte, que una iniciativa política cuyo propósito principal es la democratización del país tendría que recurrir, a su vez, a mecanismos incuestionablemente democráticos para elegir a sus candidatos. En este sentido, una elección primaria en la que participase el más amplio espectro posible de organizaciones opositoras sería la manera idónea de superar el espinoso tema de la postulación presidencial.

Las propuestas en este sentido, expresadas en el mensaje a la nación emitido por Cuahutémoc Cárdenas el miércoles pasado, podrían permitir un avance definitorio en la conformación del frente opositor.

En otras circunstancias, estos propósitos serían aceptables y hasta deseables para Acción Nacional. Sin embargo, las perspectivas de una alianza construida sobre estas premisas enfrenta el obstáculo de un instituto político avasallado por la precandidatura de Vicente Fox, el cual no sólo pretende convertirse en abanderado presidencial de toda la oposición esgrimiendo su actual y circunstancial ventaja en las encuestas de opinión, sino que propone eludir la elaboración de una plataforma común de gobierno.

Cabe esperar que el panismo histórico consiga persuadir al gobernador de Guanajuato de la improcedencia e inconveniencia de sus propuestas y que, una vez superado ese obstáculo, se avance a la concreción de la alianza opositora.