n Después de actuar en el DF, los niños jacaltecos regresaron a Amatenango, Chiapas


Sentimos orgullo de tocar la marimba y de conservar nuestra tradición

n Lo que deseamos es que se junten más pequeños para que aprendan el instrumento, señalan

Arturo Jiménez n Con apenas ocho meses de agruparse en torno de una marimba y el gusto principal y compartido de, simplemente, tocar ese instrumento de madera, los Niños Jacaltecos de Amatenango se confiesan orgullosos de su tradición y expresan su deseo de aprender aún más.

Los siete pequeños, de entre 9 y 13 años y cuya lengua jacalteca está en peligro de extinción, ganaron un concurso infantil de marimba en Chiapas el pasado 30 de abril (La Jornada, 28 de julio de 1999) y esta semana que termina se presentaron en foros del DF para promover su cultura.

De mirada triste y algunos un tanto cohibidos pero decididos a expresarse, estos infantes de Guadalupe Victoria -municipio de Amatenango de la Frontera, Chiapas, colindante con Guatemala- y su maestro Basilio Felipe Marcos charlan un rato con este diario luego de su presentación en el patio central del Museo de la Ciudad.

Ellos fueron precedidos por el canto, la música y la poesía en tojolabal, tzotzil y español de Roselia Jiménez, Alberto Gómez Pérez y Gabriela Balderas, en una concurrida noche de martes, conducida y declamada por el escritor Feliciano Sánchez Chan.

Tener en la mente los sones

-ƑPor qué decidió enseñar marimba a estos niños? -se le pregunta a Basilio Felipe Marcos, quien en Guadalupe Victoria cuenta con más de 40 alumnos.

-No quiero que se olvide la costumbre de nuestro pueblo. En la fiesta de la virgen de Guadalupe y la virgen de La Candelaria, siempre acostumbramos tocar. Así es que me puse a analizar de que si los viejos ya no lo van a tocar, esto se podría acabar. Entonces, comencé a enseñarles. Hasta hoy, agradezco a los niños que me obedecen y quieren aprender. Ahora estamos saliendo un poco adelante con los niños.

A diferencia de sus alumnos, el maestro Basilio sí habla aún jacalteco. Moreno, recio, de baja estatura y vestido igual que los niños: ropa de manta blanca y huaraches, el mentor cuenta con 44 años de edad, 25 de ellos arrancando sonidos a las maderas.

-ƑHace cuánto inició a enseñar marimba?

-Me parece que hace dos años. Empecé con un grupo de niños; luego lo dejé y empecé con otro. Y ahora ya es otro nuevo el que tengo. Este grupo, que ganó el primer lugar de un concurso de marimba el 30 de abril que pasó, apenas tiene ocho meses.

-ƑCómo les enseña?

-Pues, yo les enseño así nomás, sin grabadora, sin nada, nomás los tengo en mi mente los sones.

-ƑLo hace de modo individual o en grupo?

-Primero es individual, porque tengo que enseñarles las primas, y ya que lo aprendió, vamos con las segundas, y ya que lo aprendió, entonces vamos con el centro y el bajo. Así empezamos. En la marimba es un bajo, un centro, dos segundas y tres primas.

-ƑY qué tal aprenden los niños?

-Aprenden rápido, van muy adelantados.

-ƑPor qué tocan dos marimbas, cuál es la diferencia entre la pequeña y la grande? -se le pregunta acerca de los instrumentos utilizados para esta presentación y prestados por la Casa de la Música Mexicana.

-Es donde se acoordina mejor la melodía, porque debe tener segunda y sus primas, para que se escuche mejor la música, porque sólo la grande no se escucha bien. Entonces debe ser completa la marimba, para que las piezas y sones, todo, salgan bien.

Aquileo Díaz Lucas es un niño serio y formal de 13 años. Es el presentador del grupo y a su mirada triste le agrega una precoz madurez.

-ƑQué sientes y piensas de tocar en la marimba?

-Me gusta y eso me motiva a tocarla, y por eso lo aprendo y trato de aprenderlo. Si no me sale, pues ahí sigo, buscando el lado. Gracias a él (el maestro) que me ha enseñado las piezas y junto con mis compañeros hemos aprendido. Ojalá que no se acabe y que sigan más niños. Es lo que queremos, que se junten más niños para aprender, que todos aprendamos y ora sí que en las fiestas ya tengamos de dónde sacar las melodías de los niños, de mis compañeros. Nosotros no podemos hacer nada sin ellos, porque tanto como la prima y la segunda se llevan con el centro y el bajo. No puede hacer uno solo sin el otro.

-Es un trabajo de equipo.

-Es un trabajo de equipo que si el equipo está bien, la pieza sale bien, viene bien.

-ƑCuántas piezas pueden interpretar? Hace rato tocaron siete.

-Sabemos muchas más que él nos ha enseñado. La mayoría son de origen jacalteca. Hay algunas piezas de la región de Chiapas y otras son de la región de Guatemala. Pero si nos gusta la marimba todo es igual, no hay diferencias entre una pieza y otra, sea complicada, sea fácil, va parejo.

-ƑQué es lo que más te gusta de estar en el grupo de marimba?

-Tocar. Siempre he asistido a los cursos que él nos da. Soy uno de que si falto voy al otro día temprano para que él me enseñe lo que no aprendí el curso pasado.

 

Alegría por saber tocar

 

Francisco de Jesús Felipe Méndez, de 13 años, es de hablar escueto, pero preciso.

-ƑQué sones te gustan más?

-Todos.

-ƑCuántos te sabes?

-Muchos, ya ni se cuentan.

-ƑQué sientes al tocar la marimba?

-Nervios.

-ƑPor qué?

-Porque no estoy acostumbrado al público y todo eso.

-ƑQué posición ocupas en la marimba?

-Cualquiera. A veces me ponen a tocar el centro o bajo o prima, segunda todavía no he aprendido.

Ogueiner Hernández Domínguez, de 11 años y con una voz aún de niño, confiesa: "Me gusta tocar la marimba, porque cuando lo hacemos nos sentimos orgullosos.

-ƑPor qué te sientes orgulloso?

-Porque sabemos un poco y nos alegramos al saber tocar. Queremos aprender más.

A Rosael Domínguez Camposeco le gusta la posición del bajo porque ''es casi como el ritmo de la música", aunque en algunas piezas toca primas. ''Si es necesario cambiarme de posición, me paso", dice.

''Nosotros nos sentimos orgullosos de tocar y no debemos perder nuestra tradición que tenemos nuestros pueblos jacaltecos.''

Luego de una segunda presentación la noche del pasado miércoles en la Casa de los Escritores en Lenguas Indígenas, los Niños Jacaltecos de Amatenango regresaron a su comunidad al día siguiente, en espera de otra invitación para mostrar la dulzura de su música y el porqué son dignos herederos de la tradición de la marimba indígena.