La palabra sagrada

1. Conjurar el olvido, esa muerte indolora, no es tarea escasa. José Agustín, que ha dado de beber al sediento a partir de su trabajo narrativo y ensayístico, es el samaritano que propone mantener presente a uno de los varios escritores indispensables de este siglo mexicano, José Revueltas.

2. La aparición de la antología La palabra sagrada (México, Era, 208 pp.) con 12 narraciones breves del irredento duranguense lo reviven en el año que se conmemora el aniversario número 85 de su nacimiento. Dormir en tierra, Dios en la tierra, ƑCuánta será la oscuridad?, Los hombres en el pantano, El apando, Hegel y yo, La frontera increíble, El hijo tonto, La conjetura, Sinfonía pastoral, La hermana enemiga y La palabra sagrada son los escritos que ejemplifican con claridad una voluntad de estilo que encierra el secreto de su permanencia y actualidad: no hay dolor en el pasado, todo dolor es presente, basta soplar un poco sobre las palabras que lo expresan para que se encienda y domine.

3. Dice Agustín en el prólogo a la antología: ''Su estilo era profuso, abundante en reflexiones, de tramos largos y numerosos adjetivos, que en su caso eran perfectamente justificados, pues se convertían en matices importantes. Oscuro, profundo, poético, de finales noqueadores, tocaba el fondo de las situaciones y los personajes, a los que trataba sin el menor asomo de sentimentalismo y muchas veces sin piedad, como un solitario y terrible demiurgo, de ahí que Emmanuel Carballo dijese que la literatura de Revueltas era 'horrorosamente bella'".

4. Ante la realidad que muchas veces se ofrece canalla, el lenguaje. Frente a los hechos cotidianos que en numerosas ocasiones se tornan complicados, la solución de una estructura cuentística. De cara sencillamente a la depresión producto del entorno (exógena, le dicen), la máquina de escribir como terapia de choque. Decenas de veces aplicó la fórmula Revueltas para conseguir la catarsis. Lo que obtuvo, luego de pasar por el tamiz de un pensamiento conformado de acuerdo con esquemas sociales límite, fue literatura de un verismo que si apareciera por vez primera en los días que corren sería clasificada sin problemas dentro de lo gore, que es decir el rubro de la vida cotidiana de México cualquier día y en cualquier calle elegidos al azar.

5. Un fragmento del cuento La palabra sagrada, que da título al volumen, basta para ejemplo: ''El empleado que acudió a los gritos de Alicia tuvo una mirada quieta, horrorosamente, con los ojos en movimiento, iguales a los de un saurio, fijos hasta el vértigo sobre el maestro Mendizábal, atravesados por una aguja amarilla como en la mariposa de un coleccionista".

n César Güemes n