Ť Escribió el poemario Los párpados narcóticos
México es un país demacrado, pero no agotado: Josué Ramírez
Ť Parafraseando a Paz, la urbe es un presente perpetuo, señala
Mónica Mateos Ť El poeta Josué Ramírez (DF, 1963) irrumpe en la literatura como tepozán, ese árbol urbano cuyas raíces no conocen freno y rompen el pavimento para acantonarse donde les place. Con sus versos, el autor de Los párpados narcóticos ųsu libro más recienteų acomete contra la visión apocalíptica de la ciudad, pero también contra la folclórica y artificiosa.
Quedan entonces páginas que descubren aquellas palabras que percibimos en la calle y que ''no están en los diccionarios poéticos" pero que ''tenemos frente a nosotros todos los días. Y se vuelven poesía al sensibilizarnos. Nombrar lo que tenemos por escenario y por realidad nos aproxima a nosotros mismos", afirma.
Autor de los poemarios Dirección inversa (1987), Rumor de arena (1991), Hoyos negros (1995) y del libro objeto en tiro de 10 ejemplares Imanes (1995), Ramírez explica en entrevista que Los párpados narcóticos, editado por el Fondo de Cultura Económica, ''tiene como eje vertical la metáfora del árbol tepozán que se expande en el asfalto; en esa verticalidad que es la razón aparece el diálogo poético con el padre. Y la relación horizontal está en la segunda parte del libro, al hablar de la tierra, la madre, la mujer y la patria, pero entendida como una forma de amor al terruño. En la urbe nos queda esa magia: una mamá que espera al hijo, un papá que reprende, hay azoteas y todo ese paisaje se puede describir y nombrar con poesía.
''Me ocupo de la ciudad en mis poemas, con espontaneidad y creatividad, pero tratando siempre de no caer en el lugar común. La ciudad no es el gran animal ni la bestia que está tendida sobre el valle y se lame las heridas, no. Tampoco me parece que sea un recuento de pasados históricos en el cual voy a recrear las batallas ni a describir a los colgados en las calles, no. La ciudad es un presente perpetuo, como dice Octavio Paz, va creciendo todos los días y en ella nuestro carácter se va forjando. La historia pública y las historias privadas conviven en un mismo escenario, cada día.
Experiencia que transfigura la vida
''La palabra México es una de las más mágicas que hay en el lenguaje universal. Cuando la decimos adquiere varios significados y mi libro va en pos de ellos, pues tiene una posición crítica frente a lo que nos ha dicho que debe ser la poesía urbana. No escribo una poesía desgarrada. No se ubica en los extremos, ni del tremendismo ni de la indiferencia. La ciudad ya no requiere de esas lecturas.
''Está hecha de seres que murmuran, de los túneles del Metro, de los besos que se dan debajo de los árboles, de las avenidas llenas de publicidad estúpida que oculta que la crisis aumenta no sólo en los bolsillos sino en el espíritu. Este país está demacrado, pero no agotado. Es más humano el asunto: la ciudad vive una historia inconclusa."
ųƑEn qué momento de tu vida surgen los poemas que conforman Los párpados...?
ųEn una etapa crítica tanto en lo sentimental como en lo económico, y nacieron de un solo golpe: en 28 días la primera parte, Tepozán; y en 20 días la segunda que da título al libro. Estaba leyendo historia de México, a Cosío Villegas, a Luis González y González, y me surgió la necesidad de releer El laberinto de la soledad porque percibí un problema con la identidad, no para llegar a una esencia, pues la poesía no se hace de esencialidades sino de exactitud.
''Me negué a aceptar, como lector, la complacencia o el saludo hipócrita y decidí impregnar a mis poemas de una actitud crítica y comprometida con la poesía. Y como la poesía no es un partido político ni un grupo ni una estética sino simplemente una ética, y una ética es una manera de actuar, entonces Los párpados narcóticos nacen en un momento que llamaría de primera madurez en mi vida.
''Esa poesía me dio una idea más clara de lo que es el país, pero sin ninguna intención de ser nacionalista o patriotero, sino de saber leer con claridad la realidad que enfrentamos. Y la realidad son los contrastes que exigen una lectura poetizada, es decir, con una prosodia demarcada por un ritmo, acompañada de una capacidad de juego verbal pero con un significado claro. Hay poetas que parecen muy inteligentes porque usan una retórica llena de recovecos intrincadísimos y hay otros que se creen interesantes haciéndose los oscuros. Eso no existe. ƑPor qué no hablar de la realidad? Si no sabemos ver el lado invisible de las cosas no quiere decir que las cosas no lo tengan, y en esa invisibilidad radica la poesía.
''La poesía es juego verbal, consonancia, resonancia, contrapunto, arritmia, ritmo, en donde el signo y el significado no están separados; si se dice lo contrario son patrañas intelectualizadas de aquellos que no tienen nada que decir. La poesía es una experiencia de la vida, no una manera de embellecerla, sino de transfigurarla".
(Los párpados narcóticos se presentará mañana en la librería Octavio Paz del FCE, en Miguel Angel de Quevedo 115, Chimalistac. Participarán: José María Espinasa, Jorge Fernández Granados y Carlos Monsiváis. La cita es a las 19:00 horas.)