n Impugnan la iniciativa sobre patrimonio cultural
Celebraron el 674 aniversario de la gran México-Tenochtitlan
n Danzas y música de teponaztles y caracoles en el Zócalo
Arturo Jiménez n Con una severa crítica contra la iniciativa de ley sobre patrimonio cultural -''que pretende privatizar nuestros tesoros"- y un ''ceremonial cósmico" dirigido a los cuatro puntos cardinales y al sol, grupos mexicanistas celebraron ayer en el Zócalo el 674 aniversario de la fundación de México-Tenochtitlan.
Poco antes del punto intermedio de la hora astronómica (que en realidad va de las 12:12 a las 13:10, sin sumarle los 60 minutos del horario de verano), es decir, a las 13:41, Miguel Angel Mendoza Cuauhcóatl había dicho a los danzantes y decenas de transeúntes congregados al lado del asta bandera:
''No debemos permitir este atraco (a nuestro patrimonio cultural). Recogemos firmas para denunciar este atentado ante el Congreso y la Presidencia del país."
Y más adelante, el también biógrafo de Cuauhtémoc aclaraba a voz en cuello que las danzas y música de teponaztles y caracoles que ejecutaban los integrantes de varios calpullis allí reunidos no eran ''un espectáculo o un entretenimiento para turistas, sino una ceremonia ancestral".
Al principio de su mensaje, Mendoza, presidente del consejo de gobierno (tlahtokan) del Centro de la Cultura Pre-Americana Zemanauak Tlamachtiloyan, señaló:
''Estamos aquí para festejar la fundación de la ciudad de México-Tenochtitlan, sembrada por nuestros abuelos y que es expresión del México eterno". Y citó la antigua frase: ''Mientras permanezca el mundo, jamás perecerá la gloria y la fama de México-Tenochtitlan".
Recordó también el momento culminante de la leyenda del pueblo mexica -encabezado por el caudillo Tenoch, quien se dice vivió 106 años-, cuando, después de varias generaciones de migración desde el norte y de diversas persecuciones y reubicaciones en el valle de Anáhuac, apareció sobre un nopal un águila con las alas abiertas y lanzando un grito de guerra. La serpiente fue agregada ''por los extranjeros".
''Nosotros, que somos el pueblo, vivimos y sufrimos esta ciudad. Y ahora, con alegría, celebramos aquí, en el centro psicológico de la nación mexicana, este aniversario", dijo Mendoza.
La vieja epopeya
Según diversos documentos y la tradición oral, la larga migración azteca se habría iniciado en el año 648 de esta era, un año ce tecpatl (uno pedernal), desde el mítico Aztlán, una isla en medio del océano o de una región lacustre en el norte del país.
Cuatro habían sido los pueblos nahuatlacas de este éxodo, pero luego se mencionan ocho: huejotzincas, chalcas, xochimilcas, cuitlahuacas, malinalcas, chichimecas, tepanecas y matlatzincas. Ellos fueron conducidos por cuatro caudillos: Tezcacóatl, Cuauhcóatl, Apanecatl y Chimalma, esta última mujer, quien con el primero se turnaba para llevar el bulto funerario de su caudillo Huitzilopochtli.
Consigna un texto del Zemanauak Tlamachtiloyan: ''Los documentos que existen contienen contradicciones acerca de cuánto tiempo duró la migración: mientras unos señalan 677 años, otros sólo suman 208 porque comienzan su cuenta a partir del año 1117 (dos casa), que fue cuando, supuestamente, y siempre según la tradición oral, los ocho pueblos tuvieron que dispersarse".
Más tarde, los portadores del bulto funerario (teomama) oyeron una voz que les dijo: ''A partir de ahora se llamarán mexicanos" (mexicas). En el año 1143 (dos carrizo) los mexicanos encendieron por primera vez el Fuego Nuevo en lo alto del Cerro de la Serpiente (Coatepetl), ya en el Altiplano. Y así, la leyenda llega hasta el 1325, año de la fundación.
La ''ceremonia cósmica" de ayer comenzó a las 12 del día, junto a la Catedral, de donde los danzantes partieron con sus vestidos blancos, trajes prehispánicos y enormes penachos al centro del Zócalo.
Ahí comenzaron a organizar sus ofrendas de flores, frutas, maíz y copal y a formar un ''círculo de energía" al que no podían ingresar los espectadores. Después de orar en náhuatl hacia los cuatro puntos cardinales comenzó la danza.
A las 13:41 horas, cuando el sol-Tonatiuh pasaba por segunda vez por el cenit-Tonalnepantla, las dos palmas de casi todos los presentes se dirigieron hacia Tonatiuh. Se trata de un '''instante de energía" ubicado a la mitad de la hora astronómica de 58 minutos (29 más 29).
Fue en esta hora cósmica -cuando Tonatiuh se convierte en águila-mariposa- que se fundó la gran ciudad, en un día yei ollin, veintena tecuilhuitontli, año ome calli, o sea, el 26 de julio de 1325.
Señala otro documento que esta fecha fue corroborada el siglo pasado por José Fernando Ramírez, Manuel Orozco y Berra y Francisco del Paso y Troncoso.
''Nuestros abuelos fundadores festejaban sus fechas más trascendentes haciéndolas coincidir con sucesos cósmicos que, en realidad, tienen base científica pues son posiciones astronómicas relativas, hoy comprobadas, entre Nuestro Padre el Sol (Tonatiuh) y Nuestra Madre Tierra (Tonantzin)."