Se resquebraja la CTM por pugnas internas y la falta de liderazgo de Rodríguez Alcaine
* Divisionismo y recriminaciones sobre corrupción entre líderes de la central
Elizabeth Velasco C. /I * Luego de ser pieza clave en el sistema para mantener la estabilidad en el país casi medio siglo, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) se convulsiona en medio de pugnas intestinas por cotos de poder económico, la falta de liderazgo político y la escasa representatividad en la clase trabajadora de su actual dirigente, Leonardo Rodríguez Alcaine.
A una semana de que el también líder de los electricistas -que este año concluye su gestión al frente del SUTERM- acusara a la plana mayor de su comité ejecutivo (CEN) de tomar como "botín económico" a la CTM, de infiltrar una "pesada corrupción" y no ser leales a la central que los vio nacer, José Ramírez Gamero, uno de los inculpados, acusa en una carta a los integrantes del CEN de fomentar el "divisionismo" al interior y exterior de esa central.
"Como en otras cosas -le dice el también líder del Sindicato de la Industria del Autotransporte (SIAT) al dirigente cetemista-, fue objeto de mala información que, con mala fe, algunos miembros de nuestro propio CEN de la CTM se encargan de llevarle a usted..."
En la misiva de cinco cuartillas -en poder de La Jornada-, el ex colaborador más cercano de Fidel Velázquez y mayor adversario de Rodríguez Alcaine, luego de la muerte de quien fuera líder indiscutible del movimiento obrero organizado, acusa directamente a Armando Neyra, secretario de Finanzas, de fomentar escisiones internas en el SIAT -uno de los sindicatos importantes de esa central-, pese al riesgo de causar enfrentamientos.
Y no sólo eso. Le reprocha a Rodríguez Alcaine que apoye las acciones "divisionistas" de Neyra Chávez y aliente a líderes "corruptos y gansteriles", a quienes recibe como "héroes", cuando son unos "verdaderos traidores" al movimiento obrero.
"Propiciado por acciones de algunos miembros de nuestro Comité Nacional de la CTM -señala el ex gobernador de Durango-, en mi sindicato (SIAT) se han dado muchas escisiones y separación de dos o tres grupos; separación que se debe a que no he permitido que se abuse de los trabajadores quitándoles parte de su salario o comisión que reciben, con el pretexto de conseguirles acarreo de terracería o material de construcción.
"Esos grupos -prosigue- se los han acercado a usted y les ha dado no sólo alientos, sino que los ha apoyado. Me refiero específicamente a Cuauhtémoc Plascencia, que tiene una organización denominada 'Sindicato de Permisionarios'.
"Y otro grupo es el de Adelfo Toledano, que por diferencias en el control de obras y la administración de los contratos se separa de nuestra organización (el SIAT), y se me informa que, con apoyo de Armando Neyra y el de usted, se está gestionando ante la Dirección y Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo, su reconocimiento y toma de nota como Sindicato Nacional del Autotransporte.
"De darse (la toma de nota), vendría a propiciar no sólo la división, sino el posible enfrentamiento entre compañeros del mismo gremio", asienta quien a la muerte de Velázquez (junio del 97) encabezaba un fuerte grupo que disputaba el poder al líder electricista en el juego sucesorio cetemista".
Otros líderes "corruptos" que menciona y -según el duranguense- ahora son cercanos al Güero Rodríguez, tras aceptarlos en la Federación del estado de México, son Rosario Mendoza y Guadalupe Uribe, "expulsados por sus malas actitudes y deslealtad" a la CTM, y que "se refugiaron en la CROC, desde donde propiciaron fuertes enfrentamientos con los cetemistas".
Uribe -a quien se ha visto salir del despacho de Rodríguez Alcaine recientemente- fue en tiempos de don Fidel un famoso golpeador que, junto con el mítico Wallace de la Mancha, "recuperaba" a la CTM contratos en el Valle de México, muy a su estilo: a golpes y tiros. Acusado de homicidio, tras el asesinato del obrero Cleto Nigmo Urbina, de la planta Ford de Cuatitlán, en 1989, fue encarcelado dos años y nueve meses junto con sus hijos Raúl y Rafael, además de otros cuatro golpeadores.
Don Lupe -como le decían- hoy se autocalifica como un "empresario pacífico" que liderea a los transportistas mexiquenses y controla 40 mil de 73 mil unidades de transporte público; líneas camioneras en cinco entidades; una unión de crédito y una empresa para reconvertir a gas natural los motores de todo el transporte público de la República. Fue con apoyo de la CTM que obtuvo un financiamiento bancario para comprar sus primeras unidades públicas y, posteriormente, para fundar la Unión de Crédito del Transporte del EdeM. Algunos opinan que ese financiamiento fue el pago por los servicios prestados en la Ford. Uno de sus socios fue José Rosario Mendoza, quien renunció a la CTM y se refugió en la CROC.
El conflicto: "ríos de dinero"
Rodríguez Alcaine también acusó de tomar a la CTM como "botín de guerra" para sus "fines personales" a otros miembros del CEN, como Abelardo Carrillo Zavala, secretario de asuntos económicos; Javier Pineda, del Trabajo; Carlos Romero Deschamps, líder de los petroleros; Joaquín Gamboa Pascoe, de la Federación de Trabajadores del DF, y Gilberto Muñoz Mosqueda, de los petroquímicos, entre otros. Los tres últimos ocupan las carteras de primer, segundo y tercer secretarios sustitutos del líder cetemista.
Romero accedió a ese cargo tras amenazar con escindirse de la CTM para formar un nuevo comité y otras secretarías. La principal queja del también líder del Congreso del Trabajo contra ellos, es que "hay un río de dinero en disputa" que no llega a las arcas de la central.
Aun cuando se trató de dialogar con la mayoría de los integrantes del CEN, no hubo respuesta. Sin embargo, algunos accedieron a sostener una charla off the record.
Aunque niegan que en esa central haya divisiones y pugnas por el poder, admiten que "existen personas que buscan calentarle la cabeza (a Rodríguez Alcaine) y, por ello, nuestro dirigente hace declaraciones en ese tono. Nuestro líder -justifican- es muy visceral y, debido a que está abrumado por los múltiples problemas que aquejan a la central, pierde el temple".
Una de las fuentes admitió que, de antaño, la CTM se ve aquejada por fuertes problemas entre los transportistas, que no precisamente luchan por los contratos colectivos, "sino por los mercantiles, para transportar los materiales de construcción. Eso representa muchos intereses económicos. Esta es una vieja pugna que se da en todo el país".
Si antes don Fidel aplicaba mano férrea para controlar a sus huestes, hoy, en cada entidad que visita el dirigente cetemista "hay quejas y luchas por los contratos mercantiles", dicen sin explicarse aún el tono de las declaraciones de Rodríguez, "pues todos le hemos guardado fidelidad y no somos corruptos" -el propio Ramírez Gamero le recuerda que se disciplinó cuando ratificaron al líder cetemista en 97, y luego cuando tomó posesión en 98, y le confiesa a Rodríguez que "casi lloró" cuando se enteró de las acusaciones en su contra. Omiten, sin embargo, los saldos pendientes que, a su muerte, dejó Fidel Velázquez -imposiciones en sindicatos de empresas, falta de cuadros sindicales y otros-, que hoy, a falta de un liderazgo político con capacidad de negociación y control, afloran en la vida interna y externa de la central.