CIUDAD PERDIDA Ť Miguel Angel Velázquez

Ť El cuesta arriba de Campa y Bartlett

Ť Una competencia más que dispareja

Se acabó. El mesero lanzó la sentencia: ya no hay lechón, pero nos queda un poco de salmón, que es muy bueno.

El restaurante estaba lleno, y para completar el desagradabilísimo momento, algunos líderes de la CROC irrumpieron en el lugar. Sin pensarlo, con naturalidad, formaron una valla que protegió la llegada de Manuel Bartlett.

El político poblano repartió saludos y sonrisas hasta que llegó a la mesa donde se encontraba el perredista Pedro Ettiene

--¿Ya te registraste? --le preguntó mientras le apretaba la mano.

--Sí, de allí vengo --respondió sonriente el priísta.

--Entonces ahora sí vas a saber lo que es estar en la oposición.

La sonrisa de Bartlett no cambió, al contrario, se hizo más amplia, mientras en las mesas cercanas los comensales acompañaban la broma a carcajadas.

Muy poco duró la estancia del ahora precandidato del PRI a la Presidencia de la República, apenas unos minutos. No hubo tiempo ni para la botana. Los de la CROC se quedaron, pero Bartlett salió entre saludos repetidos y comentarios a la broma de Etienne.

Para la gente que atestiguó el momento estaba claro, Bartlett no es candidato de Zedillo y deberá nadar cuesta arriba para ganar el lugar que pretende.

Pero el esquema se repite. También en el DF las cosas aparentan ser lo mismo. La gente asegura que el candidato del Presidente es Jesús Silva Herzog y que Roberto Campa está en la oposición.

No obstante, las mentes maquiavélicas esbozan otros paisajes: en el PRI todos saben de las debilidades de Silva Herzog, aunque lo respalde Oscar Levín, que de ninguna manera significa el apoyo del partido.

Venganza. Esa para muchos es la divisa. La situación de Silva Herzog es muy delicada. Por lo pronto ya perdió las simpatías de la izquierda y de los moderados no priístas que habían visto en él una opción para combatir al PRI.

La edad del ex embajador dice que ésta es su última oportunidad, y que en el PRI hay memoria vengativa. Todo lo dicho y hecho por el Diamante Negro se guarda en la caja de los desquites y ahora parece ser el momento.

La competencia contra Campa parece dispareja, es decir, dentro y fuera de ese partido se habla de las muy pocas posibilidades del ex secretario de Hacienda para triunfar en una contienda limpia, por su muy poco conocimiento de los problemas de la ciudad, porque Campa tiene el respaldo de la gran mayoría de priístas en el DF, y porque éste no parece su momento político.

Así las cosas, Silva Herzog podría haber sido mandado al matadero. Perder la elección interna significaría la muerte política para el amigo de Labastida. Ya no podría encontrar cabida en la oposición y menos aún en el PRI, que lo desecharía de inmediato.

Por eso el rumor de la venganza toma sentido si se mira como, en ésta, Silva Herzog lleva todas las de perder. Pecado y muerte al pecador, aseguran quienes analizan el asunto.

Aunque, en contra de esto, hay otros elementos que refuerzan la idea: Silva Herzog es el bueno. Por ejemplo, José Antonio González Fernández y Roberto Campa mantiene profundas diferencias, no nada más políticas, pues las hay también en lo personal.

De ahí que González Fernández haya buscado a Silvestre Fernández o a Cuauhtémoc Gutiérrez para tratar de restarle votos a Campa en una estrategia desaseada, pero permitida.

Lo que muy pocos saben es que Campa ya tiene arreglo con Labastida, que si bien sigue siendo el amigo de Silva Herzog, sabe cómo está el asunto en la capital y de ninguna manera permitirá perder una posición tan importante como el DF. Se podría decir que juega con dos barajas. Nada más.

Total, Campa presenta hoy su renuncia a la Profeco ante el presidente Zedillo y después recibirá el apoyo de la gente que lo quiere en la jefatura de Gobierno del DF, y el martes, mientras Silva Herzog se registra, el ya ex procurador del Consumidor estará en Iztapalapa.

Pero nada hay escrito, cuando menos eso se quiere hacer creer. El sí parece revuelto, pero podría ser sólo una apariencia.