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Arañas sociables
La mayoría de las arañas son agresivas, territoriales y solitarias. Sin embargo, de las 35 mil especies identificadas, algunas pocas docenas rompen la tradición: viven en grupo, cooperan mientras cazan y construyen casas comunales, e incluso llegan a cuidar a las especies jóvenes, mientras que las típicas depositan sus huevos y los abandonan.
Los biólogos estudian la evolución de la socialización, los costos y los beneficios de vivir en grupo y la manera como las criaturas se relacionan con su familia. Por ejemplo, en diferentes grupos de insectos, como las hormigas o las abejas, las especies obreras son estériles y sólo las reinas ponen huevos, mientras que todas las arañas de una colonia pueden reproducirse.
El tipo más social y la especie más estudiada de esas arañas ųAnelosimus eximiusų vive en colonias multigeneracionales en los bosques lluviosos de América del Sur y construye hamacas suspendidas por largas hebras en la vegetación. Sus cuerpos son color caoba y del tamaño de la goma de un lápiz. Además de vivir en comunidades cuidan los huevecillos de los depredadores y reparan constantemente la red, que puede durar años.
Los investigadores explican que las arañas sociables pueden capturar una presa 10 veces más grande que ellas, mientras que una solitaria apenas podría cazar una que le doble la talla. Se ha establecido que esa conducta cooperativa ha evolucionado en ocho generaciones de arañas, sin ninguna relación, en diferentes familias.
Algunas colonias de arañas en México y en el suroeste de Estados Unidos, de acuerdo con estudios hechos por Georges W. Uetz, de la Universidad de Cincinnati, quien ha estudiado a esos arácnidos en México desde hace 20 años, construyen redes interconectadas, pero defienden su propio terreno. La colonia más grande observada fue construida en círculos por miles de arañas de un centímetro de largo, y medía 4 metros de ancho y 2 de alto. Los insectos atrapados en esa red son engullidos sólo por la araña a la que le pertenece el círculo, pero casi todas cazan el mismo número de presas. Los investigadores concluyen que, bajo ciertas circunstancias, compartir puede ser la mejor opción. (Mirna Servín)