Necesaria, una mayor investigación de su impacto en biología y medicina
Campos magnéticos
René Drucker Colín
La electricidad es utilizada para el beneficio de la gente en el mundo entero. Siempre que se genera, se transmite o se usa crea campos eléctricos y magnéticos. Esos campos son consecuencia directa de la presencia o del movimiento de las cargas eléctricas. Es imposible generar y usar esa energía sin crear dichos campos; por lo tanto, estos últimos son la consecuencia inevitable de nuestra dependencia de esa forma de energía.
La energía eléctrica generalmente es suministrada como una corriente alterna donde la electricidad fluye en una dirección y luego en la inversa para completar un ciclo. Al número de ciclos que se completan en un periodo fijo de tiempo (digamos un segundo) se le conoce como frecuencia, y ésta se mide en unidades hertz (Hz) o sea Hz por segundo.
En la mayor parte del mundo, la electricidad se suministra como una corriente alterna de 60 Hz por segundo. Así como la corriente eléctrica alterna tiene su frecuencia, los campos eléctricos y magnéticos generados por dicha corriente la tienen y también son de 60 Hz.
A los campos magnéticos (CM) cuyos ciclos de frecuencia fluctúan entre 3 y 3 mil Hz se les denomina campos magnéticos de extremada baja frecuencia (CMEBF). Aparte de los campos magnéticos generados por la electricidad, la tierra tiene campos magnéticos estáticos (frecuencia 0 Hz) que varían según su localización de 30 a 50 uTeslas de intensidad. Esa intensidad es sumamente baja y muy inferior, por ejemplo, a las intensidades suministradas por teléfonos celulares, aparatos domésticos, etcétera.
Aparte del interesante hecho de que se ha demostrado con toda claridad que ciertos animales (inclusive ciertas bacterias) pueden sensar campos magnéticos de débil intensidad con el objetivo de navegar y llegar a su destino, en los últimos 25 años ha surgido poco a poco un gran interés por estudiar el impacto de los CM en tejidos vivos y en la salud, dado que esos CM cada vez más forman parte inevitable de nuestra vida cotidiana, y por lo tanto en el futuro tendremos mayor contacto con ellos.
Grupos de estudio
Los estudios sobre efectos de CM pueden dividirse en dos vertientes:
1. Aquellos que buscan conocer el impacto en la salud, y en particular sobre el cáncer.
2. Aquellos que usan los CM como instrumento para entender ciertos mecanismos celulares.
En relación con el primer grupo, en 1979 se publicó el primer estudio epidemiológico cuyos resultados sugirieron la posibilidad de que los CM fueran responsables de ciertos tipos de cáncer. Sin embargo, en este momento se puede afirmar que la evidencia científica de que los CMEBF representen un riesgo para la salud es bastante débil.
Por otro lado, las pruebas más sólidas sobre efectos en la salud están en reportes que asocian los CM con la leucemia linfocítica en niños y la leucemia linfocítica crónica en adultos expuestos a CM por razones de trabajo. A pesar de que la evidencia
proveniente de estudios epidemiológicos es bastante débil y dudosa respecto a lo anterior, se observa un patrón consistente de un pequeño riesgo al contacto continuo con los CM. Para tranquilizarnos todos, experimentos en animales de laboratorio, con los cuales se pueden hacer estudios mucho más controlados, igualmente muestran en forma consistente una ausencia de efectos cancerígenos.
La divergencia entre los resultados provenientes de los estudios epidemiológicos que muestran efectos cancerígenos y la ausencia de éstos en animales de laboratorio complica enormemente la interpretación de los resultados en humanos, por lo que desafortunadamente no se puede descartar por completo la posibilidad de que los CM sean agentes cancerígenos.
A la fecha, virtualmente ningún trabajo de investigación ha demostrado que se induzca división en células en cultivo en presencia de CM, lo cual disminuye aún más la posibilidad de que los campos magnéticos se consideren un peligro para la salud.
De todas formas, vale la pena señalar que es necesario tener una duda razonable, pues en el futuro los CM van a estar cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana, por lo cual habrá que estar mucho más alertas a los diversos reportes científicos que se publiquen respecto a su impacto en la salud.
A salvo, la integridad celular
En relación con el segundo grupo de estudios sobre el impacto de los CM en los mecanismos celulares, sus investigaciones han arrojado un sinnúmero de datos extraordinariamente interesantes.
La utilización de campos magnéticos como estímulos para las células tiene la ventaja de que es un procedimiento de administración llamado no invasivo, es decir, que a las células en cultivo no se les toca físicamente ni se les pone en contacto con ningún tipo de sustancia.
Ello permite hacer estudios bastante limpios en el sentido de que la integridad de las células está asegurada y se pueden ver los cambios generados por los CM sin que éstos puedan ser atribuidos a factores diversos no relacionados a dichos campos. A través de esos estudios se han podido concretar las siguientes observaciones:
1. Como ya se mencionó, no se ha podido demostrar que los CM produzcan proliferación de células de ningún tipo en cultivo; por lo tanto, los campos magnéticos no parecen ser hasta ahora carcinogénicos. Tampoco se han mostrado cambios en ornitina descarboxilasa, la enzima que se activa durante la carcinogénesis.
2. Los campos magnéticos sí producen diferenciación en una gran variedad de células, y eso parece estar relacionado con la movilización de calcio hacia el interior de ellas. Esos resultados han permitido estimular el estudio de ciertos procesos de desarrollo celular como consecuencia de los CM. Asimismo, se ha mostrado que los CM inducen la expresión de ciertos genes e inhiben la de otros. No se ha podido identificar aún con exactitud cuáles genes son y qué función tendrían.
3. También a nivel de estudios, ya no en células aisladas, sino del animal entero, se ha mostrado que los campos magnéticos pueden generar cambios neuro-conductuales, a veces en forma positiva, a veces en forma negativa. A partir de ello se abre la posibilidad de estudiar el impacto de los CM en la conducta humana.
4. A la fecha, los estudios con campos magnéticos no han logrado establecer con certeza cuál es la intensidad del CM que pudiera ser benéfica y cuál inadecuada. Este punto es de suma importancia, pues estamos constantemente expuestos a CMEBF, y en el futuro su presencia en nuestra vida cotidiana será cada vez mayor.
Colofón
En el milenio que viene, los científicos tendrán la obligación de obtener cada vez mayor información sobre los efectos de los campos magnéticos para poder discernir con exactitud cuáles son sus beneficios y cuáles sus perjuicios.