Ť Análisis del cardenal Juan Sandoval Iñiguez
Los transexuales no logran un cambio "verdadero y auténtico"
Ť Critica los tratamientos hormonales y quirúrgicos para ese fin
Alma E. Muñoz Ť En un análisis sobre la homosexualidad, el arzobispo de Guadalajara, cardenal Juan Sandoval Iñiguez, resolvió que los transexuales se consideran un "error de la naturaleza" y, por ello, recurren a prácticas quirúrgico-plásticas. Según el jerarca católico, los tratamientos hormonales y las cirugías "no determinan un cambio de sexo verdadero y auténtico, sino que transforman en una especie de cuerpo neutro, ni hembra ni macho, dejando sin resolver del todo las contradicciones en terreno psicológico".
Para el religioso, los transexuales recurren a la medicina porque su cuerpo lo sienten "como extraño" y tienden a rechazarlo, "sobre todo en lo que se refiere a los órganos genitales", pero les recuerda que la reconstrucción de éstos "no significa la posibilidad de perseguir el acto generativo".
De esta forma, para el cardenal, se "alimenta el deseo de transformación del cuerpo, engendrando estados de angustia y desarrollo de formas que no son normales, tales como el travestismo y la homosexualidad".
En su análisis, titulado Sentimientos opuestos de un cuerpo no querido, el religioso reconoce que aborda un tema polémico ųsobre los cuales se han hecho comunes sus comentariosų y les recuerda a los homosexuales y lesbianas que la Iglesia está contra dichas prácticas médicas y del matrimonio entre personas del mismo sexo. Esto lo llevó a resumir: "el cambio de sexo no se llega a dar verdadera y auténticamente. Aunque biológicamente se logre, psicológicamente quedan muchas contradicciones por resolver, unidas a un deseo que nunca es posible colmar del todo".
Sandoval Iñiguez acepta que con este tema se tiende a la burla, el "charloteo" o la defensa de aquellas personas que nacieron con un cuerpo femenino o masculino, pero que quisieran tener el contrario, e invariablemente resalta que "pocos se preocupan por ayudar a resolver humana y cristianamente la situación de estos individuos que quisieran tener el sexo opuesto".
Define la transexualidad como "el fenómeno por el cual un sujeto vive como perteneciente al sexo opuesto al que biológicamente pertenece, con el consiguiente deseo de la transformación anatómica de su cuerpo. Se trata, en otras palabras, de una alteración relativa a la identidad sexual, determinada por el contraste entre sexo psicológico y sexo biológico, alteración que comprende la necesidad de comportarse en coherencia con el sexo al que está convencido de pertenecer, aunque el cuerpo aparente lo contrario".
El transexual, según Sandoval Iñiguez, "piensa que en lo profundo de su propia identidad personal, vive en dirección opuesta a las características genéticas, fisiológicas y morfológicas que tiene, lo que le lleva al convencimiento de que él o ella representa un error de la naturaleza y le induce al rechazo del cuerpo, ya que todos sus sentimientos, inclinaciones, emociones, tendencias, actitudes y gustos le manifiestan que tiene una identidad contraria a la que presume tener (y) en muchos casos esta situación es angustiante para el individuo".
El cambio de sexo no resuelve los sentimientos opuestos
De acuerdo con el estudio del arzobispo de Guadalajara, resalta una posición moral "netamente negativa" en torno del asunto, porque "no se puede aplicar el concepto de intervención terapéutica (en un cambio de sexo), ya que el órgano en que se ejerce la operación no está enfermo y no causa daño alguno al organismo, pero sobre todo porque el resultado de la intervención resultaría una verdadera castración del sujeto, perdiéndose la capacidad de procrear que existe, al menos potencialmente, en gran parte de los sujetos".
No obstante, lo más seguro para Iñiguez es que "los tratamientos hormonales y quirúrgicos no determinan un cambio de sexo verdadero y auténtico, sino que transforman en realidad el cuerpo en una especie de cuerpo neutro, ni macho ni hembra, dejando sin resolver del todo las contradicciones en terreno psicológico. Estas contradicciones aparecen ligadar al fantasma o al ideal del deseo, que constituye un más allá que nunca es posible colmar del todo".