Ť Entre gritos e insultos se recibió un documento incompleto sobre el Fobaproa


El informe de Mackey, rasurado; la auditoría sigue pendiente: PRD

Ť Los priístas se dicen ofendidos y reiteran su oposición a revisar los fideicomisos de Banco Unión

Ciro Pérez Silva y Roberto González Amador Ť Las auditorías al Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) culminaron ayer de la misma forma en que se inició el debate sobre el rescate bancario, hace 18 meses: en medio de acusaciones entre priístas y perredistas, quienes se gritaron ''rateros'', ''simuladores'' y ''vendidos'', ante el asombro del auditor canadiense Michael Mackey, quien seguía con atención la traducción simultánea de los insultos.

Michael Mackey indicó que el documento entregado ayer al Congreso en español ''es un informe y las evaluaciones que se han llevado a cabo no constituyen una auditoría financiera, sino una revisión y análisis basados en preguntas específicas previamente convenidas'' con el comité legislativo que lo contrató.

En un mensaje pronunciado después de entregar los tomos del informe, el especialista hizo notar que tuvo dificultades para obtener la información necesaria para elaborarlo.

En medio del escándalo en que terminó la sesión de entrega del documento, los legisladores del PRD y el PT coincidieron en que no se trata de una auditoría terminada, sino de un simple reporte, porque el auditor no tuvo oportunidad de conocer con detalles la información estratégica.

Cuando priístas y perredistas intercambiaban acusaciones, Fauzi Hamdan, presidente de la Comisión de Vigilancia de la Contaduría Mayor de Hacienda y quien asumió junto con el priísta Jorge Estefan Chidiac el papel de anfitrión de los miembros del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y del equipo de Mackey, pidió furioso a los legisladores de PRI y PRD conducirse con ''propiedad'' y defender la civilidad con argumentos, pero más que oídos para su llamado encontró recriminaciones.

Luego de cada ofensa gritada a los del sol azteca, los priístas buscaban la mirada de aprobación de su coordinador, Arturo Núñez, mientras que los perredistas, agrupados alrededor del vicecoordinador, Jesús Martín del Campo, respondían sin convalidación de por medio.

Todo empezó cuando el poblano Estefan Chidiac defendía a su partido desde el presidium, luego de que las oposiciones recordaran que no se permitió a Mackey tener acceso a documentos de Banco Unión en los que se precisaban aportaciones millonarias de Carlos Cabal Peniche a las campañas de Luis Donaldo Colosio y Ernesto Zedillo.

Estefan condenó a quienes sistemáticamente ''ofendieron'' a su partido al acusarlo de mantener una relación ilícita con el ex banquero Carlos Cabal Peniche y se dio golpes de pecho al convocar a todos los partidos a elaborar leyes para evitar un nuevo Fobaproa.

''Se ha dicho que el señor Cabal es un delincuente y se cuestiona al gobierno por venderle un banco. Tengo entendido que el ilustre perredista Andrés Manuel López Obrador es tabasqueño, y cuando se vendió el banco a Cabal nunca salió a impugnar esa venta ni a señalarlo como ratón. ƑQuién mejor que él para conocer al señor Cabal, que es su coterráneo?'', ironizó el priísta.

''šEl ratero eres tú!'', le reviró a gritos la perredista Padierna, lo que desató la indignación de quienes se sintieron burlados por un informe que no satisfizo sus expectativas y consideraron ofensiva la ''diatriba cínica'' del priísta.

''šYo no me robo las casas, ni los terrenos ni la leche!'', respondió también a gritos Estefan, quien desde la víspera había pronosticado que las oposiciones harían ''un escándalo'' cuando el informe del auditor canadiense se entregara a los miembros del IPAB.

Enoé González Cabrera y María del Refugio La Cuca Calderón, reconocidas integrantes del Bronx priísta, se unieron a los que cuestionaron a los perredistas por la presunta distribución de leche contaminada y acusaron a Padierna de robarse desayunos escolares.

Las insondables operaciones del PRI

En medio del vocerío, el priísta Estefan continuó con la defensa de su partido. Dijo que se revisaron las cuantas de Banca Unión, pero no se auditaron ''ni se auditarán'' las operaciones de los fideicomisos del PRI a través de los cuales se financió la campaña del presidente Ernesto Zedillo. En eso, el perredista Jorge Silva se levantó de la silla que ocupaba hasta ese momento en el presídium.

Quien debe dar cuenta sobre el financiamiento de su campaña, siguió Estefan, es Cuauhtémoc Cárdenas. ''Siete millones de dólares de su campaña no fueron comprobados'', acusó el priísta, quien reavivó así el intercambio de acusaciones entre priístas y perredistas.

Los del sol azteca en pleno abandonaron el salón Legisladores y dejaron al secretario ejecutivo del IPAB, Vicente Corta, al micrófono. Ya en el vestíbulo acusaron a Hamdan y a Estefan de violentar los acuerdos y de apresurar la entrega del resultado de las auditorías a los integrantes del IPAB, antes de presentarla al pleno.

''Es indignante que se tome una decisión de esta naturaleza cuando el propio señor Mackey nos ha dicho en todos los tonos que su informe no está completo. Aquí se está dando un madruguete al pueblo de México, se está dando un albazo y un golpe por la espalda a la Cámara de Diputados", advirtió el independiente Marcelo Ebrard.

El perredista Jorge Silva aseguró que el informe en español entregado ayer por Mackey estaba rasurado y que difiere del presentado el lunes, en inglés. ''Este informe fue manoseado por el PRI y por el PAN, de forma que nosotros no podemos aceptar de ninguna manera que se considere concluyente''.

Finalizada la ceremonia, el equipo de Mackey, los integrantes del IPAB y los priístas abandonaron de prisa el salón. ''šDeténganlo! šDeténganlo!'', gritaron algunos invitados. ''šSe lleva 20 millones de dólares!'', decían mientras señalaban a un nervioso Mackey, quien tuvo que ser protegido por el equipo de seguridad de la Cámara para salir del recinto legislativo.

Actuación insuficiente de autoridades

Poco después de las 10 de la mañana el canadiense Mackey entregó el resultado final de la auditoría a los miembros del IPAB, luego de reiterar que en la privatización y el rescate de la banca las autoridades actuaron en forma insuficiente y a destiempo.

Dijo también que como resultado de las ''debilidades'' del programa de privatización, los bancos se convirtieron en ''víctimas'' de propietarios y administradores inexpertos que permitieron actividades crediticias mal asesoradas y que hubiera resultado más barato quebrar a los bancos inviables que rescatarlos, como hizo el gobierno.

En su intervención, el panista Fauzi Hamdan enfatizó que con la conclusión de las auditorías se cierra un capítulo importante en la historia del Congreso, que por primera vez revisó las cuentas que presentaba el Ejecutivo, y lamentó que el Presidente de la República ''rehúya su obligación y encubra a toda costa la información referente a Banco Unión'', del que el PRI, insistió, recibió recursos millonarios para sus campañas.

Aseguró que, de acuerdo con la evaluación de Mackey, quienes deben solventar en primera instancia la crisis de la banca son los banqueros; además, la supervisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) fue laxa, ineficiente y tolerante; en el rescate bancario se dio un trato desigual a quienes estaban en igualdad de condiciones y se compró cartera de ''pésima'' calidad.

''Si algo se puede obtener de todo este amargo y largo camino que bajo el nombre de Fobaproa hemos transitado, es que de una vez por todas acabemos con los banqueros corruptos e inauguremos una banca con sentido social, que promueva el desarrollo de México y de la gente con menores recursos'', dijo el panista.

A su vez, el perredista Jorge Silva Morales señaló que el auditor Mackey, pese a su amplia experiencia, aprendió en México un nuevo esquema de trabajo en materia de auditorías y de investigación ''porque, a diferencia de otros países, aquí los documentos no se maquillan: sencillamente desaparecen''.

Acusó a Guillermo Ortiz, Miguel Mancera Aguayo y Pedro Aspe Armella de ser los ''ingenieros financieros'' del fraude en Banco Unión, y a Eduardo Fernández, presidente de la CNBV, y a Pedro Zamora de ser copartícipes de esos ilícitos.