Los Kennedy, entre el escándalo y la tragedia


Retrato de familia

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 21 de julio * La muerte de John F. Kennedy hijo ha provocado la resurrección del mito de una familia que durante más de cuatro décadas ha sido cobijada por una leyenda en este país:

"Si América tuviera un Shakespeare, escribiría la historia de los Kennedy", apuntó David Von Drehle en una nota de primera plana en The Washington Post esta semana. "Entendería de inmediato que aquí está todo el tema de la vida humana. Ambición, riqueza, compasión, poder, sexo, amor. Y muerte".

Dueño de una revista política, escritor, reportero y abogado, John F. Kennedy júnior era el único hijo sobreviviente del presidente asesinado y casi santificado en la política oficial estadunidense. Pero también era uno de los representantes más visibles de una familia que primero ganó prestigio, poder y dinero mediante el contrabando de alcohol, y que para mediados del siglo era una de las más ricas del país y cuyos hijos lanzaron tres campañas presidenciales, pero sólo en una obtuvieron el triunfo.

Es más esta historia familiar -que los logros y quehaceres del joven Kennedy- la que puede explicar los cinco días de notas de primera plana en los diarios y en los canales de televisión que han inundado este país, así como también las expresiones de duelo de extraños que comentan la tristeza de esta tragedia en términos muy personales, sin jamás haber conocido a las víctimas.

Para el mundo, la leyenda de los Kennedy es principalmente la representada por el presidente John F. Kennedy, el joven primer mandatario quien, como Bill Clinton 30 años después, representó un cambio de generaciones en la política y una "inyección" de juventud y vigor a las instituciones del gobierno en Washington.

"Fue un sentido que ellos contenían, la esperanza que emitían de un futuro más rico, feliz, más amplio y vigoroso", explicó el periodista Von Drehle. Pero fue más que sólo esperanza, era un sentido de posibilidades nuevas al amanecer de la era dorada del poder estadunidense en un teatro mundial. Al interior, fue el regreso a la retórica e iniciativas de la tendencia "liberal" de la política.

Pero este cuento no empezó con el presidente Kennedy. La historia comienza con la figura paterna de Joseph, Joe Patrick Kennedy, hijo de un inmigrante irlandés y comerciante de licores, quien en la primera parte de este siglo empezó a acumular una fortuna mediante el contrabando de alcohol durante los años de la prohibición y por sus actividades de especulación financiera en los mercados bursátiles justo antes del crack de la bolsa en 1929.

Joe Kennedy, padre de John F. y de Robert, fue nombrado embajador en Inglaterra en 1937, pero su posición de no enfrentar a Hitler le costó su ambición de llegar a la presidencia de Estados Unidos. El patriarca llegaría a ser el decimosegundo hombre más rico del país y utilizó esa riqueza y su influencia para promover el éxito de sus nueve hijos.

Sin embargo, el primero de ellos, Joe júnior, se mató en un accidente aéreo durante la Segunda Guerra Mundial; de sus hijas, la mayor sigue internada en un hospital desde que sufrió una lobotomía en los años cuarenta, mientras la segunda murió en un avionazo a finales de esa década.

Sería el segundo hijo mayor, John F. Kennedy, quien se convertiría en el vehículo de la ambición paterna, a-bandonando una carrera en periodismo para convertirse en político y finalmente lanzar su campaña presidencial por medio de la cual llegaría a la Casa Blanca en 1961.

Todos cuentan que John F. Kennedy fue un político "renuente", pero la familia su unió a su campaña. El padre, Joe, según cuenta el ex presidente de la Cámara Tip O'Neil, envío mensajeros al estado de Virginia Occidental para ofrecer 5 mil dólares a los alguaciles y al- caldes de los pueblos a cambio de asegurar votos para la campaña de JFK, como fue conocido.

El hermano menor de éste, Robert Kennedy, quien adquirió su reputación política como asistente del senador Joseph McCarthy, el feroz y enloquecido anticomunista de las cacerías políticas de los cincuenta, se convirtió en administrador de la campaña y director de las operaciones políticas de su hermano.

John F. Kennedy ganó la nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata en 1960, enfrentándose al republicano, el entonces vicepresidente Richard Nixon. Desesperado por obtener el triunfo, Kennedy pidió al político texano Lyndon B. Johnson ser su compañero en la vicepresidencia.

Los Kennedy acusaron al presidente saliente Dwight D. Eisenhower y a su vicepresidente Nixon haber permitido que la Unión Soviética lograra la superioridad en la guerra nuclear, inventando el término "brecha de misiles" para describir la desventaja estadunidense frente a los soviéticos. Una vez en la presidencia, Kennedy lanzaría el programa de incremento de armamento más ambicioso en la historia del país. En los debates televisados (por primera vez) durante la campaña, Kennedy también acusó a Nixon de ser "suave" frente al comunismo en Cuba, aunque ya estaba enterado del plan clandestino para realizar una intervención en la isla. El resultado de la elección estaba aún en duda el mismo día de los comicios.

"Al final, todo se definió en el Texas de Lyndon Johnson y en el Chicago del alcalde Daley, donde el capo del crimen (organizado) Sam Giancana controlaba delegaciones claves. Juntos ayudaron a poner a Kennedy en la cima. Fue el triunfo más cerrado del siglo, con margen de una décima de 1 por ciento", según el programa Los Presidentes de la respetada televisión nacional pública PBS.

De acuerdo con el politólogo Larry J. Sabato, existían "fuertes sospechas" de que los aliados de Kennedy se robaron la elección de Nixon utilizando los votos de muertos que aparecían aún en el padrón y otras maniobras de fraude electoral.

Kennedy fue el presidente más joven de la historia estadunidense y el primer católico. Las fiestas de su toma de posesión incluyeron conciertos amenizados por Frank Sinatra, Ella Fitzgerald, Jimmy Durante, Mahalia Jackson y otras estrellas. La nueva primera dama, Jacqueline, estableció las nuevas modas de vestir en el país. A insistencia de su padre, John nombró a su hermano Robert, Bobby, como el nuevo procurador general.

Poco después de la elección, a Kennedy se le mantenía informado sobre la evolución del plan de invasión a Cuba por exiliados para derrocar a Fidel Castro, lo que él consideró como la primera acción firme de su nuevo gobierno. Después del fracaso de la bahía de Cochinos, Kennedy siguió los esfuerzos clandestinos para derrocar -incluso asesinar- a Fidel Castro hasta el fin de su vida.

La guerra fría se convirtió en una obsesión del joven presidente. Promovió la carrera armamentista contra la Unión Soviética, creó los Cuerpos de Paz para ganar "las mentes y corazones" del Tercer Mundo dentro de la estrategia anticomunista, duplicó el tamaño de las fuerzas especiales de Estados Unidos y a pocos meses de llegar a la Casa Blanca apoyó el asesinato por parte de la CIA del presidente congolés Patrice Lumumba. "Para fines de 1961, las tropas americanas fueron puestas en alerta en Berlín (donde se estaba construyendo el muro), asesores americanos viajaban rumbo a Vietnam y la CIA había lanzado la Operación Mongoose para asesinar a Fidel Castro", según el documental de PBS.

Al mismo tiempo, las aventuras amorosas del nuevo presidente empezaron a generar rumores. Una de sus novias, Judith Campbell, era la ex amante del jefe mafioso en Chicago Sam Giancana, y, en privado, el director del FBI Edgar Hoover le advirtió al presidente que debería desechar este tipo de relación. En particular, esta situación se complicaba porque Bobby tenía la intención de fiscalizar a Giancana. La novia más famosa del presidente, claro, fue Marilyn Monroe, primera en una larga fila de aventuras románticas y sexuales.

Mientras tanto, los agresivos intentos de Kennedy para derrocar a Castro obligaron al gobierno revolucionario a buscar asistencia de la Unión Soviética. Cuando Nikita Kruschev decidió instalar misiles soviéticos en Cuba para disuadir otra aventura militar estadunidense contra el régimen, la respuesta fue un bloqueo naval de la isla y una serie de hechos que llevaron al mundo al precipicio de una guerra nuclear.

Los misiles fueron retirados y Kennedy fue presentado como un héroe, pero las decisiones políticas peligrosas que pusieron por primera y única vez a las fuerzas militares nucleares de Estados Unidos en plena alerta, pusieron al mundo frente a la realidad de la guerra nuclear.

La guerra fría también sirvió como justificación para que el gobierno de Kennedy presionara al nuevo presidente brasileño Joao Goulart a abandonar sus políticas populares. Cuando Goulart rehusó, el gobierno estadunidense financió a la oposición y, finalmente, envío señales indicando apoyo para un golpe militar. Al otro lado del mundo, en el sudeste asiático, el gobierno de Kennedy está intensificando la presencia militar y clandestina de Estados Unidos en Vietnam y fue Kennedy quien envió el primer contingente de 16 mil "asesores" para apoyar el régimen de Vietnam del Sur.

La retórica de la "libertad" en el ámbito internacional no era tan apasionada en casa. Mientras el presidente y su hermano se habían declarado en público a favor de la promoción de los derechos civiles, desde los primeros días de protestas del movimiento negro hasta los llamados de Martín Luther King, Jr. para el fin de la segregación y los asesinatos de activistas, el gobierno de Kennedy hizo lo mínimo posible.

Kennedy, en varias ocasiones, rehusó enviar un proyecto de ley sobre derechos civiles al Congreso por temor de enajenar al bloque de demócratas conservadores del sur, y fue sólo un poco antes de su muerte que por fin se inclinó a favor de la legislación en público. "Deseaban seguir siendo nuestros amigos y querían ser el freno a nuestro movimiento", observó el veterano activista del movimiento de derechos humanos, Roger Wilkins.

La presidencia de Kennedy llegó a su fin con las balas de un asesino en Dallas en noviembre de 1963. Pero la ambición presidencial de la familia Kennedy no terminó ahí. Robert Kennedy, quien pocos años después asumió una posición contra la guerra que él y su hermano ayudaron a generar, lanzó su campaña a la presidencia. La candidatura de Bobby Kennedy terminó con otra bala asesina en 1968.

Fue el turno del hermano más joven, Edward Ted Kennedy, quien también fue presionado por su padre para ingresar a la política. Pero Ted ya habría tenido problemas personales, que lo han perseguido toda la vida. El financiero Clark Clifford, amigo de la familia, recuerda cómo Ted Kennedy fue expulsado por un tiempo de la Universidad de Harvard por haber convencido a un amigo de presentar un examen de español en su nombre, en 1951.

Este Kennedy logró llegar al Senado y lanzó una campaña presidencial en 1979, pero abandonó este intento en parte por la historia de sus relaciones extramatrimoniales. Hoy, es un senador veterano influyente y una figura política nacional que representa la tendencia "liberal" a la cual está asociada el nombre de su familia.

No obstante, la leyenda de los Kennedy continúa. Hay ahora 87 miembros de la familia vivos, incluyendo dos legisladores, un subgobernador, y otros que trabajan en grupos que van de derechos humanos a otras causas liberales.

Pero esta familia también ha enfrentado varias tragedias: un hijo de Robert murió de una sobredosis de droga, otro perdió la vida en una accidente de esquí, y varios han sido tratados por problemas de drogadicción. Sin embargo, muy poca de esta historia se ha incorporado a los amplios y gentiles retratos que han aparecido constantemente en los medios desde la trágica desaparición del avión de John F. Kennedy hijo el viernes pasado. En su lugar, hay especulaciones sobre el "destino" del difunto, de sus probables logros, de la familia unida ante la tragedia histórica que los acompaña.

Aun cinco días después del accidente aéreo, una buena parte de la conferencia de prensa de hoy del presidente Bill Clinton se dedicó al tema de John y su familia.

* Estaban entre los restos de la avioneta


Encuentran buzos los cuerpos de John, Carolyn y Lauren

Ap, Afp, Reuters y Dpa, Nueva York, 21 de julio * Los cuerpos de John F. Kennedy hijo, su esposa Carolyn Bessette y su cuñada Lauren fueron recuperados hoy por buzos de la armada, que los encontraron a unos 40 metros de profundidad en el Atlántico, entre los restos de la avioneta en que viajaban, poniendo así fin a la vigilia de cinco días de su familia y de los estadunidenses.

Los restos del hijo del asesinado presidente John F. Kennedy y de las dos mujeres serán incinerados y sus cenizas dispersadas en el mar, durante una ceremonia fúnebre la mañana de este jueves, informó la cadena de televisión CNN, que citó fuentes de la Casa Blanca, que a su vez ni confirmó ni desmintió la versión.

"Los cuerpos fueron entregados a un médico forense", informó el contralmirante Richard Larrabee. "Los están preparando para entregarlos a las familias". Una parte del fuselaje del Piper Saratoga que pilotaba Kennedy hijo también fue sacada del mar y será analizada por los investigadores, indicó.

El viernes por la mañana se celebrará una misa en memoria de las víctimas en Santo Tomás Moro, la parroquia neoyorquina preferida de la fallecida madre de JFK hijo, Jacqueline Kennedy, informó la familia.

El presidente Bill Clinton, quien asistirá junto a su esposa a la misa del viernes, defendió esta tarde en una conferencia de prensa su decisión de apelar para la búsqueda del avión privado a diferentes instituciones del gobierno federal, como la armada y la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica.

El mandatario demócrata afirmó que el operativo de búsqueda no fue diferente del que se efectúa para cualquier persona, pero admitió que permitió que se extendiera por más tiempo debido al papel de la familia Kennedy "en nuestra vida nacional, y debido a las enormes pérdidas que han sufrido".

Buzos de la armada descendieron durante gran parte del día al sitio donde un vehículo submarino controlado a distancia había encontrado anoche los restos del avión.

A unos 40 metros de profundidad, y apenas a 12 kilómetros de Martha's Vineyard, una isla-balneario donde suelen descansar políticos, encontraron esta madrugada los tres cuerpos, cuyo estado no se ha hecho público. El de John Kennedy, de 38 años, estaba dentro de la cabina del monomotor de seis plazas, al cual le faltaba la parte delantera y un ala, mientras los de Carolyn, de 33, y de Lauren, de 35, yacían en las inmediaciones.

El senador Edward Kennedy, tío de John, y su hijo Patrick, se trasladaron en la tarde en una embarcación de la marina hasta el lugar donde fueron hallados los cadáveres.

La oficina del senador informó que la misa del viernes no estará abierta a la prensa, y la familia Bessette dijo que celebrará una misa privada en memoria de sus dos hijas el sábado en una iglesia de Greenwich, Connecticut. Pero ambas familias están de acuerdo en que John y Carolyn deben ser enterrados juntos.

Mientras los familiares planean las ceremonias fúnebres, flores, velas, dibujos y fotos siguen llenando el improvisado altar que se ha formado frente al departamento donde vivían John y Carolyn, en el sur de Manhattan, convertido en sitio de peregrinación tras la desaparición del matrimonio.

La avioneta se estrelló la noche del viernes, alrededor de una hora después de haber despegado desde un aeropuerto en Nueva Jersey, para dirigirse primero a Martha's Vineyard a dejar allí a Lauren, y seguir el viaje hacia Hyannis Port, donde estaba reunido el clan Kennedy para celebrar una boda.

Robert Pearce, quien dirige la investigación a nombre de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte, informó que a unos 55 kilómetros del aeropuerto de la isla, el avión practicó un descenso desde una altura de mil 705 metros hasta 700 metros, a un ritmo ligeramente mayor que lo normal.

Luego, comenzó a virar a la derecha y a remontarse a 790 metros de altura y prosiguió su rumbo por corto tiempo, antes de emprender otra vuelta a la derecha y comenzar "un rápido ritmo de descenso" que podría haber excedido los mil 525 metros por minuto, unas 10 veces más de lo normal. El avión se habría precipitado al agua alrededor de las 9:40 del viernes, pero no se hizo nada hasta que la Guardia Costera recibió una llamada a las 2:15 del sábado, de parte de un amigo de la familia Kennedy, pese a que un empleado del aeropuerto de Martha's Vineyard había llamado la noche del viernes a la Agencia Federal de Aeronáutica para pedir información sobre la avioneta.

El joven Kennedy, responsable de la revista de política y cultura George, decidió volar de noche, con visibilidad limitada, a pesar de que sólo tenía unas cien horas de vuelo y no tenía aún el permiso para volar orientado por instrumentos.