* Las bodas de Salsipuedes, ópera bufa que prepara Daniel Catán
El humor es algo que me seduce a pesar de la violencia del siglo XX
* Un compositor confía en lo que hace, se esfuerza cada vez más y continúa con los riesgos, afirma
Verónica Flores Aguilar, especial para La Jornada * Una isla del Caribe, en los años cuarenta, es el entorno de la ópera bufa Las bodas de Salsipuedes, de Daniel Catán. ''Será la última ópera cómica del siglo XX o, quizá, la primera del XXI".
Si el público percibió en su ópera más reciente, Florencia en el Amazonas, una orquestación mágica, novedosa en cuanto a sonoridades, el compositor mexicano (1949) adelanta que en Las bodas... utilizará una orquesta incluso más caribeña. ''Espero haber logrado un sonido novedoso, porque si bien se alimenta del pasado, no lo idealiza".
Dueño de un lenguaje sonoro contemporáneo, Catán dice ocuparse de ese lado poco atendido en el siglo XX: ''La música de este siglo se ha inclinado hacia la solemnidad, a veces hasta la brutalidad. El humor se ha explorado poco. Claro, ha sido un siglo violento y desastroso, realmente no han habido momentos para el humor, pero a mí la idea me seduce".
Vivir el gozo del bel canto
Si en 1985 la ópera en dos actos de La hija de Rappaccini (1985) le abrió las puertas para firmar contratos en el extranjero, hoy goza de un reconocimiento total, aunque no le son ajenos los derrumbes ni, en ocasiones, las lentas desesperaciones cuando se topa con prejuicios para montar óperas en español, sobre todo en Europa.
Catán, cuya producción musical está marcada por la corriente alemana representada por Strauss, Berg y Mahler; y la corriente francesa, que tiene sus pilares en Debussy y Stravinski, encuentra música en los textos de poetas y narradores. Para su obra más reciente trabajó al alimón con Eliseo Alberto, quien realizó un guión ''muy lindo".
Más de un año ha trabajado Daniel Catán en la obra, que se encuentra a la mitad porque ha tenido que combinarla con otras labores para mantenerse.
Maestro en composición e investigador musical, entre sus obras figuran una Cantata, con texto de San Juan de la Cruz; obras sinfónicas: El árbol de la vida y En un doblez del tiempo; un ballet, Ausencia de Flores, encargado para conmemorar el centenario del natalicio de José Clemente Orozco; una obra para voz y orquesta, Tierra final, con textos de Jorge Ruiz Dueñas, y Mariposa de obsidiana, para voz solista, coro y orquesta con texto de Octavio Paz.
Es en la ópera donde Catán rescata la imagen viva, oye su júbilo y, en ocasiones, su desconsuelo. Discute cada escena, cada palabra, canta cada sílaba. Vive el gozo triste y el rotundo gozo del bel canto. Catán sabe que las artes tradicionales tienen la peculiaridad de combinar música, danza, teatro y poesía. Con él conversamos.
ųƑQué dificultades enfrentas como compositor ante una ópera bufa?
ųLos tiempos tienen que ser muy exactos. En un drama, la música y los momentos se pueden extender o encoger un poco, hay tela de donde cortar, pero un chiste tiene que caer en el momento preciso, no puede retrasarse ni adelantarse. Lo ideal sería tener suficientes ensayos para hacer ajustes. Sin embargo, todo esto se ha perdido en el siglo XX: los ensayos son muy costosos, no hay mucho tiempo que ofrecerle a un compositor para que aprenda su oficio. He tenido suerte y aprendí relativamente rápido; mis obras gozan de bastante aceptación y he explorado ciertas cosas que hoy les saco provecho.
''Otra de las dificultades como compositor es tener en cuenta la escenificación. Si una persona se mueve en el escenario tengo que escribir la música y darle suficiente tiempo para que haga el recorrido y el público entienda lo que ve.''
ųTodo está en el momento de la composición...
ųSí, en los ensayos no hay tiempo para corregir, se prueban las partes, aunque lo ideal sería que de aquéllos se pudiera regresar al escritorio y pulir la obra. Pero eso requeriría, además de tiempo, de una compañía iluminada para brindar un ensayo bien realizado y que diera tiempo de regresar, corregir y llegar a la etapa final. Sin embargo, como no ocurre así todo se convierte en problemas para el compositor, por ello trato de escuchar lo mejor posible lo que hago.
Difícil, practicar la humildad
ųƑEl reto mayúsculo del compositor es superar la obra anterior?
ųCuando se estrenó La hija de Rappaccini en Estados Unidos y tuvo éxito, más del que jamás soñé, se me doblaban las rodillas al pensar qué iba a hacer para que mi siguiente obra fuera al menos tan buena. Al final, un compositor confía en lo que hace y en esforzarse cada vez más y continuar con los riesgos. Para mí el reto más grande es encontrar la voz de la nueva obra, la voz adecuada de los personajes para que no empiecen a replicarse. Para eso uno debe ser honesto consigo mismo, muy paciente, muy humilde, partir de la nada, con un personaje, sin utilizar parte de otro personaje con la mera intención de llenar páginas. Esto cuesta trabajo. Ser humilde es difícil porque implica trabajo y dolor, pero también es hermoso.
ųƑPodemos decir que con tus obras contribuyes a renovar público y repertorio operístico?
ųLas óperas que se han estrenado en Estados Unidos propiciaron momentos especiales en la trayectoria de cada una de las compañías. Seattle, por ejemplo, nunca había tocado una obra nueva en el teatro de música de Wagner, el más importante. Sin embargo, lo hizo con Florencia en el Amazonas y tuvo más éxito ahí que cualquiera de las obras que habían puesto. Tenían confianza y programaron siete funciones, una barbaridad, pues se trató de 3 mil 200 butacas. El éxito fue rotundo, por ello recientemente anunciaron que la repondrán.
La hija de Rappaccini como Florencia en el Amazonas, en los cinco teatros donde se interpretaron, han sido éxitos de taquilla y eso fue inesperado. Una compañía que se arriesga con una obra nueva y un compositor nuevo sólo espera ponerse la medalla de contribuir a incrementar un repertorio y eso le va a costar un pequeño déficit. Aquí ha sido, además, un éxito popular. Esto nos ayuda a todos los compositores, no sólo a mí. Es un éxito para la música moderna y para lo ópera nueva.
ųA raíz de tus obras se ha empezado a abrir un mercado por la ópera en español.
ųSí, y no tengo la falsa modestia. Cuando empecé a tratar de colocarlas en Estados Unidos la pregunta era por qué escribir en español si no era un idioma para la ópera. Claro que es un poco ignorante el comentario, porque la ópera se puede escribir en cualquier idioma. Si se escribe ópera en italiano, en checo y en ruso, por qué no en español. No había un interés ni repertorio de obras en esta lengua y, en cambio, hay un grupo de cantantes hispanos de altísimo nivel internacional que no tienen repertorio en su idioma.
''A mí me interesaba mostrar que en español también se puede hacer una ópera importante y tan popular como cualquier ópera en italiano. En Estados Unidos, donde ancestralmente se ha considerado al español como un idioma de segunda, esto tiene una fuerza política y social grande.
''Cuando un idioma se consagra en el templo de la cultura, que es la casa de ópera, significa que ese grupo cultural es reconocido por las instituciones locales o nacionales de ese país o ciudad, y ese reconocimiento les fractura todo un esquema. Reconocer el lenguaje no sólo es admitir una gramática sino todo el bagaje cultural que implica.
Abrir senderos
''El siguiente paso es llevar alguna de estas obras a Europa, donde el español no es un idioma de segunda, pero sí poco conocido en el campo de la ópera. Será también una novedad, pero en otro sentido. En la actualidad trato de convencer a teatros de ópera que la vean, la escuchen y la graben; varios ya han mostrado interés desde que se presentó la obra, algunos en Alemania, Francia y España.
ųƑTe ubicas dentro de alguna generación de compositores?
ųPertenezco a una generación, sin embargo es algo distinto. Es un grupo bastante heterogéneo, el nivel de la composición en México es alto. Me asocio con varios de ellos como colega aunque siento que ninguno se ha ido por el tipo de música ni de obra que hago. Pese a que varios de mis colegas han hecho ópera, les interesa la que es más experimental, de cámara. A mí, en cambio, me atrae la ópera muy tradicional, de sala grande, con orquesta grande, con bel canto. En ese campo no hay muchos compositores que lo hagan, aunque sí los hay que han realizado ópera.
ųƑTienes seguidores en Estados Unidos?
ųMe he arriesgado a hacer un tipo de ópera que a pocos se les oía. Mi tipo de ópera puede verse como revivir el siglo XIX, llena de pastiches y ecos de esa centuria. Acercarse a eso sí conlleva enormes peligros, es decir, verse simplemente como un imitador de este siglo.
''Yo me he arriesgado en acercarme a la gran ópera y estar muy claramente dentro de ese contexto tradicional y tener éxito con una ópera nueva, donde se oyen los ecos, el pasado, pero a la vez hay algo nuevo. Ha sido un camino difícil, lleno de minas, pero iluminador. Hoy, finalmente, el camino está abierto.''