* Los silencios de Homero, libro del vate yucateco
Devorar la cultura griega como a un dios, propone Raúl Renán
* Recrea lo que no aparece en el poema épico La Ilíada
Arturo Jiménez * Raúl Renán comienza la charla con las palabras rotundas de Horacio luego de la gran contienda de inteligencia entre Homero y Hesiodo: ''Lo que es bello o feo en el mundo, bueno o malo para nuestra existencia, Homero sabe decirlo mejor que cualquier filósofo".
Producto del mito, ese certamen nunca existió, pero eso poco importa pues abre a la plática las puertas del mundo griego antiguo: sus dioses, la guerra, los héroes, La Ilíada y, ahora, Los silencios de Homero (Aldus-UAM), invención y recreación del poeta yucateco a partir de lo que el poeta griego no dijo en sus cantos, lo que está tras bambalinas.
Lanza Renán (Mérida, 1928): ''Creo que a partir de Horacio, todos quienes han comentado sobre la poesía aseveraron que lo dicho por un poeta puede ser la tesis de cualquier filósofo, pero no al revés". Y agrega:
''Los intelectuales y filósofos de la época del autor de La Ilíada y La Odisea ųcomo Horacio, Aristóteles y Platónų o posteriores, decían que Homero era la leche materna con que fue alimentado el pueblo griego. Fue el educador del pueblo, el creador de la moral y del concepto político de su propio pueblo".
En aquel famoso diálogo de leyenda ų''una de las confrontaciones intelectuales más hermosas"ų, Homero emite afirmaciones rotundas sobre educación y formación del hombre, señala Renán, quien hace unas semanas dio a conocer sus silencios homéricos, prologados por Rubén Bonifaz Nuño.
Sin embargo, continúa su relato, el rey, quien otorgaba los premios, elige a Hesiodo por una razón política, pues le interesaba más impulsar el concepto y el valor de la agricultura. ''Entonces, para desprestigiar en cierto modo la línea homérica, dice: no podemos premiar a alguien que hable de guerras y decapitaciones. Claro, porque La Ilíada es una épica tremenda sobre la guerra".
ųPero en Los silencios de Homero no recreas la guerra como tal.
ųLa recreo en el sentido de la belleza, en lo que hay en el trasfondo. La guerra de Troya no es sólo de destrucción. Tiene un contexto y consecuencias de enorme valor moral y educativo y grandes enseñanzas. Si vemos qué motivó a Homero, advertimos que es un asunto de orden moral entre los hombres. Y hay una trastienda, planos posteriores, a los que me voy para ver las consecuencias y sacarlas a la escena. Creo una línea paralela.
ųLas guerras de la Antigüedad no eran como las de ahora, pese a que también había violencia, pues predominaban otros valores.
ųClaro, y era un cuerpo a cuerpo, una cuestión de honor. Ahora existen conveniencias de dominio del mundo, de poder y económicas. La épica en La Ilíada es una guerra de honor. Están en juego el poder personal, la fuerza, la habilidad, la grandeza de pensamiento, el honor y la amistad.
De Troya a Kosovo
ųƑHoy podría escribirse una Ilíada de, por ejemplo, la guerra en los Balcanes?
ųNo creo. La guerra de hoy es otra cosa. Son armas a larga distancia, otras las razones de esta guerra, bastante sucias. No existe la presencia del hombre en su grandeza. Hay que recordar que Homero era un errabundo. Por La Ilíada y La Odisea se advierte que él conocía muchos pueblos, ciudades y naciones. Sólo así pudo escribir eso, con la enorme información que despliega.
ųO sea que Homero era un sabio.
ųEra un sabio del momento. Cuando se le concede el premio a Hesiodo, dice Homero: ''Feliz este hombre coronado por las musas. Su gloria será eterna, pero guárdate del hado del bosque de Zeus porque, ahí, el hado te tiene decretada la muerte". Es una sentencia absoluta que se refiere al valor moral.
Renán recuerda que Homero fue hijo de gente común y que su nombre verdadero era Melesígenes. ''Pero por razones biológicas, al parecer, perdió la vista de joven, aunque desde niño demostraba una capacidad enorme para el arte. La traducción de Homero del griego antiguo al español es ciego".
ųƑA partir de qué surge la idea de escribir Los silencios de Homero?
ųDe mi forma de leer. Cuando leo asuntos de orden muy gráfico y plástico, siempre veo qué pasa detrás. Imagino y pienso qué habrá hecho este hombre después de esto o lo otro.
ųEn el libro imaginas lo que no sale en La Ilíada.
ųEn todo hecho hay un segundo plano, algo que pasa. En el libro comienzo con el final, la destrucción de Troya y la ruina de la muralla, y de ahí me voy al principio.
ųƑCómo diste forma a esos silencios homéricos recreados?
ųCuando los extraía de los pasajes de La Ilíada, conformaba la historia, la solución del asunto y empezaba a organizarlo de modo que tuviera principio y fin y que no se alargara. No puedo escribir demasiado porque pierdo la línea. Y cuando inicio un texto de esa naturaleza ya estoy viendo el final, dónde voy a cerrar la idea. Y en el transcurso de la escritura van apareciendo soluciones poéticas que son las que te ayudan a la reducción, a la concreción, pues la poesía dice mucho más que la prosa.
ųEn estos poemas narrados se notan ironía, sarcasmo, sentido del humor.
ųSiempre he trabajado así, tienen un doblés. Me burlo, demuestro las cosas y las saco a relucir de manera elegante, como en Catulinarias y sáficas (1981).
ųTu poesía se inclina hacia lo fantástico, y ello se nota en Los silencios de Homero.
ųPara armar este libro necesité una imaginación grande. Uno no puede ponerse a pensar qué resultaría, sino imaginar qué pasó.
Escritor que recrea el mundo latino clásico y reconocido orfebre, en su cuento Serán como soles Renán dibuja la cultura actual como herencia de la cultura griega. "Los pescadores de una isla mexicana se están muriendo de hambre porque ya no hay peces, salen a la mar y atrapan a Neptuno. No le perdonan la vida y lo matan para devorarlo. Eso es sorber, poseer, dentro de nosotros, la cultura griega. El dios es devorado. Es lo que se hace en los templos cuando se da la ostia. Es la comunión que propongo, comulgar con los dioses de la cultura griega, con la cultura griega propia".