* El gobierno viola acuerdos del TLCAN en detrimento de productores, dice
Las políticas oficiales provocan que
crezca la pobreza en el agro: Cepal
* La apertura comercial causa aumento en los precios de producción, señala en un análisis
Angélica Enciso L. * Las políticas oficiales dirigidas al campo mexicano en los últimos años han dejado un resultado negativo en el empleo, los salarios y el ingreso familiar, por lo que la pobreza rural se ha elevado y los indicadores sociales muestran un deterioro en el agro, indica la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha beneficiado más a Estados Unidos que a México; el retiro del Estado de las funciones que desempeñaba -comercializador o almacenador de alimentos- ha dejado vacíos institucionales y ha contribuido a debilitar ciertos mercados, así como el financiamiento rural, el aseguramiento agrícola y la asistencia técnica, se indica en el documento Efectos sociales de la globalización sobre la economía campesina.
Entre 70 y 80 por ciento del ingreso familiar de los campesinos minifundistas proviene de actividades que no son agrícolas, y el que se deriva de la producción o la venta de los cultivos tradicionales y modernos es apenas una cuarta parte o un tercio de las percepciones promedio, mientras que en el caso de la ganadería es de 13 por ciento.
En el análisis -en el que además del caso de México se estudia a Honduras y Nicaragua- la organización de las Naciones Unidas destaca que el trabajo asalariado constituye más de una tercera parte del ingreso total, y que "el comercio y las remesas, sobre todo las internacionales, también suelen desempeñar un papel fundamental como fuentes de ingreso en ciertos pueblos".
En 1997, se precisa en el texto, el total de adultos migrantes llegó a 11 por ciento de la población rural, además de que 45 por ciento de las familias de ejidatarios tiene un integrante que ha emigrado o cuentan con hijos que trabajan en Estados Unidos.
Asimismo, se considera que los bajos ingresos obedecen a que la mayor parte de la tierra cultivable es de temporal errático y existe una gran inestabilidad en las políticas, los apoyos públicos y los mercados. "El ajuste y la liberación han creado un contexto de incentivos desfavorable para los productores rurales y han generado una crisis de rentabilidad en la agricultura, ocasionada por el hecho de que los costos de producción han crecido más rápido que los precios de los productos finales".
Se incrementa el déficit comercial
Acerca del TLC, se señala que las estadísticas indican un crecimiento -"que se ha agravado"- del déficit comercial agroalimentario: "los coeficientes de dependencia alimentaria para México han aumentado claramente a partir de 1994 en productos como arroz y trigo". El incremento de las importaciones de alimentos en los últimos años es una tendencia presente en casi todos los países latinoamericanos, independientemente del grado de apertura de cada uno de ellos, se agrega.
El gobierno, se abunda, ha permitido la importación de alimentos por encima de las cuotas fijadas como libres de aranceles, con lo que los precios domésticos van a la baja; en 1996, se indica, se importaron, además de la cuota autorizada de 2.5 millones de toneladas de maíz, otros 3.3 millones libres de aranceles, con lo que "se contraviene lo estipulado en el tratado y se lesiona a los productores rurales. Sin embargo, en este caso, el problema es la forma en que se aplica la política económica interna, más que el propio tratado".
En los cinco años que lleva el TLCAN la producción del principal cultivo, el maíz, se ha sostenido, y el empleo que genera no ha descendido. Esto la Cepal lo explica con el hecho de que la tercera parte de los pequeños maiceros son autosuficientes y las percepciones por el producto no les son muy importantes, ya que apenas constituyen 15 por ciento de los ingresos de las familias. Los campesinos han encontrado en la combinación del cultivo de ese grano y la ganadería familiar una forma para enfrentar las oscilaciones del mercado y elevar sus ingresos.
Las reformas
En el texto se indica además que entre 1990 y 1994 el gobierno aplicó un programa de reformas que llevó a abrir la economía al mercado internacional, a sanear las finanzas públicas y a crear un marco macroeconómico más adecuado, con las consecuencias de dejar en la desprotección a los productores rurales, disminuir los subsidios, eliminar los precios de garantía, retirar al Estado de la compra de cosechas y abandonar su papel como administrador de empresas que intervenían directamente en el proceso productivo.
El proceso de apertura comercial, se detalla, fue acelerado, pues se eliminaron las barreras arancelarias y las políticas económicas se tradujeron en aumentos de los costos de producción, superiores a los precios de los productos agrícolas, lo cual ha provocado una caída en la rentabilidad del agro.
La reforma social más importante, se afirma, fue la modificación de las leyes agrarias del país para permitir la compraventa, el arrendamiento y otros tipos de cesiones de la tierra, con el objetivo de propiciar un mercado de predios para la transferencia de la propiedad de los productores menos aptos a los más eficaces o con más activos, a fin de modernizar la producción y volverla más eficiente en el nuevo contexto de apertura comercial y dar un mayor protagonismo de la empresa privada.
"Este proyecto estatal de modernización rural conlleva altos costos sociales y reproduce la pobreza rural en el corto plazo. Este hecho, reconocido por el gobierno, ha llevado a reforzar la política social en el campo y a poner en marcha programas de combate rural y de fomento", se agrega.
La Cepal advierte que en este momento el ejido presenta una tendencia a perder su importancia como organización económica, lo cual se puede deber a su gran heterogeneidad interna, ya que es un conjunto social diverso y no es práctico como organización económica.
La principal respuesta de los campesinos frente a la crisis económica y la globalización ha sido intensificar su participación en los mercados laborales y en los flujos migratorios, lo cual, se dice en el documento, no es nuevo, pero "ha aumentado significativamente en la última década".