* A Rebours. La rebelión informalista 1939-1968 se exhibe en el Reina Sofía


Difícil, la existencia del creador en el capitalismo corporativista: Ashton

* Incluye pinturas de Alechinsky, Giacometti, Motherwell y Pollock, entre otros artistas

José Garza, especial para La Jornada, Madrid * En vísperas del cambio de siglo y de milenio, la historiografía artística revisa la producción de la centuria que está por terminar con una marcada intención por reivindicar el papel del arte en la sociedad dentro de un contexto internacional y sin fronteras. La magna exposición A Rebours. La rebelión informalista 1939-1968 lo plantea así, como una esperanza a contracorriente, al redescubrir una manera de entender el arte y la vida misma como lo implicó la confluencia del expresionismo abstracto estadunidense y del informalismo francés en una tendencia, una ''lingual franca", que ''todavía puede sentirse entre quienes pintan en la actualidad pese a las constantes proclamaciones de que la pintura ha muerto", como afirma la curadora de la muestra, la historiadora y crítica de arte Dore Ashton.

Revalorar el arte de la posguerra

Inaugurada el pasado 6 de julio, en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, A Rebours. La rebelión informalista incluye cerca de cien pinturas de 62 artistas representativos de grupos y tendencias de las vanguardias surgidas después de la Segunda Guerra Mundial. Se trata de una exposición que revalora el arte abstracto expresionista de la posguerra mediante dos vertientes y sus respectivas consecuencias: la americana y la francesa. Así, podrán encontrarse obras de Pierre Alechinsky, Francis Bacon, Willem de Kooning, Lucio Fontana, Alberto Giacometti, Arshile Gorky, Roberto Motherwell, Jackson Pollock, Mark Rothko y Antoni Tàpies.

bacon ''Estos artistas han importado hasta nuestros días conceptos imposibles de definir antes y después de la Segunda Guerra Mundial", dice Ashton.

Lo cierto es que a partir de 1939 cualquier manifestación artística implicaba ųimplicaų un concepto de crisis, de aprensión y de cuestionamiento de los postulados subyacentes del oficio.

''La Segunda Guerra Mundial resultó muy devastadora ųcomenta la curadora estadunidenseų. Por todo el mundo se oyeron voces que propugnaban la desafección y el rechazo radical. La única postura respetable, al parecer, era estar á rebours. Los pintores tenían muchas maneras de expresar el impacto de las circunstancias. Sus enfáticas respuestas recibirían pronto una serie de sobrenombres: informalismo, tachismo, expresionismo abstracto, abstracción lírica, action painting, nueva figuración... pero ninguna de estas etiquetas sirve para describir el espíritu que inundó el mundo de la pintura luego de ese cataclismo".

En deuda con el surrealismo, no representado en esta exposición pero reivindicado en otra gran muestra de 700 obras que recientemente inauguró el Guggenheim de Nueva York, en cuanto a malestar del periodo de entreguerras y la mirada hacia el interior de cada hombre, la tendencia artística desarrollada durante y después de la segunda guerra implicó en realidad, según Ashton, ''una lingual franca que permitió a los pintores comunicarse mediante las fronteras nacionales; los pintores de todo el mundo hallaron un idioma pictórico, igualmente híbrido, que se adaptaba a sus circunstancias sin que ello supusiera la desaparición de la lengua nativa".

ųƑLas exigencias críticas y éticas que implica la producción artística registrada por esta exposición están perdidas en el arte contemporáneo?

ųNo. Siempre habrá un artista con la verdad, aunque será difícil localizarlo.

Especialista en la materia, autora de ''clásicos" sobre el expresionismo abstracto, Ashton evita la generalización sobre la circunstancia del arte, sobre el estado de la salud del arte; prefiere referirse a los artistas concretamente y a la difícil posición que hoy en día éstos tienen ''porque en el capitalismo corporativista es muy difícil la existencia de un creador".

ųƑEl mercado envilece al artista?

ųLa realidad es que, hoy día, es muy difícil para el artista sobrevivir, moralmente.

La Ruptura no existe

Al recorrer la exposición resulta complicado evitar una mirada desde la perspectiva mexicana, descubriendo que ha quedado desligada de esta ''rebelión informalista" la Ruptura mexicana que un grupo de artistas desarrolló durante los años cincuenta y sesenta con un trabajo no figurativo y de rechazo a los nacionalismos panfletarios, siguiendo los lineamientos que marcaban muchos de los creadores representados en esta magna muestra.

Ashton explica esta ausencia de la presencia mexicana en la exposición considerando que los artistas en México, durante el periodo que cubre la muestra, ''eran social-realistas o constructivistas".

ųAdmiro muchísimo a Gunther Gerzso ųafirma Ashtonų como para calmar, con el señalamiento al genial artista mexicano de ascendencia húngara, los ánimos de escucharle alguna referencia sobre la producción artística al sur del río Bravo.

ųƑReconoce la influencia Siqueiros en los expresionistas abstractos estadunidenses representados en esta exposición?

ųAsí es. Muchos artistas se interesaron en Siqueiros no sólo por una cuestión formal sino porque estaba orientado ideológica y políticamente hacia la izquierda.

Aunque en la exposición está ausente físicamente una presencia mexicana, y la latinoamericana es escasa, pero representada por los cubanos Wifredo Lam y Raúl Martínez, el chileno Roberto Matta, el nicaragüense Armando Morales, el venezolano Jacobo Borges y el peruano Fernando de Szyszlo, Ashton dedica en el ensayo del espléndido catálogo un espacio para reflexionar sobre los constantes debates en América Latina entre el nacionalismo y el internacionalismo en el arte. Y cita a Jorge Alberto Manrique en su libro Identidad y modernidad, América Latina en sus artes (ed. Damián Bayon, México-París, 1974) para concluir que al final de los años cuarenta los artistas latinoamericanos comenzaron a sentir que la síntesis que tanto buscaban ųun arte capaz de expresar las identidades nacionales mediante un lenguaje universal retomado de los hilos de las tendencias de la posguerraų estaba condenada al fracaso. ''Manrique pensaba (y estaba en lo cierto) ųescribe Ashtonų que el péndulo volvería a oscilar, dejando la cuestión de la identidad-modernidad todavía sin resolver".

(Procedente del Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canarias, institución co-organizadora de la muestra, La rebelión informalista permanecerá en el Reina Sofía hasta el próximo 11 de octubre.)