n Los mexicanos carecieron del espíritu de lucha mostrado antes
Sin el desenfreno de un carnaval, el scratch llegó a la final; 2-0 a México
n Goles de Amoroso y Rivaldo n Ronaldo dejó inmejorable oportunidad de anotar
Agencias, Ciudad del Este, 14 de julio n A ritmo de tenue samba, sin el desenfreno del carnaval, la selección de Brasil sacó boleto para la final de la Copa América 99, al derrotar esta noche 2-0 a México, en el estadio Antonio Oddone Sarubbi de esta ciudad. Los brasileños dirimirán el título el domingo ante Uruguay, mientras que los mexicanos se volverán a ver las caras con Chile, para decidir el sábado quién se queda con el tercer lugar.
México fue una amenaza más en la víspera con sus declaraciones (dijeron que iban a atacar y a ganar) que a la hora del partido. El equipo de Manuel Lapuente, en el que aparecieron de entrada Isaac Terrazas y Francisco Palencia (dejando en la banca a Ramón Ramírez y García Aspe), no tuvo ni siquiera el espíritu de otras ocasiones. Su ahora tradicional "šsí se puede!", se transformó muy pronto en un "jamás se podrá", al ver su escaso peso ofensivo y los pasajes de buen juego de los rivales.
El equipo auriverde ganó con comodidad y controló el juego durante gran parte de los 90 minutos. A la hora de decretarse el descanso, ya tenía la ventaja de 2-0. Ze Roberto, con sus escaladas ofensivas y su velocidad, y Rivaldo manejaron los hilos y fueron las mejores armas del equipo en este período.
Tras algunos arrestos ofensivos, el tanto que estaba madurando se concretó al minuto 24, cuando Marcio Amoroso anotó, tras aprovechar que un cabezazo de Rivaldo se estrelló en el poste izquierdo de la portería de Campos.
El equipo de Wanderley Luxemburgo sufrió algunos sofocones, pero los mexicanos desaprovecharon las ocasiones con balón detenido, una de las pocas variantes que tenía para intentar hacerle daño a Dida. El espíritu luchador de Luis Hernández fue insuficiente para inquietar a un equipo de estrellas, mientras sus compañeros de ofensiva se empecinaron en las acciones individuales y fueron fácilmente controlados.
Cuando apretó un poco el acelerador, Brasil aumentó la ventaja al minuto 42, con una conquista a la brasileña: varios toques y Rivaldo dio la estocada con un tiro fuerte desde fuera del área.
La acción más clara de los mexicanos se produjo al minuto 22, cuando Cuauhtémoc Blanco mandó un lejano disparo, que el portero Dida desvió con dificultad sobre el ángulo superior izquierdo.
En la segunda parte, el choque se convirtió en un trámite burocrático, porque los mexicanos, pese al ingreso de Ramón Ramírez, no lucieron con recursos suficientes para inquietar a los brasileños, que se dedicaron a sobrellevar el encuentro y a esperar la posibilidad de un contragolpe.
Ronaldo, por cierto, en una mala noche, protagonizó un mano a mano con Campos al minuto 59, pero se enredó con el balón y perdió la posibilidad de tranquilizar definitivamente a la torcida brasileña que pidió insistentemente el ingreso de Ronaldinho Gaucho.
En fin, sin carnaval, Brasil liquidó el obstáculo y ahora intentará llevarse el título continental por segunda ocasión consecutiva.