Miguel Barbachano Ponce
Filmoteca de la UNAM: 39 años

Más allá de ''dimes y diretes", de conformes e inconformes, mi propósito es rememorar a la luz del aniversario 39 de Filmoteca de la UNAM, la manera con la cual enfrenta nuestra máxima casa de estudios el fenómeno cinematográfico en cinco áreas: archivo, investigación, docencia, producción y exhibición.

Aproximémonos al espacio encargado de guardar, conservar, localizar y reconstruir los materiales fílmicos mexicanos y extranjeros (negativos, positivos, copias compuestas). Es fama que han existido y existen en México muchos y muy ricos espacios de este tipo conocidos como filmotecas. Los investigadores dan testimonio de cuatro principales: Filmoteca UNAM, Cineteca de México, AC, fundada en 1963 por Carmen Toscano y asociados, liquidada por inadmisibles vicisitudes políticas un año más tarde; Cineteca Nacional (1974), cuyo incendio ocurrido el 24 de marzo de 1982 es aún irreparable; y la nueva Cineteca, reinaugurada el 27 de enero de 1984.

Recorramos imaginativamente las instalaciones de la Filmoteca para dirigir una hipotética mirada a algunas joyas que adornan sus estanterías, como son cintas silentes mexicanas prerrevolucionarias y revolucionarias; ondulantes presencias de vampiresas danesas y divas italianas; cortos atribuidos a Méliés coloreados a mano y una buena parte de la producción nacional de los años treinta, entre ellas, la reconstruida La mancha de sangre, de Adolfo Best Maugard, estelarizada por Stella Inda. Continuamos con la oficina encargada de la investigación donde se ha dado cauce a la reflexión sobre la cinemática mediante colecciones como textos breves, folletos ilustrados, filmografía nacional, documentos y la indispensable butaca. Para recapitular acerca del área de docencia es indispensable traer a colación el año 31, pues fue en ese tiempo cuando Juan de la Bandera articula la inicial escuela de cine en la capital. Dos décadas más tarde la Escuela Nacional Preparatoria implanta la clave de cineclub dentro de su programa de materias estéticas.

Paralelamente, Filmoteca estructura un inicial intento de enseñanza sistemática del séptimo arte: 50 lecciones de cine. Estos primeros intentos fructificaron a partir de junio, año 63, con el Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC), cuyo alumnado a pesar de carencias materiales ha realizado centenares de ejercicios de alto nivel, como El grito (1971), de Leobardo López Aretche, a propósito del 68.

En producción ha obtenido sus mayores logros, pues de las numerosas películas que patrocina, algunas obtuvieron relevantes recompensas, como Frida Kahlo (1971), corto de Marcela Fernández Violante; Hipocampo de oro, en Fermo, Italia; El cambio (1971) largometraje de ficción de Alfredo Joskowicz, otro hipocampo. Meridiano 100 (1974), ficción de Joskowicz, y Ariel al mejor actor: Héctor Bonilla. De todos modos Juan te llamas (1975), de Fernández Violante, dos arieles, tres diosas de plata, siete leones de oro. Ayutla (1972), del fallecido documentalista José Rovirosa, Roble de oro otorgado por el Centro de Tv educativa de Nueva York. Ora sí tenemos que ganar (1974) del también finado Raúl Kamffer, cuatro Arieles: dirección, montaje, producción, fotografía (Toni Kuhn). Recuerdos de Juan O'Gorman (1983), de Juan Mora, galardonado en Huelva, España, con el Color de oro.

En 1959 ųen el rubro exhibiciónų la UNAM creó el cineclub de la Universidad al que ubica en el auditorio Justo Sierra, el Cine Debate Popular (1961), la Coordinación de Cineclubes Estudiantiles, el Cine Club Infantil y el Cine Club de Directores de Escuelas y Facultades. En los años setenta los estudiantes organizan locales de proyección en las facultades de Economía, Ciencias (cine político), Psicología (cine mexicano)... En nuestros días funcionan a cargo de la UNAM en la gran urbe capitalina las siguientes salas al servicio de la cinematografía nacional y mundial en el sur, además de los espacios antes citados, los cines Julio Bracho y José Revueltas; en el norte, Acatlán; en el poniente, la Casa del Lago, y en el centro, el Salón Fosforo y el Cinematógrafo del Chopo. Atrás, muy atrás queda después de este extenso proceso de difusión-exhibición, el primer cineclub fundado en nuestra ahora megalópolis en 1931 que llevaba por nombre Cineclub Mexicano.

Así celebramos el aniversario 39 de Filmoteca de laUNAM.