n La medida, por las bajas notas de muchos investigadores nuevos, se aduce
Tener el grado de doctor, nuevo requisito para pertenecer al SNI
n Las mujeres integrantes del sistema tendrán derecho a pedir prórroga de un año si se embarazan
Claudia Herrera Beltrán n Para los científicos principiantes que busquen ingresar al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) ya no basta tener una maestría, ahora necesitan doctorado. Dicha institución acordó exigir más requisitos ante los "desilusionantes" resultados de sus candidatos a investigador. En tanto, las mujeres ya no tendrán que dividirse entre su trabajo y la maternidad o ver truncada su carrera porque, desde ahora, si se embarazan podrán solicitar un año de gracia en su nombramiento.
Producto de una consulta en la que participaron 3 mil investigadores, con mil opiniones, y que tardó casi dos años en dar resultados, la reforma del reglamento del SNI pone normas más claras para la evaluación de sus integrantes (divididos en cuatro categorías), y por primera vez emite dictámenes "razonados", aunque no mejoró la beca de los científicos que pertenecen al sistema conocido como la "elite de la elite".
La esperada renovación del SNI, que agrupa a los 6 mil 800 científicos más destacados del país y que tuvo como antecedente las recientes modificaciones a la normatividad del mismo, incluye nuevas reglas que buscan favorecer la equidad de género, la descentralización científica con apoyos extras a los investigadores de provincia, así como darle transparencia y rapidez a los procesos de evaluación, hasta hace poco lentos y muy cuestionados porque faltaban mecanismos de impugnación.
Jaime Martuscelli, director adjunto de Investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), explicó en entrevista los detalles de las modificaciones, que incluso ya fueron utilizadas como criterio para la recepción de 3 mil 500 solicitudes para la promoción de 1999.
Buenas y malas noticias
Las reglas más rígidas para los científicos novicios tuvieron su origen en las bajas calificaciones que muchos de éstos han obtenido en los 15 años de funcionamiento del SNI. Martuscelli explicó que, en años pasados, 80 por ciento, y más recientemente 70 por ciento, de los candidatos a investigador nacional no lograba subir al siguiente escalón, es decir, el nivel uno, lo que significaban cifras "desilusionantes tratándose de una elite, de la que se esperaba que obtuviera el doctorado" y que ascendiera en el escalafón.
Por ese motivo, indicó, la mayoría de los científicos principiantes recibía un "enorme golpe" y se decepcionaba por haber ocupado tres o cuatro años de su vida en querer subir en el mundo de la investigación y al final encontrarse con el fracaso.
No obstante, las noticias para los candidatos a investigadores no son tan malas. Se harán excepciones cuando los aspirantes presenten producción científica de mucha calidad y el sistema será indulgente con algunos mayores de 40 años de edad. El propósito es no discriminar a científicos con "vocaciones tardías" o que se especializan en carreras como las de humanidades (historiadores, filósofos, etcétera) que pasan por un largo "periodo de maduración" antes de llegar a sus mejores niveles.
Otro punto a favor de los investigadores nuevos será que su nombramiento tendrá una vigencia de tres años, que podrá extenderse uno más, modificación pensada con el fin de darles más tiempo para acumular obra científica, lo cual se facilitará, pues ya tendrán el grado de doctor y no tendrán por qué distraerse en elaborar una tesis.
Beneficios para mujeres e
investigadores de provincia
La buena noticia para las mujeres es que en caso de embarazarse durante el periodo que dure su nombramiento como investigadoras tendrán derecho a pedir una prórroga de un año. Y es que, dijo el funcionario, se detectó que el periodo de procreación era una "limitante" para el desarrollo de las científicas mexicanas.
En tono de broma, comentó que ojalá este cambio no promueva el afán de procrear entre los científicos, y explicó que el tiempo de un año está a prueba porque posiblemente, en su aplicación, se descubra que es insuficiente y que es necesario otorgar un mayor plazo para que las científicas superen un factor de desventaja.
Los investigadores que trabajen o se propongan cambiar su estancia a otras entidades de la República también resultaron favorecidos, ya que tendrán una plazo adicional de dos años para ser sometidos a su primera evaluación, por lo que en total contarán con cinco. Esto porque requieren de más tiempo para montar sus laboratorios o acondicionar sus espacios de trabajo, indicó el funcionario.
Concentrados desde hace décadas en el Distrito Federal, los científicos paulatinamente se han ido distribuyendo en los estados: hace 15 años 75 por ciento de los más prestigiados vivía en la ciudad de México, y en la actualidad sólo 50 por ciento. Pero, a decir de Martuscelli, es necesario avanzar más en la descentralización, y por eso los que decidan trasladarse a alguna entidad federativa gozarán de su nombramiento durante cinco años a partir del momento que se trasladen.
Los miembros del SNI más antiguos y con mayor edad también podrán sacarle provecho a las modificaciones, pues a partir de este ordenamiento, los que tengan 65 años o más y que hayan permanecido en el sistema al menos 15 años, y después de una evaluación de su último periodo, tendrán oportunidad de ampliar a diez años la vigencia de su nombramiento.
Dejará de ser un misterio el
nivel de los integrantes del sistema
"Tenemos que poner a todo mundo en su lugar", explicó Martuscelli, y agregó que para evitar engaños o "el colmo" de que algunos rectores de universidades desconocían el nivel de sus investigadores, se hará pública la lista de las promociones, sobre todo porque los estímulos económicos otorgados provienen de fondos públicos.
Los criterios poco claros para evaluar la permanencia y el ascenso de los investigadores quedaron atrás. Como se adelantó en abril pasado, explicó que habrá reglas para impugnar las decisiones de las comisiones dictaminadoras, que tendrán menos carga de trabajo, pues su número aumentó de cuatro a siete y sus miembros totales de 48 a 84.
Así, los investigadores tendrán diez días hábiles para presentar su protesta ante una comisión, integrada por tres miembros autores del primer dictamen y tres ajenos. El inconforme tendrá a su favor que por primera vez contará con un "dictamen razonado" de su calificación para conocer cuáles son sus debilidades o si efectivamente faltaron argumentos de peso de sus evaluadores.