Serafín, primer melodrama que incluye animación
Con telenovela infantil, Televisa prueba nuevas estrategias de comercialización
Arturo García Hernández n Con Serafín, una telenovela para niños cuyo personaje principal es un muñeco animado, Televisa da el primer paso para explorar caminos inéditos en la promoción y comercialización de sus producciones. Si hasta ahora los principales ingresos de la televisora provienen de la publicidad y de la venta de sus producciones (telenovelas, series, etcétera) en el extranjero, la apuesta en el corto plazo será su explotación integral, a la manera como lo hacen los estudios Disney: creando una serie de souvenirs (camisetas, llaveros, juguetes, gorras) de los personajes, en este caso de Serafín.
La creación y comercialización del así llamado merchandising se llevará a cabo a escalas nunca antes realizadas en México y está a cargo de Alberto Fasja Cohen, quien tiene como carta de presentación el haber trabajado en este rubro durante 10 años para Steven Spielberg y George Lucas.
El productor y autor de la idea original de Serafín es José Alberto Castro, quien ha invertido en esta telenovela seis años de trabajo: "ha sido un hijo de larga gestación". Aunque el proyecto da lugar a lo que podría considerarse como una comercialización a ultranza, para Castro es antes que nada un sueño largamente acariciado, en el que Televisa "ha confiado". No se trata "de sacar dinero a lo descarado", pero --explica-- permite que la utilidad que genere no dependa exclusivamente de la venta de publicidad, es decir de un alto rating: "se diversifican las posibilidades, algo que Televisa antes no había intentado". Otra vertiente de aprovechamiento --si la telenovela y sus personajes logran arraigarse en el público-- será concretar ideas argumentales para cine y video.
Serafín constará de 160 capítulos de media hora, de los cuales hasta el momento se han grabado 60 y se tienen escritos 90. Aproximadamente 10 por ciento de la producción se desarrolla en animación. Es la primera vez que esto se hace en una telenovela que, por lo demás, "es una melodrama lineal" en el que se plantea "sin rebuscamientos" la característica lucha entre el bien y el mal.
José Alberto Castro rechaza que la propuesta de Serafín descanse fundamentalmente en el uso de la tecnología, aunque sea parte de sus principales atractivos.
Por su parte, Alberto Fasja Cohen asegura que se trata de un proyecto ambicioso de una envergadura sin precedentes en el país. Fue por eso que le entusiasmó Serafín, después de trabajar con dos monstruos de la industria del espectáculo como Spielberg y Lucas. Parte fundamental de su labor con la producción será ponerse en contacto con los representantes de la industria juguetera y textil, interesados en comercializar a los personajes de la telenovela. Así como adiestrar a personal que haga lo propio en los distintos países donde Serafín sea vendida.