Está de moda jugar a tirarle piedras a la administración del Distrito Federal. La campaña es evidente y aunque tiene un claro tufo a motivaciones electoreras, no se puede discutir el hecho de que existe.
No ha sido suficiente que se diga que ponerle remedio a los males de nuestro amado DF, que se vienen arrastrando por años, no es una tarea sencilla. Hace unos días Jesús Silva Herzog reconocía su intención de aspirar a la jefatura del gobierno del DF, y al mismo tiempo lo enormemente difícil que puede resultar remediar sus enormes vicios en un periodo de seis años.
Es notable la preocupación por la seguridad pública, pero lo que no se puede negar es que se han hecho esfuerzos considerables, quizás aún insuficientes, para poner remedio al auge de la delincuencia. Claro está que el esfuerzo que debería hacer, a su vez, la sociedad civil, particularmente los empresarios, en el sentido de crear empleos y no fundar su supuesta prosperidad en el despido de los trabajadores, no se cumple y ese incumplimiento es el alimento principal de la delincuencia.
Pero también hay empresarios conscientes. Así debemos considerar a los miembros de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales, A. C., (ANTAD) que acaban de firmar con las autoridades del Gobierno del DF un "Convenio de protección a menores empacadores", que sustituye a uno antiguo y olvidado y cuya finalidad esencial es la protección de los chiquillos de entre 14 y 16 años que laboran en las tiendas de autoservicio, del otro lado de las cajas, para empaquetar las compras y llevarlas en los carritos a los automóviles de los clientes. Son, ciertamente, trabajadores de la propina.
El convenio, de fecha 1Ɔ de julio, además de un relato breve de los antecedentes que atienden a las facultades de los participantes, entre los que destaca la Dirección General de Trabajo y Previsión Social a cargo del Lic. Manuel Fuentes Ruiz, antes un muy valioso litigante a favor de los trabajadores, establece las consideraciones que justifican el acuerdo. Sobra decir cuáles son. Entre otras, lo útil de su actividad para todos.
En el lenguaje de todos los días, estos, hoy calificados de "menores empacadores", son los famosos cerillos así llamados porque a los Arango, inventores geniales de "Aurrerá" se les ocurrió ponerles una muy vasca boinita roja identificadora. Y cerillos fueron y cerillos siguen siendo.
ƑQué aporta el convenio? Son varias cosas y todas interesantes. La primera, el compromiso de la ANTAD de mantener una comunicación permanente con el Gobierno del DF a través de la Dirección de Previsión Social en relación a las actividades de los cerillos. En seguida, llevar un control riguroso, con informes al gobierno del DF, de los menores empacadores, avisando cada seis meses de sus altas y bajas. Además, un examen médico semestral que les practicarán las autoridades del DF y, lo que es muy importante, la oferta del Gobierno del DF para que sean atendidos en sus diversas instalaciones médicas.
La ANTAD se compromete a controlar los resultados de sus estudios dando aviso a la autoridad en caso de que se interrumpan para que la Dirección de Previsión Social busque la manera de que los continúen y a procurar la obtención para ellos de servicios de seguridad social. Algo como la fórmula feliz del seguro de salud para la familia de la Ley del Seguro Social.
También la ANTAD establece un incentivo anual para la continuación de sus estudios consistente en una cuota en efectivo variable según los promedios de calificaciones. Ocho o más, $200.00, y nueve o más $300.00, cuyo importe se aumentará en la misma medida de los salarios mínimos.
Habrá programas de adiestramiento dirigidos al desarrollo de su actividad y de capacitación para menores discapacitados.
El Gobierno del DF se compromete a instrumentar mecanismos de verificación e inspección del cumplimiento de los compromisos del convenio.
Sin duda se trata de un trabajo no asalariado. Pero con un control riguroso, jornadas no mayores de seis horas interrumpidas por una hora de descanso y preferencia para tiempo de estudios. Y los ingresos no son malos.
Un abrazo de felicitación para todos y en particular para Saúl Escobar, subsecretario de Trabajo y Previsión Social del DF, para Manolo Fuentes, y para Jorge Villegas, Director de Previsión Social. Y, obviamente, para sus jefes, firmantes del acuerdo.