* Antídoto, aplicar con rigor la ley, dijo en Morelos
Zedillo: hay miedo, pese a que se depuró de traidores a la policía
Enrique Méndez, enviado, y Francisco Guerrero, corresponsal, Cuernavaca, Mor., 10 de julio * El presidente Ernesto Zedillo y el procurador general de la República, Jorge Madrazo Cuéllar, esbozaron aquí la realidad fría de los pocos resultados del combate del Estado al crimen organizado: hay leyes penales más estrictas; la policía está mejor organizada y tiene más presupuesto, y se ha depurado a "los traidores", pero todavía se vive "un grave problema de seguridad pública", y persiste el miedo a ser víctima de un delito.
"ƑQué es lo que falta?", se preguntó Zedillo y respondió enseguida: "Aplicar con absoluto rigor las nuevas leyes", e incluso expresó su preocupación por el "grave fenómeno de penetración" del crimen organizado en las corporaciones.
"Prácticamente no hay semana en la que no conozcamos que elementos de la PGR o las procuradurías estatales se descubren como participantes en delitos sumamente graves. Esta situación es inaceptable, y constituye uno de los principales obstáculos que limitan nuestra eficacia para combatir a la delincuencia".
A ello se suma la impunidad con la que, dijo, se desenvuelven los delincuentes, lo que, además de ofender a la sociedad, provoca "heridas hondas y dañinas", como el descrédito de la ley y las instituciones; como el inaceptable impulso de hacerse justicia por propia mano, y como el deterioro del estado de derecho y el debilitamiento de la armonía social.
"El mejor antídoto contra el delito, la violencia y la impunidad, es la aplicación estricta de la ley", expresó.
Zedillo regresó a Morelos 14 meses después de su visita más reciente, aun cuando entonces prometió venir "muchas veces más que en los anteriores tres años", así como erradicar a las "ratas inmundas" y llevarlas "a que se pudran en la cárcel".
Eran los días en que se mantenía el escándalo por los vínculos del ex gobernador Jorge Carrillo Olea y sus jefes policiacos Carlos Peredo Merlo, Jesús Miyazawa y Armando Martínez Salgado, con secuestradores de la talla de Daniel Arizmendi El Mochaorejas, y de capos de la droga como Amado Carrillo Fuentes y José Esparragoza Moreno, El Azul.
De esos personajes oscuros, sólo Arizmendi está en la cárcel. Miyazawa, Martínez, Peredo y Carrillo Olea están libres.
Hoy, aquí, un año y dos meses después, el presidente Ernesto Zedillo aseguró en la clausura de la séptima Conferencia Nacional de Procuradores de Justicia que sólo estableciendo con claridad, certeza y permanencia la aplicación rigurosa de la ley, se ganará la batalla a la delincuencia.
"Debemos hacer saber a los delincuentes que, tarde o temprano, tendrán que enfrentar todo el peso de la ley. Debemos hacer saber a la delincuencia que no quedarán impunes sus delitos."
En su discurso, en la Casa de las Artes, Zedillo admitió que prevalece el "muy grave problema de inseguridad pública", y resaltó que la frecuencia con la que ocurren y se sufren hechos delictivos es uno de los problemas que más preocupan a los mexicanos. "La delincuencia amenaza la paz y la seguridad que las personas y las fuentes de empleo necesitan para sus actividades diarias".
Gobernador interino, cargo al que llegó después de intensas negociaciones y debates en el Congreso local, donde se decidió el destino político de su antecesor, Jorge Morales Barud hizo lo suyo en la reunión de procuradores y se ufanó de los resultados de la lucha contra el hampa en la entidad, que de ser "nido de ratas inmundas" ahora está "por debajo de la media nacional en el índice de delincuencia, de acuerdo con datos proporcionados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública.
"Ello demuestra ųsubrayóų que estamos en el camino correcto."
Los flancos de vulnerabilidad
En la misma reunión el procurador Jorge Madrazo planteó que "la justicia no es automática", y admitió que si bien la reducción de los índices de criminalidad en diversos delitos "es una realidad", su dimensión "no es todavía la indispensable para modificar la percepción social".
A ello, dijo, se agrega que se han cometido crímenes contra personajes conocidos de la sociedad que, por lo mismo, han sido objeto de "una enorme difusión", además que las condiciones en que se cometieron "muestran los flancos de vulnerabilidad que tenemos y alimentan un sentimiento de mayor desconfianza, incertidumbre y temor".
Este ambiente se enrarece más cuando en las instituciones de seguridad existen todavía "muchos malos servidores públicos que frecuentemente nos traicionan y cuya vileza, ante los ojos de la opinión pública, acaba echando por tierra los esfuerzos de renovación. Estos traidores no sólo deben ser separados, sino consignados, para que reciban las penas que las leyes establecen".
Al cierre de su discurso, el procurador planteó que el Estado no tiene derecho a pedirle a la sociedad más tiempo y paciencia, y que no basta explicar los esfuerzos, sino entregar resultados "tangibles y concretos", que se miden en el esclarecimiento de los crímenes, en la aprehensión de los presuntos responsables y que se les apliquen "sentencias ejemplares".
Demonios, ultras y clases de biología
En helicóptero, el Presidente y la reducida comitiva se trasladaron de Cuernavaca a Puente de Ixtla, municipio que visita por primera vez Ernesto Zedillo, y donde encabezó una reunión de Alianza para el Campo, que consistió en la entrega de cheques, maquinaria y semillas a los productores de esta región cañera, arrocera y cacahuatera.
En la plaza principal de Ixtla, Felipe Navarro Catalán, productor de la comunidad de Xoxocotla, le dio la bienvenida al "huey tlatoani de México", y dijo que los zapatistas de Morelos "no necesitamos taparnos la cara para exigir que se cumplan nuestras demandas". Zapata, insistió, "nos enseñó a decir las cosas con la frente en alto".
Al término de la reunión, Zedillo caminó entre las vallas del Estado Mayor Presidencial. A pesar de la vigilancia alrededor del Presidente, una maestra de Zacualpan de Amilpas, en los límites con Puebla, pudo acercarse hasta Morales Barud para exigirle una entrevista, de la cual surgiera una decisión para rescatar la parroquia de la comunidad, afectada por el temblor de hace tres semanas. Morales le dijo que iría el martes.
Metros adelante, el señor José Ibáñez le pidió a Zedillo le autografiara una foto donde ambos aparecen en la casa de Zapata en Anenecuilco. En la imagen, el Presidente abraza a su hijo Emiliano.
ųYa debe estar grandecito su hijo ųle comentó Ibáñez.
ųSí, pero ahora está en huelga en la UNAM. Ahora es ultra ųse rió Zedillo.
Siempre en helicóptero, el mandatario viajó al ejido de Huautla, en el municipio de Tlaquiltenango ųTlalquiltenango, dijo en dos ocasiones Zedilloų, donde se hizo oficial la presentación de la reserva de la biosfera en la sierra huautlense.
Ahí, destacó la importancia de que se haya declarado protegida esta zona, que constituye una rica reserva de especies vegetales y animales exclusivas de México. Se refirió a dos de ellas: las guacamayas verdes y el lagarto enchaquirado. Este, dijo, "aparece en los alebrijes con rasgos de demonio, y conste que no estoy hablando de ningún político".
El pronunciamiento de la selva de Huautla, que los expertos denominan baja caducifolia, le permitió su última broma del día, luego que Carabias Lillo le sopló el concepto correcto. "Hemos hecho un acuerdo ųdijoų para que yo le enseñe economía, y ella biología. Ella aprende más rápido economía que yo biología, pero todo se debe a lo complicado de los nombres".