* Recriminaciones adentro, carnaval afuera


Reunión de estira y afloja luego de 78 días de distanciamientos

Hermann Bellinghausen * ''El día de hoy se avanzó, hubo acuerdos. Eso nos da a entender que puede construirse el espacio para un diálogo público''. Eran las 11 de la noche y lo que parecía increíble estaba ocurriendo: Roberto Rivera, del Consejo General de Huelga, a nombre de sus 119 compañeros, anunciaba a las autoridades que hoy a las 10 de la mañana estarían de nuevo en el Palacio de Minería, para proseguir con el encuentro.

Los miembros de la comisión del rector Barnés no reprimieron su sorpresa y su reticente gusto al escuchar que los estudiantes pospondrían su asamblea del CGH, programada para hoy, con tal de proseguir este barrunto de diálogo, que no va tan mal como pudiera temerse.

Con cuatro acuerdos y tres consensos mínimos, se instauró el procedimiento de diálogo entre las autoridades universitarias y los estudiantes en paro. Las distancias que aún los separan son considerables. Hay dos meses y medio de huelga y de incomunicación.

comision-cgh-caballito Comparten la convicción de que salvar el semestre es prioritario, que las actas y denuncias contra los paristas deberán resolverse por las buenas, y que después de la huelga habrá que establecer un espacio de discusión sobre los problemas de la UNAM. Pero el levantamiento del paro, como los estudiantes no dejan de repetir, sigue atenido al pliego petitorio del CGH, que está lejos de resolverse. Por eso al abandonar el recinto los estudiantes todavía gritaban: "šHuelga, huelga!".

José Luis Mateos, de la Comisión de Encuentro había reconocido, al celebrar el leve avance metodológico de la reunión: "Es obvio que hay mucho por discutir".

Cara a cara

Por fin se vieron la cara los unos a los otros y, por momentos, quizá si fue espejismo, unos y otros sonreían, pero no necesariamente se intercambiaban sonrisas, pero en fin...

Fuera de un goya inicial cuando entraron los 120 delegados del movimiento estudiantil, tres por escuela, el día transcurrió en el patio de la puerta 7 del Palacio de Minería, con seriedad y calma. Teniendo como techo una lona varios pisos arriba, el recinto era a la vez gris, frío e imponente. Una larga mesa protocolaria, que también era una barrera de mantel azul, tuvo sentados durante varias horas a la Comisión de Encuentro y a los 13 delegados estudiantiles con uso de voz. Todo un acontecimiento.

Al cumplirse 77 días de la huelga universitaria, se firmaron incluso varios acuerdos iniciales respecto a la agenda y el formato para la negociación. Eran de verse las dos columnas de rúbricas al pie de los puntos de los que ya podían hablar las partes.

Roberto Rivera Massé, delegado del CCH Atzcapotzalco, moderador por parte de los estudiantes, dio la bienvenida a la Comisión de Rectoría "al encuentro convocado por el CGH". Eran las 14:40.

Enseguida, Ricardo Rodríguez de la Vega, estudiante de posgrado, leyó el documento donde el CGH afirma que la UNAM "es el proyecto cultural y educativo más importante del país". Y donde se les echa en cara a las autoridades el haber calumniado y amenazado a los estudiantes que defienden la educación gratuita.

Quizás era inevitable empezar por las recriminaciones. Lo propio haría la Comisión de Encuentro en su oportunidad. Pero antes, Angel Pineda, de Ciencias Políticas, leyó el mensaje del CGH a la Nación, y Mario Benítez, de Economía, el pliego petitorio (y razonado), con sus seis puntos.

comision-cgh3 La comisión del rector escuchó con cara de ya-ni-modo. Tras ellos, el abogado universitario, Gerardo Moctezuma Barragán, y un grupo de respaldo seguían casi en silencio el devenir de la sesión.

La mayor parte del patio estaba ocupada por los delegados estudiantes, más o menos quietecitos en sus sillas, y cerca de un centenar de periodistas pegados a las paredes.

Enseguida, Cristina Puga, directora de Ciencias Políticas, leyó el mensaje de la Comisión de Encuentro: "Con nuestra presencia, la UNAM refrenda su convicción de que los conflictos que surjan en su interior deben resolverse por medio de procedimientos universitarios". Y luego, Angel Díaz Barriga leyó la propuesta de formato, de la cual habrían de surgir los primeros acuerdos.

La huelga tiene su santa

El caballito de Tolsá, frente al palacio del mismo Tolsá, quedó con las patas enredadas en la bandera rojinegra de la Preparatoria Popular Tacuba, y la calle de Tacuba se llenó de gente. Un millar, entre padres de familia, maestros y estudiantes.

Santa Huelga se paseaba, llevando su tiara de cartón, su túnica roja y la cara pintada de rojo y negro. Una estola de papel decía: "Ni ultra, ni moderada". Y la tiara de la esbelta santa llevaba escrito: "Porque para nosotros nada es más sagrado que nuestro pliego petitorio".

Había un poco de todo en la plazuela, pero era muy sensible la presencia de los padres viendo entrar a sus hijos, o a los compañeros de sus hijos, al Palacio de Minería. "Pueblo, no luches contra nosotros. Nuestra lucha es por tus hijos. Apóyanos", decían en una manta.

Cuando estaban en fila los 120 delegados, un anciano ciego les gritó, apretando su bastón metálico: "Animo muchachos". Y los estudiantes gritaron: "Diálogo, diálogo, diálogo". Y como decía un colega al verlos pasar, algunos tienen un aspecto bien patineto, bombachos los pantalones, melenudos o rapados, tenis de a kilo y aretito más de uno.

ƑRepresentan un desafío, o solo son un principio de realidad, que no se puede negar? También ellos son la universidad. Una manta de preparatorianos, larga y roja, recorría la plaza del Museo Nacional de Arte: "Defendamos lo nuestro o si no nadie lo defenderá".

No se hizo propiamente una manifestación, como tanto temía la Comisión del rector. Fue un plantón, un carnavalito, con música y trasmisión en vivo de lo que ocurría adentro.

Primeras discusiones

Más tarde, al reiniciarse la sesión, vino un problema. Los delegados estudiantiles, "por mandato de asamblea", se dispusieron a leer su "Bitácora negra", y las autoridades se opusieron. De hecho, amenazaron con también ellos leer documentos acusatorios contra algunos huelguistas. El director de Acatlán, José Núñez, advirtió: "Por el bien del diálogo, no replicaremos".

Rafael Pérez Pascual salvó el punto. Cuando Núñez decía: "No aceptaremos recriminaciones", el ex director de Ciencias propuso: "Si lo quieren leer a la prensa, nosotros nos levantamos mientras lo hacen".

Así fue finalmente, pero antes Cristina Puga dijo: "Nos van a obligar a leer un documento similar". Con denuncias y acusaciones, quiso decir.

A las 17:30, la Comisión de Encuentro se levantó de la mesa, mientras Arturo Palacios, de la Preparatoria 9, daba lectura ante la prensa, a las denuncias por agresiones y agravios a los paristas, ante la prensa.

Veinte minutos después retornó la comisión de Barnés, sin escuchar la bitácora, y recibió los tres primeros acuerdos firmados por los estudiantes y los enviados del rector.

José Luis Mateos, quien fungía como moderador de las autoridades, celebró: "Ya llevamos tres acuerdos. Eso ya es positivo". El primer consenso incluye que "en esta cesión se aprobará la agenda y el formato de trabajo".

Los estudiantes exigían en que Radio UNAM (y el medio que lo quiera hacer) trasmitiera en vivo las eventuales negociaciones del CGH y Rectoría. Insistían en los seis puntos del pliego petitorio y en la anulación de las clases extramuros. Se discutió si las intervenciones serían de 20 minutos, pero Rectoría proponía cuatro minutos. Sabiendo cómo se las gastan los chavos, las autoridades ya se veían en sesiones de un día entero, y en consecuencia opusieron reparos operativos.

El doctor Ricardo Tapia expresó: "El temor es que nos pasemos 20 más 20 minutos oyendo el mismo argumento que ya escuchamos".

Un estudiante dijo: "Eso no es desgastante, sino enriquecedor". Como sea, aceptaron adaptarse los unos a los otros y maduraron un cierto acuerdo de funcionamiento, reduciendo el tiempo.

Pero el tiempo corre Ƒsólo queda una semana? Siguen las vacaciones y sigue Ƒqué?

El Consejo Independiente Universitario (CIU), al parecer muy activo, repartía en la calle otro papelito: "Ganar es ir al diálogo de cara a la Nación". O algo así.

Y si no fuera porque los delegados estudiantiles terminaron por sentir hambre y se avalanzaron sobre unos que llegaron con gomitas, puede decirse que se estuviera tan serios como prometieron, la tarde y la noche, esas horas en las que, por costumbre de asambleas, se explayan.