* Jefe de la Triple A habría asesorado tropas mexicanas
Ligan a represor argentino
a la matanza de Tlatelolco
* Defensores de derechos humanos le imputan participación en la masacre
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 2 de julio * El ex comisario de la Policía Federal argentina Héctor García Rey, hombre clave en la organización paramilitar Alianza Anticomunista Argentina (Triple A), vinculado con la CIA y con la Operación Cóndor -una verdadera saga de la muerte en América Latina en los años setenta-, habría sido señalado como asesor y posible partícipe de la matanza de Tlatelolco en México, dijeron integrantes de la Liga de Derechos Humanos en entrevista con La Jornada.
Veinticinco años después de la muerte del general Juan Domingo Perón, tres veces presidente de Argentina, no sólo se rememora su nombre, sino también esa novela negra de la muerte que impulsaron, con manos absolutamente libres, los criminales de la organización paramilitar Tripe A, que asesinaron cuando menos a unos 2 mil disidentes políticos de la izquierda tradicional y de la izquierda peronista.
Uno de los hombres clave en esta organización paramilitar, el ex comisario García Rey, apareció nuevamente en escena, después que el abogado y profesor paraguayo Martín Almada, quien descubrió los Archivos del Terror de la dictadura paraguaya (1954-1989) lo reconoció como uno de los integrantes de la llamada Operación Cóndor, que estaba en Asunción cuando él fue detenido en 1974.
Pero ahora su nombre también aparece ligado ya en 1968 a la matanza contra estudiantes en Tlatelolco, México, muy poco tiempo antes de que comenzara su accionar en las provincias argentinas y luego en la Triple A y en Cóndor.
Un periodista y un abogado de la Liga de Derechos Humanos, ambos tucumanos, recordaron que en los años setenta en el periódico La Gaceta de la provincia de Tucumán, sometido a una fuerte represión desde mucho tiempo antes de que gobernara la última dictadura militar (1976- 1983), se escribió sobre García Rey, mencionando que "había sido asesor de un grupo de élite en México vinculado a tropas especiales y/o partícipe directo en la matanza de Tlatelolco".
El ex comisario García Rey fue especialmente mencionado por Enrique Lautaro Arancibia Clavel, ex agente de la DINA (policía política de la dictadura de Augusto Pinochet), como un fuerte colaborador en la Operación Cóndor, el pacto criminal entre las dictaduras del Cono Sur y de América. Arancibia Clavel está ahora detenido en Argentina (por segunda vez) por el asesinato del general chileno Carlos Prats y su esposa en Buenos Aires, el 30 de septiembre de 1974.
El abogado Carlos Zamorano, de la Liga por los Derechos del Hombre, varias veces detenido aquí --la última detención fue entre 1974 y 1980-- declaró hoy a La Jornada que García Rey tuvo un papel preponderante en la represión que se abatió sobre Tucumán a finales de los sesenta y principios de los setenta.
"En 1973, cuando había sido nombrado jefe de la policía de Tucumán, cargo que nunca se le da a un porteño (de Buenos Aires), su nombre apareció en La Gaceta, donde se mencionaba su participación en Tlatelolco y varios dirigentes políticos le pidieron al entonces gobernador Amado Jury que lo destituyera, ya que su historia de represión era muy clara.
"El ya participaba hacía muchas dictaduras, desde la del general retirado Juan Carlos Ongania, y fue señalado en Córdoba cuando se destruyó el local del Partido Comunista, donde ya se dejó escrito en letras muy grandes (aún se conservan las fotografías) tres enormes A subrayadas. Y él mismo fue responsable del asesinato de la militante Celia Dolores (Tita) Hidalgo en Córdoba. García Rey encabezaba acciones criminales antes de que se 'institucionalizara' la Triple A".
Recordó Zamorano que García Rey era la sexta figura en importancia en el Ministerio de Bienestar Social, que dirigió el ex cabo policial y luego secretario de Perón, José López Rega, creador de la Triple A. Pero el comisario era tan importante que no sólo fue a Córdoba y Tucumán, donde se impuso contra la costumbre antigua de que el jefe de policía debía ser local, sino también en La Rioja, en uno de los gobiernos del actual presidente Carlos Saúl Menem.
También se le conocía por su actuación en Catamarca en los años setenta. "Recuerdo que entonces nos llevaron a todos los presos de Tucumán y Catamarca a Buenos Aires", dijo Zamorano, que sumó más de siete años de prisión en distintos gobiernos de Argentina.
En Tucumán unos 4 mil jóvenes militantes del peronismo exigieron la renuncia de García Rey, cuando se publicó además de su historia, su actuación en México en 1968. ƑCómo llegó allí?
"Su vinculación con la CIA parecía datar desde esos tiempos", dijo Zamorano, quien señala que García Rey "iba de un lado a otro del país como jefe de policía, cargo muy difícil de ocupar por un porteño cuando se hablaba siempre de 'imposiciones' especiales en este caso. Era antinatural, pero después entendimos por qué".
En tanto, el periodista Mario Taire, quien ha ocupado importantes posiciones en la prensa argentina, vivió una situación muy especial cuando se le propuso realizar una nota en Tucumán sobre un hombre que había sido brutalmente torturado por García Rey y su hermano, en la policía tucumana. "Se trataba de un supuesto narcotraficante que estaba internado en el hospital Padilla de esa provincia a raíz de las torturas, y García Rey estaba muy interesado en saber dónde estaba el dinero también supuestamente procedente de ese negocio.
"Ya conocíamos sus procedimientos criminales en las redadas políticas. Así que yo hice mi reportaje y entonces se me vino el mundo encima, porque en esos momentos La Gaceta de Tucumán, al referirse a García Rey, mencionó que éste había asesorado y participado en la matanza contra estudiantes en Tlatelolco, México, y que se trataba de una acción de un grupo de élite, como fue después la trágica Operación Cóndor".
La historia del ex comisario en el terreno de la represión criminal abarca varias etapas. Había actuado contra sindicatos, como el de los cañeros de Tucumán, y fue enviado a esa provincia cuando se realizaron los operativos ante el surgimiento de diversas actividades guerrilleras. En los años sesenta y setenta, Tucumán era el foco de un gran levantamiento social. La represión allí tiene larga data.
"En estos días, leyendo las noticias de México, recordé cuando había sido vinculado García Rey en La Gaceta de Tucumán como entrenador de los grupos que participaron en Tlatelolco. Después, con tantas situaciones terribles que vivimos, todo se fue acumulando y algunos hechos se olvidaron. Yo me tuve que ir de Tucumán. Y ahora ante los que se va conociendo saltó este recuerdo", dijo Taire. Y lo mismo sucedió con Zamorano.
Cuando recientemente pasó por Argentina, Martín Almada recibió varios informes sobre García Rey, al que reconoció el día en que lo llevaron detenido en Asunción --6 de noviembre de 1974--. El ex comisario argentino integraba el grupo de élite de la Operación Cóndor y al parecer había llevado como "prueba de la subversión del educador" paraguayo un libro sobre educación publicado en la Universidad de La Plata. Almada vivió una pesadilla de horror de la que sobrevivió por la acción internacional. En 1977 se asiló en Panamá, cuando gobernaba el general Omar Torrijos. Pero nunca imaginó que ese mismo personaje argentino que los observó tan duramente aquel trágico día de noviembre hubiera podido estar en tantas partes a la vez. "Esto pudo haber sido sólo bajo el amparo de un gran poder", concluye Zamorano.